
Entramos en Vietnam tras un infernal viaje de 20 horas en autobús desde China. Sin duda la mejor etapa en el país fue la primera, visitando la montañosa región de arrozales de Sapa para después estar unos días en Hanoi, una ciudad con aire europeo, si exceptuamos el tráfico. La madre de Silvia viajó una etapa con nosotros, demostrando una buena capacidad de adaptación. Sufrimos un súbito tifón en Hue, en apenas tres horas inundó la ciudad. Finalizamos en la mítica Saigón, menos desarrollada que Hanoi y marcada aún por el conflicto de la guerra de Vietnam.