El infierno de las minas terrestres

23 de octubre de 2007

Las minas antipersonas fueron usadas por primera vez a gran escala en la II Guerra Mundial, desde entonces han sido utilizadas en muchos conflictos como la Guerra de Vietnam, la Guerra de Corea o la I Guerra del Golfo, y aún hoy en día son utilizadas en muchos otros.

Minas-terrestres

Entrada al museo de las minas

En un primer momento se fabricaron con el objeto de proteger las minas anti-tanque, evitando que el enemigo se pudiera acercar a ellas y las desactivase, y con fines defensivos, protegiendo zonas estratégicas como fronteras, campamentos o puentes. Están diseñadas para herir y no matar al soldado, ya que para el enemigo supone más trabajo y recursos rescatar y curar a los mutilados que simplemente enterrar los cuerpos: Según la estrategia militar es más caro un hombre herido que uno muerto. Poco a poco se fue desvirtuando su uso y comenzaron a usarse a gran escala, atemorizando a civiles y comunidades enteras, impidiendo a los campesinos acercarse a sus campos y limitando el movimiento en pueblos y aldeas. Simultáneamente se dejó de marcar las áreas minadas y de preparar los mapas correspondientes de forma sistemática, lo que se convirtió en una tarea imposible cuando comenzaron a lanzarse desde el aire. A esta dificultad se añade el hecho de que el clima lluvioso de ciertas regiones permite a las minas cambiar de posición, desplazándose grandes distancias. Así civiles, cooperantes y soldados desconocen cuándo están entrando en un campo minado.

Muchos países fabricaron estas armas en el pasado para uso propio y para suministrar a otros países. Una fabricación sencilla y de bajo coste, se llegó a decir que menos de 1$, contrasta con el coste y la dificultad para detectarlas y desactivarlas en el terreno, unos 1000$. En la actualidad 38 países han parado su producción y el comercio de estas minas casi no existe, desafortunadamente 13 países siguen fabricándolas según un estudio llevado a cabo en el año 2005: 9 en Asia (Myanmar, China, India, Nepal, Corea del Norte, Corea del Sur, Pakistán, Singapur y Vietnam), 1 en Oriente Medio (Irán), 1 en Europa (Rusia) y 2 en América (Estado Unidos y Cuba), además de grupos no estatales.

Algunos de los países más afectados por los efectos de estas minas, que siguen mutilando y matando a cientos de personas cada año, son Afganistán, Camboya, Laos y algunos países africanos.

Minas terrestres

Camboya es el país más afectado por la plaga de las minas terrestres. Existen en el país alrededor de 10 millones de minas y uno de cada 236 habitantes está mutilado, en este macabro ranking le sigue Angola con 9 millones de minas y uno de cada 470 habitantes mutilado.