No sabíamos si todo lo que habíamos oido sobre India era real, parecía exagerado, pero en cuanto cruzamos la frontera la realidad superó a la ficción, superpoblación, carreteras suicidas, caos y anarquía, la exagerada curiosidad hindú nos avisaba que se había terminado la privacidad. Pasamos algo más de mes y medio, Laura nos visitó, tuvimos nuestro primer encuentro tibetano, recorrimos las carreteras más altas del planeta y conocimos el Taj Mahal. India entraba en nosotros, sin dejarnos respirar, apabullante y colorida. Recorrimos 4005 Kilómetros.