Paisaje de fantasia en el rio Li

27 de agosto de 2007

Es la primera vez en nuestra vida que viajamos en un autobús-litera, el trayecto nos llevará de Shenzhen hasta Yangshuo en un viaje de once horas, en vez de nueve como nos habían anunciado. El autobús se compone de tres filas en dos niveles, en cada fila habrá cinco o seis camas, es decir pueden viajar unas 30-35 personas; no es tan incómodo como parece en un primer momento y está muy limpio, cada cama tiene su almohada y su edredón y nos dieron una botella de agua. Los frenazos del conductor y los pitidos impiden que descansemos bien, a las 2 de la mañana el autobús hace una parada técnica que se prolonga más de la cuenta por una avería. Así Rafa tiene la ocasión de descubrir los baños comunitarios, en el caso de los hombres un espacio abierto, sin separaciones, todo el mundo se ve, ya sea para hacer necesidades menores o mayores, la intimidad en China brilla por su ausencia; en el caso de las mujeres suele haber una separación, aunque a veces la pared no supera el medio metro, lo peor no es eso, sino el hecho de evacuar en una zanja común no suficientemente profunda que en muchos casos está inundada y rebosante, lo más asqueroso que he visto en mi vida, repugnante.

Rio-Li-VYa está amaneciendo, algunos hostales abren sus puertas para enseñarnos las habitaciones, finalmente nos quedamos en una por 7 euros, en el Lisa’s Café. Dormimos un par de horas y bajamos a desayunar a la terraza de la cafetería comprobando su céntrica ubicación en la calle más turística del pueblo, conocida como Western Street. Un primer paseo nos lleva hasta el río, el famoso río Li, allí mismo, en la otra orilla un puñado de pináculos nos anuncian lo que vamos a ver en esta bella región del planeta, un paisaje único, sacado de un libro de Tolkien o Lovecraft. Las gentes del lugar están muy atareadas montando lo que parece un mercadillo que, en temporada alta, es instalado a diario en esta margen del río, en él venden principalmente artesanía, la más variada e interesante que veíamos en mucho tiempo.

Nuestros pasos nos llevan esta vez al meollo de Yangshuo, la ciudad han, allí una chica nos convence para hacer un crucero en barco por el río esa misma tarde y ver la puesta de sol, la excursión nos cuesta 50 yuanes, unos 5 euros, sólo incluye el crucero, tenemos que pagarnos el autobús ida y vuelta hasta el pueblo de Xingping. Quedamos en vernos a las tres de la tarde, hasta esa hora nos dará tiempo a comer y echarnos una necesaria siesta.

Rio-Li-II

Pesca con cormorán

La barca que nos lleva de excursión es de madera con el techo corredizo, nos sentamos en unas pequeñas banquetas que podemos sacar a una plataforma descubierta y así disfrutar de la brisa y del paisaje. Aquí el río es ancho y lo jalonan decenas de formaciones caprichosas, las que han hecho de este lugar uno de los más famosos en China.

Rio-Li-IIIAtracamos en una orilla donde nos esperan gentes del lugar, la mayoría entrañables ancianos que venden baratijas, también hay una mujer con dos cormoranes (una de las atracciones de Yangshuo es asistir a la pesca nocturna con estas aves), otro hombre se sienta sobre un búfalo, la fórmula es sencilla una fotografía equivale a unos pocos yuanes, aún así Rafa consigue echarles alguna sin que se den cuenta, eso sí, compramos un pato a una viejecilla insistente a la que Rafa le hace un book. A la vuelta nos sorprende una violenta y repentina tormenta, paramos en una orilla hasta que se calma un poco pero eso no impide que nos calemos hasta los huesos del muelle al coche. Para ir a la parada del autobús tenemos que atravesar el pueblo, está completamente inundado, algunas calles con medio metro de agua, por lo visto lo de los desagües aún no está muy extendido en el mundo rural.

Rio-Li-IVLa noche anterior habíamos contratado otra excursión con la misma chica, esta vez un día en bicicleta por la zona, conocer el río Yulong y visitar la Colina de la Luna. Antes de acudir a la cita nos mudamos a un dormitorio cercano, más limpio y barato que nuestra habitación. En vez de la chica que esperábamos nos espera su hermana, no tan simpática, la primera parada la hacemos junto a un puente en el río Yulong, donde de nuevo salen a nuestro paso tres entrañables ancianos buscando ganarse unos yuanes con las fotos. Tenemos problemas con nuestra guía y decidimos pagarla la mitad y continuar solos, aunque nos cuesta una larga discusión, pero es evidente que ella no quiere trabajar, no nos explica nada, no sonríe y simplemente pedalea a su rollo, no estamos paranoicos, hemos observado a otros grupos y van muy entretenidos, esta tía es una petarda.

Rio-Li-VILa siguiente parada es en la Colina de la Luna, de camino hemos avistado el arco de piedra desde la carretera, ahora tenemos que subir hasta allí. Es un corto camino pero con el calor tropical resulta extenuante, de eso se aprovecha una anciana a la que, tras mucho insistir, le compramos una coca-cola fresca, y pensar que ella subirá y bajará cada día la colina en busca de turistas. La recompensa por ascender hasta allí es total, miles de sombras se extienden hasta el horizonte, parecen existir infinitas colinas inabarcables con la cámara, y si el paisaje lo enmarcas en un arco de piedra natural el espectáculo es inigualable.

Regresamos sobre nuestros pasos por la carretera principal hasta el puente sobre el río Yulong, hay unas graciosas balsas de bambú, tan sencillas como cinco varas unidas con cuerdas, un pequeño motor, dos sillas y una colorida sombrilla. Comemos algo y pedaleamos por la orilla norte, un camino sin asfaltar sigue el río Yulong hasta unirse a la carretera que conduce a Baisha, a pesar del calor disfrutamos de la excursión más que nunca, el lugar es indescriptible, hay que venir a verlo. En el cruce aparecen fuerzas de donde no las había y en vez de ir a Yangshuo cogemos la otra dirección, ¡con qué acierto!, a dos o tres kilómetros nos juntamos con el río, allí mismo nos bañamos imitando a los niños que juegan en el agua; unos metros más allá un estrecho puente cruza el río, un lugar fotogénico donde echar las últimas instantáneas de la jornada.

Rio-Li-VIIEsa noche toca hacer de turista, nos recorremos la Western St. de arriba a abajo viendo tiendas y las actuaciones de artistas callejeros, en un puesto una mujer muestra el proceso de fabricación artesanal de la seda. Ya en la habitación mantenemos una larga e interesante charla con una pareja de ingleses y una eslovena.

El último día dedicamos la mañana a conocer un poco mejor Yangshuo, caminamos hasta el otro lado del Cerro del Loto Verde, un pequeño mirador da al río, en la orilla varias familias nos ofrecen sus embarcaciones para navegar río abajo hasta Fuli. Por la tarde, siguiendo su idea, nos montamos en un autobús con destino a Fuli, donde vivimos nuestro primer contacto no turístico con la vida rural en China. El pueblo está manga por hombro, se están construyendo calles de acceso a la carretera principal, a medida que nos acercamos al río penetramos en un laberinto de callejuelas empedradas y casas de piedra y pizarra donde algún niño se asoma a una ventana y los viejecillos pasean.

Rio-LiLa orilla del río, de nuevo, una imagen de postal, hay una antigua muralla y varias casas de piedra, un viejo y raído sello de Mao decora una pared; un puente de piedra cruza un arroyo que desemboca en el río Li cincuenta metros más lejos, el puente comunica con una pradera donde los búfalos de agua pastan y los campesinos caminan atareados de la huerta a casa, y todo, una vez más, con el incomparable marco de las formaciones kársticas más asombrosas. El tiempo está anclado, nos quedamos hasta el atardecer.

El Río Li

El Río Li es uno de los reclamos turísticos más importantes de China, y con razón, los paisajes que se pueden disfrutar en esta zona de la provincia de Guanxi son simplemente espectaculares. El río transcurre tranquilo entre pináculos y formaciones karsticas que parecen crecer como champiñones en el horizonte.

Igual de bonito que el afamado río Li lo es el río Yulong, que circula más al sur y desemboca en el primero a unos kilómetros de Yangshuo. Este río ofrece muchas posibilidades, puede ser explorado en barca de bambú o en bicicleta. Si se realiza una excursión en bicicleta el recorrido puede ser circular saliendo de Yangshuo en dirección a Guilin y regresando por una carretera comarcal que va a Baisha. Las barcas se pueden contratar en Yangshuo o en el propio río.