Xian, el inicio de la ruta de la seda

15 de septiembre de 2007

Cuando el tren hace su llegada a la Estación de Trenes de Xian los cuatro nos sentimos descansados, un café y estaremos como nuevos. Tal y como había ocurrido en Pingyao nos vienen a recoger a la estación, la reserva la habíamos hecho a través del gerente del hotel anterior y fue todo un acierto, la única pega es que no tuvimos la suerte de tener las habitaciones a las 8 de la mañana y tuvimos que dejar el equipaje en recepción. El hotel, el 7 Sages, respeta la clásica arquitectura china de la región, paredes blancas, tejados grises, puertas circulares y patios interiores, un lugar muy simpático. En uno de los patios se encontraba el restaurante y allí desayunamos sin prisa, cuando estuvimos listos para salir una de nuestras habitaciones ya estaba preparada y metimos allí todas las maletas.

Xian-IIICon energía renovada nos pusimos en camino hacia la atracción del lugar, el Ejército de Guerreros de Terracota de Xian. El yacimiento está ubicado unos treinta o cuarenta kilómetros al este de la ciudad por lo que es necesario coger un autobús, el nº306, junto a la Estación de Trenes. Nos costó un rato encontrar la parada, durante ese tiempo comprobamos la fama de esa área de la ciudad, un chaval intentó robarle a Jorge y por poco se sale con la suya, desde ese momento anduvimos con más ojo sobre nuestras pertenencias. El trayecto se nos hizo un poco largo, a todos menos a Jorge cuya guapa compañera de asiento le dio conversación, haciendo hincapié en que tuviera cuidado con lo ladrones en la ciudad.

El bus nos dejó en el aparcamiento, decenas de autobuses de turistas se interponían entre nosotros y las taquillas, el complejo es enorme y aún no funciona al 100%, las tiendas de souvenirs son inevitables, está tan «bien» estructurado que para llegar a las taquillas has de pasar por ellas, al igual que de la salida al aparcamiento. Adquiridas las entradas, bastante caras como era de suponer (8 ó 10 euros), nos topamos de nuevo con el espíritu de negocios de los chinos, casi dos kilómetros nos separaban de las salas y, bajo un sol abrasador, sólo quedaban dos opciones, caminar o subirse a un carrito motorizado por otros dos o tres euros. Caminamos todo lo rápido que pudimos, tratando de aprovechar cada pedacito de sombra de los escasos árboles, a compartir con otras veinte o treinta chinos en nuestra misma situación; al llegar todos necesitábamos un refrigerio y tuvimos que pagar el elevado precio de las botellas de agua dentro del recinto. Entrar al primer edificio fue un alivio, el aire acondicionado no nos defraudó, visitamos cada una de las salas de lo que es el museo, aquí se exponen algunos de los objetos encontrados en los distintos yacimientos.

A continuación recorrimos las dos grandes naves, los yacimientos en sí mismos, donde yacen las famosas figuras de soldados, arqueros y caballos, hay que reconocer que ver tantas estatuas juntas a tamaño natural impresiona, y las que queda por desenterrar.

Una vez hubimos comido y descansado en el hotel nos dispusimos a explorar Xian, la antigua Chang’an, una ciudad de la que ya se tiene constancia como tal mil años antes de Cristo y que vivió su auge durante los siglos en los que la Ruta de la Seda se convirtió en la mayor autopista de transporte de mercancías y pensamientos del mundo, Xian era el origen y el destino de muchos de ellos, un nexo entre Oriente y Occidente. De camino al centro comenzó a anochecer, llegamos tarde para ver con buena luz las Torres de la Campana y la del Tambor, y cuando nos metimos en el primer mercadillo el sol ya había desaparecido por completo. La primera de las torres se levanta en un cruce de avenidas en el centro de la ciudad amurallada, la segunda, la Torre del Tambor, es la puerta al Barrio Musulmán, donde reside una de las comunidades de musulmanes más importante de China. El barrio no puede comenzar mejor, con un bazar cubierto a imagen y semejanza de los zocos y bazares de Arabia, Irán, Turquía o el Magreb, en él se vende artesanía, la misma que en otras zonas del país, más artículos relacionados con la fe islámica. El bazar no es muy grande, a mitad de camino se anuncia la Gran Mezquita, que cierra sus puertas a las 6h30, demasiado tarde, no llegamos a tiempo, así tuvimos más tiempo para echar un ojo a los puestos, sin embargo el hambre acuciaba y dejamos las compras para el día siguiente.

Xian-IIConocíamos la fama de los pinchitos de carne del Barrio Musulmán y buscamos un lugar por allí, primero nos pedimos unas cervezas bien frías y más tarde Jorge y Rafa salieron a las brasas a escoger la comida, a base de ternera y cordero, el cerdo había desaparecido del menú.

La segunda mañana en Xian nos dirigimos de nuevo a la estación de trenes para adquirir los billetes de tren a Luoyang, a menos de cinco horas de Xian, desde allí queríamos conocer la Cuna del Kung Fu, el Templo Shaolin.

Un taxi nos acercó desde la estación a la Pagoda del Gran Ganso, el templo más afamado de la ciudad. Pasamos buena parte de la mañana paseando por los patios y jardines del lugar donde un gran número de turistas nos acompañaba, sobre todo chinos.

Otro taxi, éste más timador aún que el de la mañana, nos lleva hasta la entrada sur de la muralla, que mide unos catorce kilómetros de perímetro, desde allí vamos caminando hasta el Museo del Bosque de las Estelas dedicado en buena parte, según decía nuestra guía, a la historia de la Ruta de la Seda. El camino hasta el museo es un paseo peatonal con un mercadillo dedicado a la caligrafía y jalonado de tiendas con la misma temática. Una vez en el museo caminamos por el jardín, varias estelas o losas gigantes se exponen en él, entramos en la primera sala, estelas y más estelas, un bosque de estelas, pero ni rastro de la Ruta de la Seda, esto mismo se repite en las siguientes salas, nada más que estelas, con inscripciones en chino o bonitos grabados. Unos artistas trabajan sobre algunas de ellas para calcar lo que hay inscrito y preparar litografías en papel para los visitantes, otros artistas trabajan en las tiendas de recuerdos, como el que le pinta a mano una camiseta a Jorge con un caballo.

XianUn poco decepcionados con la visita caminamos hacia el centro, parándonos en un minúsculo restaurante a comer unos noodles con salsa picante y unas cervezas. Saciado nuestro apetito continuamos hasta la Torre del Tambor, es la hora de hacer las compras, Jorge y Rafa se van por su cuenta con la intención de comprarme algún regalo por mi cumpleaños que ya se acerca, yo acompaño a Teresa que, entre otras cosas, se lleva una trabajada jaula de grillos y dos cajitas talladas en marfil o hueso para ella y la madre de Rafa, los chicos por su parte vuelven con un libro de gramática china y unos pendientes que Rafa no tardará en regalarme seis días antes de la fecha. Ahora es el turno de la Gran Mezquita, orgullo de la población musulmana de la ciudad, un bello complejo de 13.000 m2 que comenzó a erigirse en el año 752, principalmente está construida en piedra pero en algunos detalles se ve el toque del Islam, como en los azulejos azules del tejado de la sala de oraciones, también abundan las inscripciones en árabe, posiblemente con pasajes del Corán.

Un último paseo para descubrir un barrio lleno de vida, se complica la tarea de encontrar un lugar donde beber unas cervecitas, por fin una «terraza», a la media hora la lluvia hace presencia y nos vamos al interior donde una pared parece haber sido tirada a martillazos para ampliar el local, estamos a gusto, nos quedamos a cenar, un acierto, comeríamos los mejores pinchitos del viaje, una delicia.

Xian

Xian, la antigua Chang’an, una de las ciudades cuya historia se remonta al menos mil años a.C.

Pagoda del Gran Ganso

Se encuentra en lo que fue el Templo de la Gran Gracia Maternal construido en el año 648 por el todavía principe Gaozong en honor a su difunta madre. El templo actual data de la dinastía Qing pero el estilo es Ming. La pagoda en sí fue levantada por primera vez en el 652, cuando sólo contaba con cuatro plantas, pero tras varias remodelaciones y ampliaciones alcanzó los 64 metros de altura que hoy luce. en su día guardó los manuscritos budistas que provenían de la India y que el monje viajero Xuan Zang tradujo al chino en 1.335 volúmenes.

La muralla de Xian tiene 14 km de perímetro y 12 m de espesor.

Gran Mezquita

Es la mezquita más importante del país. Según los escritos encontrados en sus inmediaciones la Gran Mezquita data del año 752, durante la dinastía Tang, siendo restaurada en diversas ocasiones durante las dinastás Song, Yuan, Ming y Qing.Posee varios edificios, pabellones y salas que abarcan un área total de 13.000 m2, de los cuales casi la mitad están construidos.

En 1956 fue declarada edificio de importancia por el Gobierno de la Provincia de Shaanxi y en 1988 por el gobierno central. Ha recibido más de un millón de visitantes desde que China abrió sus puertas al munda en 1978.

Los guerreros de Xian

 Hace apenas dos decadas un increible hallazgo en China llegaba a todos los periódicos del mundo, unos campesinos hallaron uno de los mayores yacimientos arqueológicos del mundo, el Ejército de Guerreros de Terracota. Estos guerreros inmóviles, de más de dos mil años de antigüedad, se cree que protegen la tumba imperial de Qin Shi Huang y que podría ser mucho más grande de lo que se cree en la actualidad. Sólo un pequeño porcentaje de la zona ha sido explorado, en las salas principales continuan los trabajos de extracción y restauración de las estatuas de arqueros, ballesteros, soldados de infantería y cuádrigas de caballos. Las seis mil figuras están orientadas hacia el este, la vanguardia la componen tres filas de 210 arqueros y ballesteros, seguidos por el grueso de la infantería armada con picos y lanzas, finalmente les acompañan 35 carros tirados por caballos (los carros hechos en madera se desintegraron hace tiempo).