España, el comienzo del viaje

10 de julio de 2005

Aunque alguno aún no se lo creerá, partimos según lo previsto el día 10 de Julio de 2005, un domingo caluroso en Madrid, tras una noche de despedidas intensas con algún que otro exceso. El primer tramo fue corto, ya que habíamos quedado a comer en Medinaceli con mi familia. De nuevo despedidas y una suculenta comida en un moderno restaurante de dicha localidad.

Salida, 10 de Julio, Las Matas

Salida, 10 de Julio, Las Matas

Por fin solos, y rumbo a lo desconocido, dejamos Medinaceli y nos dirigimos sin pausa, pero sin prisa, a Barcelona. La llegada fue un tanto infructuosa ya que, siendo domingo del mes de julio, nos esperaba un atasco a la entrada de la ciudad. Agotados por los primeros seiscientos cincuenta kilómetros, y las no menos despedidas del mes anterior, sólo nos quedaban fuerzas para una cena rápida y un pequeño paseo por las Ramblas. Por la mañana un desayuno en el puerto deportivo y un paseo por la Barceloneta nos sirvieron para recordar el encanto de la Ciudad Condal.

CroespaIIDecidimos ir al grano y pusimos rumbo a Cap de Creus. Soñábamos con las calas del parque natural, al pie del faro, con sus aguas limpias, sus pulpos, sus morenas, y un etcétera de especímenes marinos. Atravesamos Cadaqués sin parar, y a la media hora nos zambullíamos en el mar ¡por fin! La primera vez nos sirvió para recordar esos fondos que descubrimos hace tres años, y para ver nuestro primer nudibranquio; la segunda zambullida nos permitió observar las reacciones del pulpo más grande con el que nos hemos topado en nuestras vidas (dentro del agua). De vuelta a Cadaqués decidimos ordenar un poco la furgi, que venía llena de trastos; no lo conseguimos. En plena búsqueda de espacio tuvimos nuestra primera experiencia con la policía (hasta hoy la única), no podíamos quedarnos en el lugar donde estábamos estacionados, o camping o parking. Fuimos al parking: 13 euros la noche; nos dijimos, mejor el camping, por poco más nos damos una duchita al día siguiente. Llegó la factura: 23 euros: ¡ups!, ¡cómo ha subido todo en tres años!

CroespaIIIEl siguiente día nos dedicamos a explorar, nos dirigimos hacia el lado norte del cabo, a Port de la Selva y Llança. Descubrimos varios lugares tranquilos para sumergirnos, donde apenas se veía un alma. Volvimos a Cadaqués con tiempo para visitar Port Lligat y recorrer el gran paseo que lleva a Cadaqués a lo largo de toda la costa, de nuevo no nos cruzamos más que con dos personas. Culminamos la caminata en las calas situadas al norte del pueblo, donde encontramos a una mujer sentada en un banco observando el atardecer, ¡qué paz irradiaba!, yo quiero ser así de mayor.

No cometimos el mismo error de la noche anterior y nos acoplamos en un mirador desde donde se veía el pueblo, a apenas dos kilómetros del mismo.

CroespaÚltima jornada de playa hasta final de mes: nos dirigimos al Cap Norfeu, cerca de Roses, allí vimos una morena hace tres años, quizás nos esté esperando. Probamos una cala un poco más lejana que la de entonces, no fue tan fructífera la experiencia, pero lo pasamos bien allí solos. Esta fue la prueba definitiva de que andando un poco puedes encontrar lugares solitarios, desde allí veíamos la playa llena, y a veces se acercaba algún niño con las aletas y el tubito a explorar la zona.

CroespaIVPara terminar bien nuestro trayecto en España nos dirigimos a Besalú. Allí nos esperaba Paquito y David, ¡quién sabe cuándo nos volveremos a ver! Nos dimos un paseo por el pueblo medieval y cenamos en una terraza las últimas tapas en mucho tiempo. Al anochecer nos despedimos, a nuestro pesar; teníamos rendez-vous en La tour de Carol con unos amigos franceses que llegaban a las ocho de la mañana en el tren nocturno desde París. ¡Adiós Paquito, la próxima en Brasil!

Rauda salida

Una rápida y ansiada salida de España, una pequeña para en Barcelona, otra en el Cap de Creus y Cadaqués y por último una visita al pueblo medieval de Besalú, para después, dejar España, por mucho tiempo.