Edimburgo, orgullo escocés

Septiembre de 2012

Edimburgo-IVEdimburgoLa primera vez que visité Edimburgo fue en Interrail, llegando en un largo y accidentado viaje en tren desde Londres, transbordo en York y noche intempestiva en la estación de tren británica de Peterborough. Recuerdo perfectamente ese momento, saliendo con nuestras inmensas mochilas en George Street y alucinando con el castillo en lo alto de una colina. Esa vez dormiríamos en un Youth Hostel bastante alejado del centro, eran los tiempos de poca economía y mucha energía, que bien gastamos en esta visita, en pleno festival de verano.

Esta vez nos alojamos en un Bed&Breakfast, donde en el comienzo del viaje pasamos dos días y donde al final pasaríamos otros tantos. Cuatro días para Edimburgo es un periodo más que suficiente para conocer lo más importante de la ciudad, que estaba abarrotada de turistas por cierto, deambulando sobre todo por la animada Royal Mile, que comienza justo en la puerta de acceso al castillo.

Edimburgo-IIIAlgo que nos gustó mucho de la ciudad fue la gran cantidad de actuaciones callejeras, en especial recuerdo un concierto de un grupo de música celta en el parque situado baja el castillo.

Es una ciudad muy bien conservada, con casas de piedra antiguas, muchas de ellas enmohecidas por la humedad, recónditos cementerios medievales y numerosas colinas y zonas verdes, algunos de los miradores de la ciudad son espectaculares. Un lugar idóneo para comenzar un viaje al resto de este país con identidad tan marcada y paisajes de fantasía.

Capital de Escocia

Una ciudad de pequeño tamaño, muy asequible para visitar y pasear y con muchos atractivos, comenzando por el castillo que la domina desde la colina de Castle Hill, la Royal Mile, la catedral de St Giles o el monumento a Scott.

 

 

 

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