Highlands, territorio salvaje

Septiembre de 2012

HighlandsLas Highlands  ocupan gran parte del territorio escocés, esta gran región montañosa e inhóspita tiene una densidad de población muy baja, predominantemente agrícola y ganadera. Tiene un clima revuelto, con multitud de precipitaciones anuales y muy expuesto a cambios bruscos, hasta un dicho escocés confirma este hecho, «Four seasons in one day». Es una región repleta de ríos y lagos, verdes colinas y grandes acantilados en la costa. Nosotros tuvimos la suerte de disfrutar de muchos días soleados, algo inusual en Escocia, recuerdo que solo nos llovió en un par de ocasiones y en este sentido, disfrutar de las Highlands con sol confiere al paisaje un gran atractivo, todo el verde de las colinas brilla y contrasta espectacularmente con el cielo azul.

Visitamos muchos pueblos de las Highlands, algunos lagos y zonas montañosas donde hicimos algunas rutas. Nuestra primera visita fue Loch Lomond, el más grande del país con sus dimensiones de 37 kilómetros de longitud y 8 de anchura, tuvimos suerte con el clima e incluso pudimos comer en una playa alejada y solitaria, pero por la tarde las nubes y la lluvia aparecieron y apenas salimos de nuestro alojamiento en el Hotel Arrochar, ubicado en el fiordo que forma el Loch Long. Al día siguiente daríamos el salto a la isla de Skye, pero antes visitaríamos el tranquilo e idílico pueblo pescador de Inverarary, asentado a orillas del Loch Fyne, nos lo encontramos aislado de gente, sin apenas nada abierto salvo un salón de té. Ni siquiera el castillo estaba abierto, por lo que nos limitamos a rodearlo a través de un sendero.

Días más tarde, tras nuestra estancia en la Isla de Skye, nuestra primera parada en las Highlands fueron las colinas de Glen Coe, uno de los valles más visitados y bonitos de Escocia, con su forma de U, este valle de origen glaciar está jalonado por escarpadas montañas cubiertas de una tupida manta verde de vegetación. Como el tiempo amenazaba tormenta metimos en la mochila los chubasqueros antes de ponernos a hacer la ruta que teníamos prevista, un ida y vuelta por del interior del valle, por desgracia al poco de haber empezado comenzó a llover, primero chispeando y luego con más fuerza, aunque seguimos un rato finalmente desistimos de continuar y nos dimos medio vuelta porque literalmente nos estábamos calando.

A unos pocos kilómetros existe un mirador donde paramos a hacer unas fotos aprovechando un pequeño claro, había tres o cuatro autobuses turísticos y quizá doscientos japoneses haciendo fotos apresuradamente. Tantas prisas tenían que al marcharse los autobuses se dejaron a un japonés, cuando se abalanzó sobre nuestro coche para pedirnos ayuda le encontramos desencajado, aterrorizado por la situación. Le montamos en el coche y nos fuimos a la caza y captura de los autobuses, intentábamos tranquilizarle pero no sabía una palabra de inglés, a nosotros nos hacia gracia esa situación, hablábamos entre risas disimuladas de llevárnoslo el resto del viaje, pero la cara del hombre era un poema, pensé que sería un alucinado de la fotografía que se había alejado más de la cuenta, aunque también pensé en el guía, que en esos momentos no sabría la que se le venía encima. En el pueblo de Glen Coe nuestra idea era dejar al hombre en una comisaría pero, de repente, nos dijo que parara, su autobús por suerte estaba en la carretera, quizá se habían dado cuenta, el caso es que bajó de un salto y lo último que vimos fue como empezaba a gritar al guía, ahí quedó todo, el japonés en su hogar y nosotros continuando el viaje. 

Highlands-III

Glen Coe

Glen Coe está a orillas del Loch Leven, que en ese momento estaba decorado con algunos veleros formando un bonito cuadro, si apenas a diez kilómetros estaba lloviendo aquí brillaba el sol y no había nubes, así es Escocia y desde luego cuando aparece el astro rey hay que aprovecharlo. Esa noche dormiríamos en un rococó Bed&Breakfast cercano a Fort William para al día siguiente hacer otra ruta a los pies del Ben Nevis. Esta montaña con 1344 modestos metros de altura es el techo de Gran Bretaña, nosotros recorreríamos gran parte de la ruta Pony, con unas estupendas vistas al monte y sobre todo a los acantilados de la cara norte, de 700 metros de altura, bien conocidos por los escaladores y que forman un lugar muy frecuentado por los escaladores de hielo, concretamente.

Highlands-IIEstábamos en el río Ness y en línea recta llegaríamos al famoso lago  Ness, ya inmerso en el centro de las Highlands. Recordé con nostalgia mi primera visita a este lago, allá por el 98 en el viaje de Interrail, una visita de infierno en la que apenas vimos el lago y se nos ocurrió dormir en su orilla dentro de una maltrecha tienda de campaña, la lluvia apareció y la experiencia se tornó por momentos en muy complicada, no tengo recuerdo alguno de ese día, salvo las olas del lago golpeando la orilla mientras los tres nos apilábamos como podíamos en la tienda para poder dormir, pasamos miedo :).

Esta vez la visita fue redonda, no solo tuvimos buen tiempo sino que pudimos hacer todas las visitas que teníamos previstas para dos días, que no eran pocas. La primera de ellas fue, como no podía ser de otro modo, al museo del Monstruo del Lago Ness en Drumnnadrochit, un interesante modo de conocer el origen de la historia de la leyenda así como su moderna evolución, supuestas fotos, la historia geológica del lago o las múltiples investigaciones científicas llevadas a cabo en el Lago para dilucidar la existencia del monstruo. El museo tiene una orientación científica, pero no deja lo lúdico a un lado con sus numerosas proyecciones, salas ambientadas y otros elementos que lo convierten en una gran atracción turística. Pero quizá lo más bonito es su clara predisposición a no romper el mito (quizá por que comen de él). La cuestión es que tras décadas y décadas de importantes investigaciones y prospecciones del lago no se ha podido demostrar la existencia de este dinosaurio, pero tampoco se ha podido negar y aportan datos que incluso dan una posibilidad científica a su existencia, con eso nos bastaba, somos de los que nos gusta creer en estas leyendas.

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Playa en Tongue, norte de Escocia

Al salir ya estábamos preparados para circunvalar la carretera que rodea al lago y hacer el resto de las correspondientes visitas, la primera de ellas fue el castillo de Urquhart, lo poco que queda de él. Decidimos no visitarlo ya que había mucha gente y el precio no era barato, además desde lo alto era donde mejor se apreciaba, a orillas del lago despunta la única torre que queda en pie, una de las imágenes famosas de Escocia. Desde aquí, a unos kilómetros, se encuentra Fort Williams y su conocido y antiguo sistema de esclusas para que los barcos puedan subir río arriba, pudimos verlo en funcionamiento. En ese punto de la tarde había una luz muy bonita teñida de unas nubes negras muy amenazadoras, nos dio tiempo a disfrutar de un paseo por el turístico pueblo antes que empezara a llover, dormiríamos en un Bed&Breakfast cercano.

Highlands-VICuando tocamos la puerta de la solitaria casa nos abrió una anciana con claros signos de borrachera, nos hizo gracia y después, cuando fuimos a cenar, nos dio cierta pena, parecía una mujer sola, aislada en esta solitaria casa. Nuestras sospechas se confirmaron al día siguiente, la mujer, que nos había preparado un suculento desayuno, nos habló acerca de su viudedad con tristeza, tenía muchas ganas de compañía por lo que le dimos la cuerda que el viaje nos permitía.

Al irnos nos dio unos sandwichs de queso que nos había preparado, un encanto de anciana. Esa misma mañana seguimos explorando el Lago y muchos de sus rincones solitarios, para a mediodía ir hasta Inverness, la bonita capital de las Highlands, donde pasamos un día tranquilo paseando y yéndonos pronto a dormir ya que el día siguiente lo preveíamos largo en carretera.

Highlands-VIINuestra estancia de una noche en Wick, al norte de Escocia era un mero trámite para al día siguiente coger el Ferry a las Islas Orcadas, aunque sí pudimos visitar el Castillo de Dunribon.

Tras nuestro fin de semana en Las Orcadas recorrimos la zona occidental de las Highlands, la menos visitada y más aislada, costeamos desde Thurso a Tongue para después bajar hasta Ullapol. Dominaron todo el camino paisajes y carreteras solitarias, granjas aisladas, colinas redondeadas y abruptos acantilados costeros, nos tomamos con calma este tramo del viaje.

No faltaron otras visitas a castillos, la imponente abadía de Elgin o algunas zonas de recreo, donde, entre otras cosas, por fin encontramos a un par de frondosas vacas de las Highlands, que tanto habíamos deseado ver. Todo esto antes de llegar a la que sería nuestra última visita en las Highlands, el Parque Nacional de Cairngorms, donde tendríamos la suerte de conocer una reserva de renos y pasear con ellos.

Desde aquí dejamos esta preciosa región para dirigirnos a Glasgow y volver a la civilización.

 

Las tierras altas

Esta inhóspita región montañosa ocupa un importante territorio del país, la densidad de población es muy baja, predominantemente agrícola y ganadera. En esta galería de imágenes os encontraréis con el Lago Ness, la zona montañosa de Glen Coe, la capital Inverness, así como otros pueblos y, como no, muchos lagos, ríos y nubes.