De James Dean a la Ruta 66

Abril y Mayo de 2013

Fruto de ser el país con el mejor marketing del planeta Estados Unidos es en muchos aspectos un ícono, una marca exportada a todos los rincones de la tierra y especialmente para los que nos críamos con la televisión, los que nacimos en la decada de los 70 esta afirmación resulta casi categórica. Así que para un mitómano como yo desde que llegamos a San Francisco y durante todo el viaje asistimos a escenas que ya teníamos metidas en el subconsciente (o en el consciente) desde hacia mucho.

Mitos-James-Dean-V

Pero al margen de todos esos detalles tuvimos la fortuna, o quiza la decisión, de visitar dos lugares miticos del país. El primero de ellos fue el lugar donde murió James Dean. Si hablamos de Iconos Culturales del siglo XX nos encontramos con este actor, que con únicamente tres películas en su filmografía se convirtió en leyenda, coincidiendo con el hecho morboso de una muerte prematura, tal y como le ocurrió también a Marilyn Monroe o Jim Morrison, entre otros. Este es un pequeño resumen de aquel 30 de septiembre de 1955:

Tras el fin de rodaje de Gigante el actor tenía planeado tomarse un año sabático para dedicarse a las carreras de coches, a finales de ese mismo mes pretendía participar en una carrera en Salinas, California. El 21 de septiembre se compró un Porsche Spyder 550, de los que solo se habían construido 90 unidades ese año y que le costó la desorbitada cifra para la época de 6900 dólares. El Spyder era un descapotable muy pequeño, con una carrocería muy frágil y que podía alcanzar los 225 Km/h, lo bautizaría Pequeño Bastardo.

Mitos-James-Dean-IVEn un primer momento tenía planeado remolcar el coche hasta Salinas pero finalmente decidió conducirlo, acompañado de su mecánico, mientras otros dos compañeros les seguirían en camioneta.

El 30 de septiembre partieron hacia Salinas, en un momento del viaje un policía les multaría por exceso de velocidad y aconsejaría a James que se lo tomara con calma, “o no llegará a Salinas”. A unos 250 Km de los Ángeles circulaban por una carretera recta y solitaria, empezaba a hacerse de noche, era la ruta 466, un Ford conducido por un estudiante giró en una intersección para incorporarse a la carretera, “¡Tiene que parar!”, ¡Tiene que vernos! grito Jimmy, pero el Ford se quedó en la mitad del giro, la colisión fue inevitable. El choque fue brutal y el coche salió disparado contra un poste de teléfonos, el mecánico acompañante de Jimmy salió despedido y yacía malherido en el asfalto pero fue el actor el que se llevó la peor parte, su cuerpo absorbió casi todo el impacto, poco después fue llevado al hospital pero los médicos solo pudieron certificar su muerte por múltiples lesiones. James Dean había muerto a los 24 años de edad.

Mitos-James-DeanLa cuestión es que su muerte causó tal impacto que inmediatamente el lugar del accidente se convirtió en lugar de peregrinación de adeptos, curiosos y gente que quería darle su pequeño homenaje. El día que íbamos a dormir en Santa Barbara decidimos (o más bien Javi y yo insístimos) en desviarnos para visitar el memorial erigido en honor a James Dean, un desvio de 120 kilómetros desde el cruce en Paso Robles por la carretera que llegaba hasta Cholame, lugar del accidente, asequible…y Javi y yo como dos críos. Una vez allí no sabríamos muy bien que nos encontraríamos, quizá solo una sordida placa en el desierto, roida por el viento y poco más.

Una vez en Cholame no dabamos con el sitio exacto así que nos paramos en un supermercado y Javi y yo, que debíamos tomar las riendas de la situación, nos bajamos a preguntar. El sitio era desolado y la gente que vimos más todavia, en la puerta del super preguntamos a un chaval que salía, ni sabía quien era James Dean y, lo peor de todo, no se le entendía nada, posiblemente serían los primeros extranjeros con los que hablaba, la cuestión es que nos miró como si fuéramos extraterrestres, pero al final nos señalo con el dedo un lugar y pude entender las palabras dos millas, datos más que suficientes para continuar.

Tras unas vueltas llegamos otra vez a un cruce con la carretera principal y volviendo sobre nuestros pasos encontramos un cartel con la palabra James Dean junto a un restaurante, el Jack Ranch, lo habíamos encontrado. Había una gran losa de marmol cubierta de monedas con un texto escrito en honor al actor y junto a una placa un poco envejecida, sin más, pero ahí estábamos nosotros cumpliendo con el objetivo. La sorpresa llegaría en el Jack Ranch que, además de restaurante, era un museo, fotografías o dibujos de James Dean, una sala dedicada al accidente, con imágenes del actor en su coche o recortes de periódico de la época detallando su muerte, en definitva, mucho más de lo que esperábamos encontrar. Tras las cervezas y las fotos nos pasamos por la tienda de recuerdos, mirando ahora a mi derecha en el despacho observó sonriendo la placa que me compré. Como colofón a la visita nos paramos en el propio cruce del accidente para también hacernos unas fotos. Eso fue todo, un desvío que nos mereció mucho la pena y nos dejo un estupendo sabor de boca.

Mitos-James-Dean-IIIEl otro de los mitos que visitamos fue encontrado por casualidad en nuestro camino al Gran Cañón, donde nos topamos con un desvio de la Ruta 66 en la población de Kingman, en el estado de Arizona, al llegar a un cruce de caminos nos encontramos con una concentración de coches de época que estaban realizando la Ruta y habían hecho una parada, había Chevrolets, Ford y otras marcas de automoviles, todos en un estado de conservación envidiable.

Por último para terminar esta pequeña crónica citaré al Alien Center en Nevada, concretamente cerca del Area 51, una gasolinera transformada en un museo Kitsch del fenómeno Alien, tan pródigo en la misteriosa y secreta base del ejército de los Estados Unidos.

En definitiva, si cualquiera que viaje a Estados Unidos viene buscando también el ícono o el mito lo va a encontrar en cualquier rincón, sin lugar a dudas.