El Gran Cañón de Colorado

Abril – Mayo de 2013

Ruta-66Teníamos un largo camino desde San Diego para llegar al Gran Cañon al día siguiente pero estábamos frescos por la mañana y a la hora de comer ya habíamos recorrido la mitad de él al llegar a Kingman, una pequeña ciudad en el condado de Mojave, ya en el estado de Arizona. Justo al salir nos llevamos una grata sorpresa al ver un desvió a la Ruta 66, no sabíamos que justo pasara por aquí, el desvió era obligado, haríamos más millas, pero podríamos decir que recorrimos parte de la mítica carretera que atraviesa Estados Unidos, además tuvimos una grata recompensa al toparnos con una concentración de coches que estaban haciendo el recorrido.

Continúamos camino sobre las 5 de la tarde, queríamos conducir una hora más hasta buscar  un lugar para dormir, algo que no es complicado en Estados Unidos ya que es un país con muchísimas caravanas y furgonetas y existen multitud de zonas de camping en el camino, muy bien acondicionadas por cierto.

Encontramos uno de estos campings en la carretera interestatal 40, unas millas antes de Flagstaff únicamente había dos caravanas más, nos pareció un sitio tránquilo, aunque luego nos sorprendería la música hasta altas horas de la noche que salía desde una de ellas, pero el lugar era bonito, paisaje desértico y una noche limpia y con estrellas. Teníamos una gasolinera cercana para comprar unas cervezas y un par de cafés Starbucks preparados para la mañana siguiente.

Nos pusimos en marcha temprano, aún nos quedaban millas por recorrer y queríamos llegar pronto a la entrada sur del Gran Cañón para aprovechar el día. Una vez cogido el desvió la carretera iba subiendo levemente y así continúo hasta llegar al acceso sur, fueron también apareciendo nubes sucesivamente hasta que el cielo se cubrió de un gris plomizo.

La meseta superior del Gran Cañón se encuentra a 2100 metros sobre el nivel mar, mientras que el acceso norte está un poco más alto, siendo también más frío. En linea recta de un acceso a otro hay unos 16 kilómetros de media, sin embargo si quisiera hacerse este trayecto en vehículo hablamos de una distancia de 345 Kilómetros.

De este a oeste la distancia del cañón es de unos 350 kilómetros, no es fácil hacerse la idea de las magnitudes.

Cuando llegamos al cartel de bienvenida al parque nacional el cielo estaba muy cubierto y al bajar de la furgoneta nos sorprendió un frío que no esperábamos, posiblemente debido entre otras cosas a la altura y lo expuesto del lugar. Vimos una cantidad importante de coches en diversos aparcamientos, basicamente el parque estaba hasta la bandera, aunque siendo tan extenso, no se percibía en la densidad de gente, no hay que olvidar que recibe más de 4 millones de visitantes anuales.

Tras hacer una visita al centro de visitantes, coger folletos y leer algunos paneles informativos, decidimos para ese día recorrer parte del cañón en la furgoneta e ir parando en los distintos miradores, un plan tránquilo, que debía incluir algo de compra en algún supermercado. Teníamos todo el día siguiente para hacer caminatas más largas ya que nuestra idea era pasar dos noches.

Gran-Cañón-IIDescribir las vistas del Gran Cañón es algo sobre lo que ya se habrá gastado mucha tinta, la vista no abarca ni al este ni al oeste, las siluetas de las aristas de los salientes se va difuminando en ambos lados y en muy pocos lugares es posible ver al Río Colorado serpenteando en el fondo del cañón, como una ligera línea de color rojizo, el desnivel hasta el fondo tiene una profundidad de 1500 metros. Para descender se necesitan dos duros días de caminata en los que a medida que se baja la temperatura va subiendo exponencialmente, leímos algunos carteles de aviso sobre la sequedad y peligrosidad del camino, que anunciaban también el número de muertos en el Gran Cañón.

Una vez quedamos satisfechos encontramos un sitio en uno de los campings y nos dormimos pronto, el día había sido duro, mucha carretera. La mañana siguiente se levantó gelida y muy nublada, decidimos que camino recorrer tras el desayuno y optamos por la idea que nos pareció más cómoda, dar una larga caminata de varías horas para después volver en el autobús turístico hasta la furgoneta.

Gran-Cañón-III

Descartamos coger algún sendero que bajara porque preferíamos ver el cañón en sus vistas panorámicas. Las rutas están, logicamente, muy marcadas y preparadas para el turista, generalmente están a muy pocos metros del borde del cañón, puedes salirte y aventurarte por tu cuenta hasta llegar al propio borde o bien ir a alguno de los múltiples miradores que existen.

Gran-CañónPor desgracia el tiempo no nos acompañó y el frío era considerable. Dada la magnitud de las vistas era posible ver algunas entradas de sol lejanas, que impregnaban de un llamativo color rojo las paredes erosionadas y puntiagudas del cañón, aunque el gris era el color dominante.

Para esa tarde decidimos visitar otro centro de visitantes, esta vez dedicado a las tribus indias que habitaban la región, hoy en día se ven relegadas en su mayoría en reservas, muy numerosas en todos los Estados Unidos. Tuvimos la suerte de ver un impresionante atardecer en el que el sol apareció, nos alejamos unos cientos de metros y nos sentamos sobre un saliente al borde del cañón, fue un colofón perfecto para la visita, un pequeño regalo.

Esa misma tarde decidimos ir a visitar al día siguiente otro de los lugares de leyenda del país, Monument Valley.

El desvío se salía absolutamente de nuestra ruta muchas millas, pero ya que estábamos aquí y contando con que conducir la Ford era un placer decidimos liarnos la manta a la cabeza.