Yosemite, el primer parque nacional

Abril – Mayo de 2013

Yosemite-IVAl igual que nos pasó con San Francisco visitaríamos Yosemite al principio y casi al final de nuestro viaje. La primera visita fue fugaz con Javi y Ruth, de un día, en el que básicamente recorrimos los puntos de interés más famosos, las cascadas junto al Capitán, la propia pared de El Capitán, que está apenas a cien metros de la carretera y algunos miradores.

Encontramos por casualidad una trampa para osos en una zona donde aparcamos para comer, es bastante común que bajen hasta donde se encuentra la gente para obtener comida sin nada de esfuerzo.

No daba tiempo para mucho más con la apretada agenda que teníamos, por suerte nosotros ya planeamos pasar un par de jornadas menos aceleradas al final del viaje. Habíamos reservado previamente un bungalow en un camping, austero pero suficiente para pasar una noche y bebernos unas cervezas en el rústico pero cómodo bar del camping.

Yosemite

Semicúpula del Half Dome desde Glacier Point

Segundo paso por Yosemite

Hasta dos kilómetros antes de llegar al desvio que nos llevaría al Tioga Pass para acceder a Yosemite no sabíamos si estaría abierto. Fue un alivio ver el cartel en la carretera que anunciaba un gran Open.

Yosemite-III

En pocos kilómetros condujimos una estrecha carretera que salvo un gran desnivel hasta llegar al paso de montaña, donde a cada lado teníamos un metro y pico de nieve amontonado por los quitanieves.

Yosemite-IIHicimos muchísimas paradas hasta llegar al corazón del parque, pronto comenzamos a ver las inmensas paredes y rocas de granito tan características, lagos de origen glaciar, caudalosos ríos y nutridos y espesos bosques. Nuestro objetivo era visitar el Glacier Point para tener una vista cercana del Half Dome, la montaña más vistosa del parque junto con El Capitán. Pero antes de llegar nos dio tiempo a hacer una pequeña ruta junto a un río para acercarnos a una de las moles de piedra del parque, donde un grupo de escaladores estabán haciendo una vía, incluso la valiente de Silvia se pegó un baño en uno de los glaciares, con un agua gélida, salió bien espabilada desde luego, como se nota que tiene genes de Burgos.

Yosemite-VTambién vimos un grupo de coyotes junto a la carretera, bastante más saludables que el viéramos en el Valle de la Muerte, igual que ocurre con los osos, están muy acostumbrados al ser humano y se acercan a recibir comida, algo a lo que no contribuímos nosotros ya que implica un claro desequilibrio en su modo de vida.

Pasaríamos la noche en una de las numerosas zonas de acampada, la que encontramos menos concurrida, con mi inocente esperanza de poder ver uno oso de cerca, algo que no pasó. A la mañana siguiente visitamos Mariposa Groove, una pequeña reserva donde queríamos ver a uno de los seres vivos más grandes del planeta, las Secuoyas. La visión de estos gigantes deja sin palabras, tienen una gran longevidad, entre 2000 y 3000 años, algunos de ellos alcanzan más de los 100 metros, con bases que, en algunos casos, han servido como túneles para vehículos. En Mariposa Groove el rey es la Secuoya Grizzly, que ocupa el 25º lugar en altura de las Secuoyas vivas del mundo, con una altura de 64 metros, una circunferencia en su base de 30 y una antigüedad de 2700 años. Ubicarse bajo su base es una experiencia obligada, uno se siente muy muy pequeño.

Sobre todo nos quedó al final de nuestra visita a Yosemite, cuando íbamos ya regresando por la carretera, la sensación de habernos dejado mucho por hacer, sobre todo rutas más largas, pero todo no cabía. La próxima vez estaríamos en Yosemite más tiempo, estaba claro.