Falta mucha gente en esta galería, Agus, Carmen, Rafa, Pau, Jose, Marta, Xavi, David, Arturo, etc…

Muchos fuimos los que pasamos por allí, si me pusiera a contar llegaría a los cincuenta fácilmente. A cada uno nos movió una motivación distinta para juntarnos allí, en un lugar tan bello, como en ocasiones duro. Ninguno nos parecíamos en nada, pero poco a poco, de un modo orgánico, sabíamos que todos estábamos en el mismo barco, había que arrimar el hombro en todo momento, seguir las reglas y saber improvisar cuando fuese necesario.

Para mí todo aquello pasó en un segundo, el 31 de julio, cuando tomé mi avión de vuelta a Islandia, parecía como si acabara de llegar, me fui apenas había asimilado, cuando empezaba a unir todos los engranajes, que no eran pocos.

Todos fuimos buscando algo, los más afortunados a afianzar o a vivir de nuevo lo que ya habíamos encontrado. En fin, se quedan muy cortitas las palabras, cualquier añadido más podría resultar ridículo. Mejor que el silencio prime, en Groenlandia hay silencio, hay libertad.