Icebergs, montañas impredecibles

Junio y julio de 2009

Bandera-de-GroenlandiaLa acertada etimología de la palabra iceberg, en su origen Neerlandés, los define literalmente como «Montañas de Hielo». Cada mañana, ya fuera despertando en Qassiarsuk, Narsaq o Qaleralik, el paisaje de los fiordos variaba según llegaran o se fueran los icebergs.

Podían incluso llegar a condicionar cualquier planificación, en más de una ocasión los conductores tenían que aminorar o parar la zodicac, intentando intuir qué camino seguir para esquivar las enormes estructuras, en otras ocasiones bloqueaban directamente el fiordo y no quedaba otro remedio que darse la vuelta.

Los icebergs son estructuras de hielo de agua dulce flotantes, desprendidas de glaciares o de plataformas de hielo. Sólo aparece en superficie la octava parte de toda la masa, por lo que constituyen un peligro para la navegación, ya que pueden alcanzar tamaños descomunales.

Yo veía a estas moles como seres vivos, caprichosos, impredecibles y frágiles y temibles al mismo tiempo, potencialmente peligrosos, de una aparente calma podían pasar a un tumultuoso cambio en cuestión de segundos, girar sobre sí mismos o arrojar parte de su estructura al agua.