Canales de Kerala
17 de febrero de 2007
Una de las mayores atracciones de Kerala son los backwaters, la red de canales de mayor o menor tamaño que recorren gran parte de la región, permitiendo la comunicación entre aldeas y ciudades. En la actualidad casi todos los pueblos están comunicados por carretera, aunque algunos siguen teniendo el agua como única vía de transporte; en cambio cuando los británicos llegaron aquí en busca de las famosas especias, la jungla impedía el paso y fueron ellos los que idearon y crearon esta red de vías fluviales que hacen las delicias de los turistas extranjeros.
Muchos de los visitantes vienen con sus tours organizados desde sus países de origen, por ejemplo en Fitur, en Madrid, es fácil encontrar un stand de Kerala donde te informan y te reservan este tipo de actividad. Para los que llegan a la India por su cuenta y deciden organizarlo allí es muy fácil, en todas las localidades hay agencias que ofertan tours a la medida del consumidor, puedes alquilarte una embarcación privada para pasar una o más noches, por el módico precio de 50 euros para arriba por día, esta lujosa opción viene con un piloto, un cocinero y un ayudante, que harán de la estancia un auténtico placer para los sentidos, con comidas en la terraza del barco a base de productos frescos, incluido pescado del río. Para los que sólo quieran darse un paseo y conocer los encantos paisajísticos hay tours de medio día o de un día a precios muy asequibles.
Nosotros contratamos desde nuestro hostal un tour de un día por 400 rupias cada uno incluyendo la comida típica keralense. Nos vinieron a recoger en un jeep a las ocho de la mañana y nos condujeron, junto a otros seis extranjeros, a una localidad a cuarenta kilómetros de Cochín. Allí nos enseñaron las embarcaciones, había de dos tipos, una más lujosa con sillas de mimbre y otra más rústica con sillas de plástico. En la primera se acomodaron una mujer sueca que vive en el Sacromonte, en Granada, y otra pareja de extranjeros, en la segunda fuimos dos italianos, una pareja de franceses jovencitos y nosotros. Cuando ya pensábamos que íbamos a partir se nos unieron unos indios, mala señal…
Comenzamos el paseo por un canal bastante ancho, para pronto perdernos en canales muy estrechos rodeados de espesa vegetación, las embarcaciones se movían muy lentamente, la situación sólo invitaba a relajarse y disfrutar.
Eso intentábamos todos pero nos resultaba imposible con los gritos y el vocerío de los cinco indios, dos mujeres y tres hombres, que no dejaban de hablar y cacarear sin atender a lo que pasaba ante nuestros ojos. En más de una ocasión nos dieron ganas de gritarles para que se callaran, en concreto había una pareja que no dejaba de usar el móvil, llamando a hoteles para reservar habitación para esa noche, los franceses se cambiaron de sitio, así como Rafa, compartiendo la delantera con el remero y yo traté de no enterarme de nada, pero me fue imposible y acabé lanzando un ‘sssssssschhhhhhhhhhhhhh’ para que se callaran. Aquello pareció funcionar, aunque seguían siendo los más ruidosos del barco.
Una primera parada nos permitió visitar una aldea con cuatro casas, en ella unas mujeres preparaban fibras con hilo de coco que más tarde se usan como cuerdas, entre otras cosas para fijar las maderas de las barcas, también nos mostraron algunas especias, como la nuez moscada y la pimienta negra. Había una mesa con una pequeña muestra de artesanía local para el que quisiera comprar algún recuerdo.
Continuamos navegando por canales más anchos, varias embarcaciones de distintos tipos salieron a nuestro encuentro, algunas con formas realmente peculiares. Poco a poco el paisaje se fue abriendo y llegamos a una zona formada por islas, algunas de ellas con tan sólo un par de palmeras.
La segunda parada fue para comer, allí nos juntamos de nuevo con los pasajeros de la otra embarcación y disfrutamos de un menú típico vegetariano a base de arroz redondo y curries de distintas verduras, un auténtico placer para el paladar.
Con el estómago lleno y el vaivén entramos en un plácido duermevela que nos llevó de regreso a la orilla de la que habíamos partido. Fue perfecto, ni muy corto, ni muy largo, una jornada completa disfrutando de las maravillas que esconde el bello estado de Kerala.
Canales de Kerala
Los backwaters son una de las mayores atracciones del estado de Kerala, son un serie de canales grandes y pequeños que sirven de autopistas y carreteras fluviales para sus habitantes, y de recreo para miles de turistas. Aunque parezcan naturales la mayoría fueron creados por los británicos para permitir el transporte de las especias desde el interior hasta la costa.
Muchas son las aldeas que ya están comunicadas por carretera pero aún quedan algunas cuyo único acceso se hace a través de los canales. Es necesario pues tener una canoa para moverse de un sitio a otro, las hay de muchos tamaños distintos, algunas son para los niños que se entretienen jugando con ellas.