Nace una estrella en Bollywood
16 de diciembre de 2006
Sentí algo de envidia cuando Nico y Esther me dijeron que iban a ir de extras a Bollywood pero la fortuna me sonrió y cuando íbamos a cenar nos encontramos de nuevo con la cazatalentos, que me apuntó en su libreta de futuras estrellas. No nos dio ni una pista sobre lo que íbamos a rodar al día siguiente, sólo nos dijo que nos llevaría todo el día y que nos pagaría 500 rupias a cada uno, la sorpresa estaba por venir.
La cita fue a las siete de la mañana del día siguiente, en la puerta del cine Regal, que no distaba mucho de nuestro hotel. En el jeep que nos llevaría había una pareja de australianos, que serían los más normales del «grupo» y que quizá por eso abandonarían el rodaje a media mañana. Nuestra cazatalentos no paraba de mirar a su móvil y de hacer llamadas compulsivas, su chofer, con el que corroboramos la poca actitud al volante de muchos hindús, nos llevó a recoger a Benoit, otro extra, esta vez francés, tenía una cara muy delgada, unos pelos rizados y sobrecargados de gomina y lucía un conjunto inmaculadamente blanco de camisa y pantalón de lino que durante todo el trayecto limpiaba de motas de polvo compulsivamente, mientras nos deleitaba con los más surrealistas comentarios, era un freak que había venido a Bombay principalmente para aparecer en Bollywood. Como después comprobaríamos, talento no le faltaba y entusiasmo menos.
Recorreríamos la ciudad durante más de una hora hasta llegar al lugar de rodaje, un campo de cricket. Subimos a los palcos, donde estaban reunidos los otros extras y actores, sentados en unas sillas, charlando, mientras, en el césped, se organizaban las cámaras, paneles, iluminaciones, sonido, etc. Nosotros nos pusimos a desayunar, todo pagado por Bollywood. En realidad estuvimos comiendo tres horas hasta que empezamos a hacer algo. A Esther le tocó ir con el público, mientras Nico y yo, con el resto de extras, formaríamos parte de un equipo de cricket. Nos metieron en un vestuario y nos dieron una vestimenta enteramente blanca, incluida las zapatillas, luego nos repartieron gafas de sol a algunos y sombreros de paja a otros, como a mí. El caso es que poco a poco nos fuimos enterando de que el anuncio trataría de una compañía de seguros y que se rodarían distintas escenas de la alegría al ganar un partido de cricket. A eso de las doce saldría a escena el actor principal, antiguo capitán de la selección india de cricket, tenía que aparecer delante de la cámara portando un palo de cricket sobre el hombro y soltar una parrafada, sin más. Yo me bajé con la cámara a ver si conseguía buenas fotos. Al hombre le costó dios y ayuda hacer una buena actuación, pero bueno, al fin y al cabo lo suyo es el cricket, no la interpretación.
Se iba acercando nuestro momento, nos mandaron bajar al césped y nos empezamos a conocer todos un poco, muchos de los extras llevaban cuatro años trabajando de eso, había unos personajes dignos de mención, tres o cuatro nacidos en Bombay pero de padres británicos, un albino, uno de Hollywood y hasta un ucraniano, ¡qué narices podía hacer un ucraniano en Bombay trabajando de extra!, la verdad es que no tenían mucha conversación, eran un tanto extraños. Cuando nos tocó nuestra primera salida a escena nos colocaron en grupos de tres, teníamos que charlar y aparentar estar alegres, todo fue bien hasta que se gritó ¡acción!, mis dos compañeros comenzaron a hacer muecas horribles y aspavientos con los brazos, yo les hice entender que no teníamos por qué hacer eso, que con seguir hablando con normalidad bastaba, quizá una sonrisa sutil, pero nada más, no es que sea Robert de Niro pero, madre mía, era horroroso verles, pensé que quizá saldríamos pequeñitos en el montaje final, sería un alivio.
Eso fue todo lo que hicimos por la mañana, eran las dos de la tarde y habíamos actuado (por decirlo de algún modo) apenas diez minutos. Durante la comida conocimos al actor que procedía de California, un verdadero actor, se parecía mucho a Donald Sutherland y al final resultó el más normal de todos, llevaba 20 años trabajando en Bollywood, «era mucho más fácil encontrar trabajo aquí que en Hollywood«.
La comida fue horrorosa, un plato de arroz con no sé qué masa por encima, pero lo más gracioso es que no nos dejaron ni acabarla, al director le dio la vena de seguir trabajando, cuando habíamos estado seis horas parados justo a la hora de comer le dio al hombre por continuar. La verdad es que ya estaba un poco aburrido, pero me seguía riendo con las múltiples pifias del rodaje, que si una valla que se caía y la volvían a poner con cinta aislante, que si había que repetir una escena tropecientas veces, que si un foco fallaba, que si la grúa se había quedado atascada, que si nadie hacia caso al director y muchos se escaqueaban de trabajar, en fin, un sinfín de cutreríos. La tarde fue un horror, nos hicieron distribuirnos por el campo de cricket, la escena consistía en que después de un gran golpe ganábamos el partido y teníamos que ir corriendo a abrazar al bateador, la mala suerte es que me tocó en el último grupo, el que estaba más alejado, tuvimos que repetir la carrera lo menos diez veces, bajo un sol de justicia, yo pensé que 500 rupias no era suficiente, el caso es que al acabar la escena me escondí, sin más, entre la maraña de gente que se dedicaba al sonido y esas cosas, cogí mi cámara y me puse a hacer fotos, tal y como hacía Nico, que desde hacía un rato también se estaba haciendo el sueco.
Pero ninguno de los dos pudimos evitar aparecer en la última escena, donde, en un plano mucho más corto teníamos que abrazarnos y gritar, chocar las palmas, etc. Acabamos al atardecer, eso había sido todo, un aburrido anuncio de una compañía de seguros que según nos dirían aparecería en televisión cuando comenzara la liga de cricket.
Y así acabo nuestra experiencia en Bollywood, mis expectativas se vieron cubiertas (no me extraña que rueden tal cantidad de películas), aunque supuse que al ser un anuncio sería menos serio, porque si no…
Tardaríamos dos horas en volver al hotel, yo quedé con la chica en que me mandara el archivo del anuncio por e-mail, no sé si lo hará.
Nace una estrella en Bollywwod
Bollywood es uno de los mayores centros cinematógraficos del cine mundial. La formula se repite en sus películas, llenas de cliches, acción, violencia, música y bailes con locas coreografías, romance y moral. La ciudad esta llena de cines con exhuberantes carteles.
El objetivo de nuestra actuación era mostrar en todo momento euforia, al fin y al cabo éramos los ganadores de un partido de cricket, pero personalmente quedamos ridículos en todas las tomas que tomamos, sinceramente, ninguno de los presentes éramos Robert de Niro o Al Pacino.