Furgoneta rumbo a Malasia

26 de febrero de 2007

Desde un principio nuestra idea había sido la de embarcar la furgo en el puerto de Chennai, uno de los más importantes de la India, la idea de hacerlo desde Bangladesh había ido perdiendo peso según avanzaba nuestro viaje por la India, lo que no nos imaginábamos es que ni siquiera conduciríamos hasta Chennai.

Embarque-IIEstando en Cochín la primera vez, antes del viaje a Sri Lanka, leí en la guía que en Cochín se encontraba el cuarto puerto de la India e investigando un poco en internet vi que dicho puerto era parada de muchas de las rutas comerciales entre el Golfo Pérsico y el Sudeste Asiático. Pero no fue entonces que cambiamos de idea sino al regresar de Sri Lanka, no recuerdo muy bien el momento, pero la razón estaba muy clara, Rafa no quería conducir más en India, ni le apetecía pasar mucho más tiempo allí, un día le comenté la posibilidad de irnos antes desde Kerala y se le iluminó la cara. Lo primero que hicimos fue mirar en internet algunas compañías navieras que trabajasen allí, prácticamente todas las importantes lo hacen, como P&O, Maerks, Evergreen, N&K, etc. Estando en el hostal en Cochín de regreso de Varkala comentamos a Aniz y Sunil nuestra intención y su jefe nos consiguió un contacto en el puerto, un hombre vino a vernos el domingo al hostal y quedamos en llamarle al día siguiente cuando llegásemos al puerto.

La primera visita al puerto fue un poco decepcionante, nuestro contacto nos llevó a TransAsia que nos ofreció un contenedor 40 Feet High Cube por 400 dólares, 250 más que en el puerto de Chennai, por otra parte la agencia a la que nos llevaron quedó en darnos un presupuesto que tuvimos que esperar dos o tres días. Al despedirnos decidimos ir solos a N&K donde nos atendieron muy amablemente, ellos nos ofrecían el mismo contenedor por 350 dólares, nos pondrían en contacto con un agente al día siguiente.

Esos días los pasamos en internet y en el locutorio, lo primero que hice fue buscar si Interfreight Services, una agencia con la que habían enviado unos ingleses su jeep un año antes, trabajaba desde Cochín, hallé la dirección y les envié un mensaje a ellos también. Las ofertas fueron llegando entre el lunes y el miércoles, los agentes que trabajan con TransAsia nos pedían más de 25.000 rupias (440 euros), más aún los agentes del contacto con N&K, Interfreight Services nos dio la sorpresa, nos ofrecía un contenedor a 275 dólares y sus servicios no superaban las 17.000 rupias, o eso pareció al principio.

Embarque-III

Fuimos a sus oficinas el miércoles y acordamos el precio, lo que nos habían mandado más 2.500 rupias por el material de anclaje y la extensión de nuestro Carnet que caducaba al día siguiente, y tal vez 1.500 más por un seguro.

Enviaríamos la furgo el miércoles siguiente, 1 de marzo, hasta Port Klang, un puerto a 39 kilómetros de Kuala Lumpur en Malasia. Les dimos el Carnet de Passage, fotocopias de un montón de documentos y una lista escueta del contenido del vehículo. Quedamos en ir el lunes a realizar el embarque. Mientras tanto nos compramos los billetes para Singapur desde Chennai el día 1 de marzo, y los billetes de tren desde Cochín hasta Chennai para la noche del lunes, teníamos mucho margen, el embarque no duraría más de tres horas…

El fin de semana recibimos un email de la agencia, ¡como no! habían olvidado añadir un concepto al presupuesto, el handling del contenedor del puerto al barco, otras 4.500 rupias, ya nos parecía a nosotros que la diferencia era demasiado grande entres las agencias, aún así el contenedor era más barato y ellos también, aunque ya no tanto.

Namaste-India

El lunes llegamos a las 10:30 a las oficinas, allí tuvimos que esperar casi dos horas a que viniera el responsable de nuestro asunto y nos llevara al lugar del examen en las oficinas de Costums/Aduanas. Allí fuimos, un poco sorprendidos porque no veíamos el contenedor por ninguna parte volvimos a esperar otra media hora. A la 1:30 dos personas examinaron el vehículo, tomaron nota del número de chasis y luego cogieron la lista del contenido, el hombre preguntó por los sacos de dormir y la mujer por la comida envasada, totalmente al azar, no abrieron nada ni preguntaron nada.

Entonces algo comenzó a moverse en el lugar, unos hombres subieron una rampa de hormigón destrozada y comprendimos que pretendían que subiésemos la furgo allí para meterla en el contenedor, ¡¡imposible! Lo intentaron de nuevo, con su habitual mente estrecha unos diez indios convencidos quisieron que ¡¡Rafa subiese la rampa y aparcase sobre un camión, desde el mismo conduciría marcha atrás dentro del contenedor que estaría a la misma altura!! Nosotros estábamos flipando, ¿de dónde había salido tanto inepto?, claro, como el vehículo no era suyo. El plan tenía miles de fallos, como que la rampa era muy empinada y no había plataforma donde pararse para maniobrar al final, que para subir al camión había que preparar una rampa con maderas y piedras porque no había espacio para colocar el camión en el lugar adecuado, y por último que si todo salía bien, lo cual no era posible, el camión nunca estaría a la misma altura que el contenedor, habría que preparar otra pequeña rampa para unirlos, y ¿cómo?, ¿en el aire? Aún así Rafa lo intentó, para mostrarles que no era posible, a la primera reventó todos los tablones que habían colocado nuestros inteligentes ayudantes. Nos negamos a intentar nada más, tal y como habíamos dicho la semana anterior, entraríamos al contenedor desde el suelo, tenían que buscar las grúas para bajar el contenedor del camión, y ese fue el gran problema, no había grúas, todas estaban en un gran proyecto del estado de Kerala para abastecer a toda la provincia de agua potable en sus casas. Nos remitieron a las 4 de la tarde y nos llevaron al hostal para que comiéramos.

EmbarqueComimos con Sunil, Aniz y Rakel, Rafa se echó una corta siesta y luego nos dimos una ducha, presentíamos que la tarde sería larga, muy larga; esta vez cogimos las mochilas, el tren salía a las diez de la noche y tal y como se estaban poniendo las cosas no sabíamos si podríamos cogerlo.

A las 16:00 llegamos al lugar, ni atisbo de grúas, el contenedor, que había llegado cuando Rafa intentaba lo de la rampa, seguía sobre su camión fuera del recinto. A las 18:00 el único cambio fue que el contenedor estaba dentro del recinto. Los trabajadores de costums estaban allí esperando, como nosotros, a que llegaran las grúas y poder irse a su casa cuanto antes. Ya anochecía cuando llegó una grúa y se pusieron al trabajo. Ante nuestra atónita mirada atan el contenedor a dos extremos opuestos y la grúa comienza a elevarlo, ¡¡clash!! se desengancha la cadena, segundo intento y ¡¡clash!! se rompe la cadena, ¡nuestra furgo iba a acabar aplastada esa misma noche al subir de nuevo el contenedor al camión!. En el tercer intento lo consiguieron. Abrieron el contenedor y rápidamente conduje la furgo dentro, mis dudas sobre la altura se disiparon, no hubo necesidad ni de desinflar un poco los neumáticos, entramos con holgura. Luego tocó fijar el vehículo en el interior, cabían dos furgos como la nuestra, como no estuviera bien fija, se reventaría en el interior durante el trayecto. La fijaron muy bien y cerramos y sellamos el contenedor. Todo el miedo que había tenido durante la descarga del contenedor se desvaneció cuando al introducir la furgo vi que llegaba otra grúa, entre dos lo harían bien, nuestro hogar estaba a salvo. Así fue, a las 20h40 las dos grúas colocaban de nuevo el contenedor sobre el camión, ¡¡ya estaba!!; calculamos que si tal y como habíamos quedado el contenedor hubiese estado en el suelo esa mañana, antes de las 15:00 habríamos estado de vuelta para la comida, y habríamos disfrutado de la última tarde en Cochín antes de coger el tren.

Regresamos a la oficina, yo pensando en que aún nos daba tiempo, Rafa no, incluso habíamos llamado al hostal para decir que volveríamos esa noche. Hicimos el pago, las 21:05, el tren salía a las 21:40 desde la estación del norte de Ernakulam, a demasiados kilómetros del puerto. El jefe se ofreció a llevarnos, aún había una posibilidad. 21:20, ¿qué hace?, ¿por qué no gira aquí?, el día anterior un carguero se había tragado el puente de acceso principal a Ernakulam, hay que dar un rodeo, ¡estamos perdidos!, 21:45, llegamos a la estación, el tren aún está en el andén, ¡¡Rafa corre!!, y, como sólo ocurre en las películas, montamos en marcha. Nunca olvidaremos el 26 de febrero del 2007.

Camino a Malasia

El embarque de nuestra furgoneta en el puerto de Chennai fue una odisea, todo se hizo a la India, como improvisando. Por fortuna y aunque estuvimos al borde de un ataque de nervios un par de veces, finalmente tras largas horas que se extendieron hasta la noche el contenedor fue sellado y emprendió su nuevo viaje al sudeste asiático.