Ubud, refugio de artistas

25 de abril de 2007

Ubud-VIISalimos espantados de Kuta, nuestra toma de contacto con la archiconocida isla de Bali había sido muy negativa y esperábamos que Ubud, más hacia el norte y en el interior, fuera menos turística y más agradable.

Ubud es una pequeña localidad, considerada centro cultural y artístico de la isla, se encuentra rodeada de campos de arroz y posee el característico paisaje abrupto de la zona. Al llegar nos dio una agradable sensación de tranquilidad, y en efecto es un lugar tranquilo; no se puede decir lo mismo de su carácter turístico, pero como iríamos viendo poco a poco, casi toda la isla está explotada por este sector.

Nos alojamos en un hostal característico de los que se pueden encontrar en la isla, habitaciones con camas enormes y una pequeña terraza privada con dos sillas y una mesa, donde al levantarnos teníamos nuestro desayuno; desde luego los alojamientos son uno de los puntos fuertes del lugar.

Ubud-VEsa misma tarde daríamos nuestro primer paseo por la población, camino del Templo de los Monos o Pura Dalem Agung Padangtegal, una de las atracciones de la ciudad. Nuestra calle y, en general, todas las demás estaban repletas de locales enfocados al turismo, tiendas de souvenirs, centros de internet, agencias de viaje y restaurantes. Los templos también tienen una presencia importante, profusamente decorados con elementos hinduistas mezclados con las creencias tradicionales de Bali, donde las estatuas de Barong, una deidad balinesa que simboliza el bien y el mal se encuentran por doquier; si existen tantos templos en Ubud es porque se han edificado muchos como templetes o escenarios para las danzas que se ofrecen a los visitantes, un lucrativo negocio.

Ubud-IIPero, aunque es cierto que la religión es un reclamo turístico, no hay que poner en duda que ellos la viven de una forma muy intensa, en las puertas de las casas o tiendas siempre hay ofrendas, muchas veces en el suelo ¡cuidado con no pisarlas!, se trata de ofrendas muy trabajadas que día tras día los balineses ofrecen a los dioses como tributo. Además de las ofrendas están los rituales o ceremonias, casi cada paso importante en la vida de un balinés va acompañado de una ceremonia, la primera ocurre a los 105 días del nacimiento, un ritual equivalente al bautizo en el que se le da el nombre al recién nacido, el niño tocará la tierra por primera vez 105 días después, a los 210 de haber nacido, día en el que también se le cortará el cabello por primera vez.

El Templo de los Monos se encuentra en un jardín tropical, a las afueras de la ciudad; los monos, tan acostumbrados a los turistas, muestran un desparpajo notorio y no es difícil ver algún robo descarado por parte de los primates, en los que por supuesto las víctimas son los turistas, ¡cuidado con gafas, cámaras y cualquier otro objeto! Bajando unas largas escaleras se llega a otro pequeño templo, oculto entre lianas, vegetación y musgo, el acceso se realiza a través de un espectacular puente de piedra que simula el cuerpo de un dragón, rematado por dos cabezas de este animal, junto al río hay un estanque repleto de estatuas de deidades balinesas también ocultas entre la vegetación, un lugar con aire de fantasía, misterioso y oscuro.

La primera mañana alquilamos una moto que nos llevaría a visitar los alrededores, el templo Pura Taman Pule en la localidad de Mas, el templo-cueva Goa Gajah y el templo de Yeh Puluh en Bedulu, y los templos Pura Kebo Edan y Pura Penataran Sasih junto a Pejeng, visitar todo esto nos llevaría una larga mañana que culminó con un suculento festín a base de cerdo asado, el famoso Babi Guling del restaurante situado frente al palacio Puri Saren Agung, en el centro de Ubud, frecuentado tanto por locales como por extranjeros.

UbudTras un necesario descanso nos pusimos de nuevo en marcha, nos habían sabido a poco los arrozales de la mañana así que nos decidimos a ir a Campuhan y echar un ojo a los campos al oeste de Ubud, fue muy sencillo encontrar un camino asfaltado que recorriera algunos de los campos, pasamos un buen rato paseando, observando cómo algunas familias recogían el arroz, y comprobando que estaban acostumbrados a la presencia de turistas, al escuchar las palabras mágicas salir de algunas bocas: «money, money». Nuestro paseo desembocó en una calle cerrada donde un resort de lujo nos dio la bienvenida, un auténtico paraíso que pudimos disfrutar por unos instantes, la piscina era lo mejor, construida en una terraza con vistas a las plantaciones, el resort-spa Alila nos daba la bienvenida.

El siguiente día estuvo dedicado al mercado local y a pasear por el pueblo, el mercado había degenerado hasta convertirse en un centro de venta de souvenirs, tan sólo unos pocos puestos en el ala este, en la planta baja, siguen dedicándose a la venta de productos frescos.

Ubud-IV

Hotel de lujo

Pero ni siquiera éstos han sobrevivido a la rapiña y el timo, empeñada en tomarme un café en un sitio local me acerqué hasta un pequeño kiosco en el mercado compartiendo el momento con algunos vendedores del mercado, cuando fui a pagar toda la sensación de haber vivido un momento auténtico se vino a bajo al oír decir a la vendedora que el café costaba 5.000 rupias, convencida de que no era así le pregunté a mi compañero de banco quien confirmó el precio; apesadumbrada me fui, pregunté el precio en otro chiringuito, en éste me pedían 4.000, hasta que di con uno cuya camarera me comentó que el precio eran 1.000 rupias.

Ubud-IIIEnfurecida regresé hasta el lugar, hice que me devolviera las 4.000 rupias que tan vilmente me había robado, la muy … fue soltando los billetes uno a uno, esperando que me conformara con menos, yo no daba crédito, de nuevo Bali me brindaba uno de sus mágicos momentos.

Por lo demás en el mercado jugamos el juego del comprador extranjero, regateando muy duro cuando queríamos comprar algo de verdad, y aún así te quedas pensando ¿me habrá timado éste también?, pero al menos pagas lo que estás dispuesto a pagar.

Ubud-VIAquí se puede encontrar todos y cada uno de los souvenirs típicos de Indonesia, la variedad y el precio que se puede alcanzar son de lo mejor del país, es el lugar donde hacer las compras: tejidos, ropa, tallas de madera, marionetas, especias, vajilla de madera o de coco, y un largo e infinito etcétera de artesanía.

Esa noche, como despedida, asistimos a una actuación de danza Kecak y danza Sanghyang, fue lo mejor que pudimos hacer, la obra fue muy entretenida con su coro de decenas de hombres desnudos de cintura para arriba gesticulando y emitiendo todo tipo de sonidos guturales, ¡qué pedazo de artistas!

Ubud

El templo de los Monos

En el bosque de los monos se levanta el Pura Dalem Agung Padangtegal, dedicado a la diosa de la muerte Durga, que a menudo toma la forma de Rangda, la reina del ultramundo.

En los templos balineses es común ver estatuas en piedra, suelen representarse distintos personajes de la mitología de la isla.

Danza Balinesa

Danza Kecak

Una de las danzas más famosas de Bali es el Kecak, de las pocas que no están acompañadas por una orquesta gamelan, en su lugar un coro de cien hombres interpretan la música de acompañamiento con sus voces.

El Kecak muestra escenas del Ramayana hindú en su versión folclórica balinesa, el fragmento más representado es el del rapto de Sita, esposa del dios Rama, por el demonio Rawena, y su posterior rescate y muerte del demonio.

Danza del Fuego

Sanghyang Jaran, en la cual un joven baila sobre un caballo alrededor de una hoguera de cocos que habrá de pisar y desperdigar hasta que se apaguen.

Danza Sanghyang Dedari

Esta danza tiene como objetivo el mantener la aldea sana y libre de malos espíritus, las protagonistas son dos niñas (las vírgenes son consideradas sagradas) que entran en trance guiadas por dos coros, uno masculino y otro femenino. Las niñas interpretan la danza en una coreografía perfecta, realizando exactamente los mismos movimientos en cada momento y sin abrir los ojos a lo largo de toda la representación.