Tabriz y Ardabil: El noroeste de Irán

21 de febrero de 2006

A pesar de que el paso de la frontera había sido fácil siempre nos encontramos un poco aturdidos y perdidos cuando pisamos por primera vez un país, y en este caso más. Se oyen tantas cosas de esta nación, casi todas negativas, que a uno le entran muchas dudas. Arrancamos y descendimos por una larga rampa que llevaba directamente a Bazargán, el pueblo fronterizo, enseguida se nos acercaron varios hombres para ofrecer diferentes objetos o cambiar dinero, dinero no necesitábamos porque habíamos cambiado en el banco de la frontera cincuenta dólares, lo que sí nos hacía falta era un mapa más manejable que el que teníamos, sólo nos costó tres dólares y por ahora nos está dando buenos resultados.

Tabriz-IIIDejamos atrás Bazargán, con sus bancos, sus hoteles y su muchedumbre agolpada en la carretera, la siguiente población importante es Maku, a unos veintiocho kilómetros de la frontera. El lugar era un hervidero de gente, los puestos se agolpaban en las calles y las mujeres iban y venían de uno a otro, nos recordó mucho a Siria. En la primera gasolinera al salir nos paramos para repostar, sabíamos que el gasóleo es baratísimo en Irán y que no se encontraba en todas las estaciones de servicio, este fue el caso. Mientras el encargado nos hacía un gesto de que nos fuéramos un hombre se paró con su coche y nos invitó a seguirle a otra gasolinera, así lo hicimos durante unos cuantos kilómetros. El hombre hablaba inglés y se presentó como guía para turistas, comentó que en algunas gasolineras no quieren atender a extranjeros (lo cual es mentira según nuestra propia experiencia posterior), él mismo pagó el gasóleo y luego nos acompañó unos metros más. Rafa le dio el dinero: 25.000 riales o 2.500 tomanes (unos 2,5 euros por 60 litros), yo sabía que nos estaba timando porque había comentado que el litro costaba 165 riales (0,0165 euros), pero no nos íbamos a poner a discutir por un euro. Aún así le echó cara y nos pidió algo más por la ayuda y algún juguete para sus hijos, se llevó un dólar más, una pelota de goma y un anillo (made in China comprados en Estambul). Nos ofreció también un camping con agua caliente y baño, rechazamos la oferta, queríamos seguir hacia adelante.

La diferencia horaria se hizo sentir muy pronto, habíamos adelantado una hora y media el reloj, con lo que entramos en Irán pasadas las tres de la tarde. Y así fue como se nos echó la primera noche persa encima, en mitad de la carretera que cruza la provincia de Azerbayán Este camino de su capital, Tabriz.

Tabriz-VNos quedamos a mitad de camino y pasamos la noche junto a un restaurante de carretera donde cenamos, primeramente estábamos solos pero por la mañana amanecimos con un montón de camiones que también habían pernoctado allí.

Antes de visitar la ciudad queríamos quitarnos de en medio el trámite de poner una matrícula temporal, preguntamos a la policía, tal y como nos habían dicho en la frontera, y sin darnos cuenta nos vimos conduciendo por las circunvalaciones con la ayuda de Kemal. Primero nos dirigimos a unas oficinas centrales, pero nos dijeron que allí no era, y la segunda vez fuimos a las afueras de la ciudad, poco metros antes de llegar nos despedimos del soldado de 24 años que tanto nos había ayudado. El sitio en el que nos encontrábamos debía ser algo parecido a la DGT en España, pero aquello era un caos de ventanillas y salas con colas descontroladas y mucha gente. Rafa salió solo a hacer los trámites, menos mal que un chico se apiadó de él y uno de los encargados nos tomó los datos rápidamente. La gente salía por la puerta con las placas en la mano, nosotros esperábamos poder hacer lo mismo brevemente, pero nos equivocamos, el jefe dijo que no, que en Tabriz no podían darnos la matrícula, y así se pusieron todos a discutir y a pasarse los papeles el uno al otro: unos nos decían que fuésemos a Urumía (capital de la provincia de Azerbayán Oeste), otros que a Ardabil (capital de la provincia de mismo nombre), otro chico dijo que el papel que teníamos nos daba carta blanca para todo el mes, y la idea más general era la de que fuéramos a Teherán.

Tabriz-IV

Parque de El Goli

Visto lo visto decidimos no hacer nada de nada, y ver en la frontera con Pakistán qué nos dicen, al fin y al cabo en la frontera con Turquía nos remitieron a Tabriz y allí nos dieron largas, tenemos todas las excusas, incluida la del idioma, seguro que como mucho nos toca pagar una multa de pocos riales…inshallah.

Tabriz-VIYa era tarde y el hambre hacía mella en nuestro humor. Aparcamos en el centro, junto a los exiguos restos de la fortaleza Arg-e Tabriz, y desde allí caminamos hasta el barrio del Bazar. La Oficina de Turismo se encuentra en la segunda planta de un edificio junto al bazar, pensamos que estaría cerrada pero subimos por si acaso, tuvimos suerte, un chico que no hablaba nada de inglés nos recibió con una gran sonrisa, nos dio algunos panfletos y, cuando le preguntamos por un camping, realizó una llamada tras lo cual Rafa se vio hablando en español con un funcionario de turismo. El hombre muy amable nos dio varias indicaciones y nos dijo que existía un camping pero sólo abría en verano, comentó que podíamos dormir en cualquier sitio con el coche, que Irán es un país muy seguro.

Con la sorpresa de hablar español tan pronto en el país nos fuimos al bazar, pero antes saciamos el hambre en un restaurante del lugar: hombres abajo, familias y mujeres arriba; menú único: fanta naranja, sopa de tomate y kebap con arroz, todo por 4.300 tomanes (unos 4 euros). El bazar es enorme, varias calles cubiertas construidas con ladrillos cocidos, formando cúpulas con aperturas para la entrada de luz natural y algunas de ellas adornadas con azulejos verdes o azules.

TabrizAgotados en nuestro primer día aparcamos en el parque El Goli, el más grande y famoso de la región. Cuando llegamos tres chicos aparcaron junto a nuestro coche, curiosos por nuestra presencia nos invitaron a tomar un té en la primera terraza junto al estanque, el frío impidió que la conversación se alargara más de media hora, pero fue un buen contacto con la gente. El segundo ocurrió paseando por el mismo lugar, una chica joven nos saludó en inglés, parecía un poco triste y sola, enseguida se puso a hablar con nosotros y nos pidió acompañarnos un rato. Así fue como conocimos a Afsaneh, una chica de 20 años casada desde hace uno y estudiante de matemáticas en la universidad. Pasamos un buen rato charlando con ella, nos contó cómo el pasado verano había conocido a una pareja de españoles que viajaban en bicicleta durante un año, habían pasado dos días con ellos en Tabriz. Vestía ropa muy moderna, me preguntó de dónde había sacado yo mi uniforme, le expliqué que había sido una compra de última hora antes de cruzar la frontera. No parecía muy contenta con las normas del país, nos dijo que tenía problemas con su familia por haberse casado con quien quería y no con alguien con casa propia y la vida arreglada, la sentí un poco atrapada, como si su conversación con nosotros le sirviese para desahogarse de muchas cosas que le rondan la mente pero no puede contar a nadie. Al despedirnos intercambiamos los emails y dijo que si su marido regresaba temprano se acercarían a saludar; no la volvimos a ver.

Ardabil-III

Mausoleo Sheikh Safi od-Din

Aún quedaba tiempo para más, una hora después una familia nos tocaba en el cristal, querían ver la furgoneta por dentro, nuestra paz se vio turbada de nuevo y una familia entera se sentó dentro de nuestro humilde hogar; miraban a cada esquina con curiosidad y no paraban de hacer preguntas. ¡¡Por fin solos!! Nuestro primer día en Irán era el preludio de lo que nos esperaba, la mayor muestra de hospitalidad y curiosidad que hemos recibido hasta ahora, tal vez porque es un país que ha estado cerrado a cal y canto durante mucho tiempo y necesitan ver qué hay ahí fuera.

Por la mañana hicimos un par de visitas, una a una antigua mezquita Masjed-e Kabud y otra al museo de Azerbayán Este, ambas muy interesantes y baratas.

Tabriz-IIArdabil-IINuestro itinerario continuaba hacia el este, queríamos acercarnos al Mar Caspio y en el camino visitar Ardabil, la carretera serpenteaba por una llanura medio desierta dejando a ambos lados montañas de altitud superior a los tres mil metros en algunos casos. Esa noche dormimos en Sareiyn, bajo las nieves del monte Sabalan (4.860 m, el segundo del país), se trata de un centro de aguas termales conocido en todo Irán. Fue muy interesante ver cómo es un lugar de vacaciones para los iraníes, con una feria a las afueras, cientos de restaurantes y hoteles por toda la ciudad, y varias calles con tiendas donde comprar la mejor miel del país o bañadores para los balnearios. Nosotros no tomamos ningún baño, pero si adquirimos una buena ración de la deliciosa miel.

Por la mañana visitamos Ardabil, una bulliciosa ciudad de medio millón de habitantes fuera de los clásicos circuitos turísticos, leyendo nuestra maravillosa guía (Rumbo a Irán, de Toni Vives, Ed. Laertes) nos pareció un lugar interesante para visitar y no nos equivocamos. Rechazamos una oferta de desayuno que nos hicieron desde un coche nada más entrar a la ciudad y aparcamos junto al Mausoleo Sheikh Safi od-Din, un edificio de extraordinaria belleza, sobre todo para los que les guste el color azul. Lo primero que divisamos fue las torres, con los ladrillos cocidos, algunos esmaltados con colores, unos obreros trabajaban en el suelo de la entrada, y entre baldosas sueltas accedimos al patio. Unos soldados que montaban guardia nos saludaron y nos invitaron a continuar. El patio nos dejó con la boca abierta a los dos y tardamos un buen rato en penetrar en el interior del edificio, donde visitamos las tumbas y el museo de la Porcelana China, donde el edificio era casi más interesante que lo expuesto.

ArdabilDejamos el lugar para adentrarnos en las calles de la ciudad en busca del bazar y sus gentes, sabíamos de la existencia de una vieja mezquita e intentamos llegar hasta ella, cual fue nuestra sorpresa cuando al preguntar por segunda vez un hombre nos acompañó hasta una esquina y allí nos metió en un taxi tras pagarle 200 tomanes, aunque quisimos no pudimos evitarlo y en menos de tres minutos de reloj nos encontrábamos allí. La mezquita estaba en ruinas, en proceso de restauración, estaba cerrada y no pudimos ver el interior.

Regresando al mausoleo vimos varias mezquitas cuyos minaretes nos sorprendieron por su originalidad, hicimos unas compras y salimos de la ciudad muy satisfechos con la visita, aún nos dio tiempo a echarle un último vistazo a las torres del mausoleo.

Tabriz

Tabriz es la capital de la provincia de Azerbayán Este y la ciudad más importante y poblada del noroeste del país, con más de millón y medio de habitantes.

La Mezquita Azul

Esta mezquita era conocida como la ‘Turquesa del Islam’ en otros tiempos, siendo considerada una de las más bellas del mundo (en Las Mil y Una Noches es nombrada). Data de 1465 cuando la dinastía Qara Qoyonlu dominaba Azerbayán.

Sufrió graves daños a causa de un terremoto, en estos momentos está en proceso de restauración, los restauradores tienen como ejemplos pedazos de los azulejos cerámicos que adornaban la cúpula y las paredes.

Mausoleo Sheikh Safi od-Din

El complejo de edificios es muy grande y gira en torno al mausoleo de un jeque que vivió en el siglo XIV, también están allí enterrados familiares suyos y el primer sha de la dinastía Safávida (1500-1736), Ismail Safavi (1486-1524). La entrada incluye la visita al Museo de la Porcelana China donde se exponen las piezas de porcelana y cerámica que el emperador chino regaló al sha Abbas I (dinastía Safávida). El edificio en sí es una obra de arte, con una enorme alfombra en el centro y las paredes decoradas con cerámicas azules en su parte inferior y marquetería en la superior.

En la torre principal se encuentran los restos del jeque Safi od-Din, la cúpula y la mayor parte del cuerpo cilíndrico están formadas por ladrillos cocidos, algunos esmaltados en azul. Se pueden observar decoraciones con escritura cúfica en la parte superior y en torno al arco. En la torre que posee la cúpula con azulejos se encuentran los restos del sha Ismail Safavi.