El Mar Rojo en Aqaba

10 de noviembre de 2005

Una de las citas más esperadas en Jordania estaba en las aguas del Mar Rojo, sabíamos que aunque fuera invierno podríamos calzarnos las aletas e ir en busca de la fauna y la flora marina más espectacular del mundo.

Mar-Rojo-IVLlegamos a la ciudad de Aqaba más tarde de los previsto debido al desvío que cogimos hacia Wadi Rum para acercar a Kelli y su amigo marroquí. Unos quince o veinte kilómetros antes de llegar a la ciudad se pasa un control de mercancías debido a que la región de Aqaba es de libre comercio. Ni siquiera nos abrieron la furgoneta para ver su contenido, sólo tuvimos que mostrar los pasaportes.

La ciudad es muy moderna en relación a otras poblaciones y no nos costó nada encontrar un comercio donde comprar productos atípicos para este país: chuletas de cerdo, beicon, un equivalente a la nocilla y todo tipo de productos elaborados. Esa noche cenaríamos unos espaguetis carbonara, hacía meses que no veíamos una simple loncha de beicon.

Después de la parada técnica nos dirigimos hacia las playas del sur y a unos catorce kilómetros nos desviamos hacia lo que parecía un aparcamiento. Había un chiringuito a la entrada que vendía refrescos y bolsas de patatas fritas, el encargado nos dijo que entráramos, que podíamos dormir allí sin problemas. Cuando ya estábamos aparcados vino un hombre y nos indicó que le siguiéramos, que era mejor que aparcásemos en otra zona. Nos abrió una barrera y entramos en el paraíso, las duchas y los baños a cien metros, y varias tomas eléctricas. Le preguntamos a Ibrahim, así se llamaba el hombre, que cuánto costaba el servicio y nos dijo que nada, que luego le diéramos la voluntad. Y allí nos plantamos con la idea de pasar tres o cuatro días de la furgo al agua y del agua a la furgo. A las dos o tres horas llegó un todoterreno alemán que aparcó a diez metros de nosotros y se quedó tres días allí. También pasó fugazmente un camión enorme, de esos que hacen expediciones por África y Asia.

Mar-Rojo-VAl día siguiente nos enteramos de los atentados de Amman gracias a los alemanes que tenían una radio de onda larga; se atribuyó al grupo terrorista Az-Zarqawi (facción de Al-Qaeda cuyo nombre proviene de Az-Zarqa, una ciudad muy cercana a Amman). Esos días estuvimos preguntando a la gente sobre lo ocurrido, nos acordamos del atentado de Madrid, la gente estaba igual de indignada que nosotros hace casi dos años.

La primera mañana se acercó un chico a hablar con nosotros, nos invitaba a ir a bucear (snorkel) con él, nos enseñaría los mejores lugares de la zona por el módico precio de 5 JD. Hacía bastante viento y Rafa no se animaba así que me fui con él, con Mohamed, después de cerciorarme de que luego llevaría a Rafa a bucear también.

El primer contacto con aquel submundo fue increíble, veía peces de colores por todas partes, mis ojos no daban abasto. Múltiples corales con formas y colores diferentes se extendían desde pocos metros de la orilla hacia el mar abierto, estaba viendo por primera vez en mi vida un arrecife de coral, uno de los ecosistemas más ricos y variados del mundo.

Mar-Rojo-VIConseguí que Rafa se metiera, a regañadientes, un par de horas más tarde con Mohamed y conmigo, también se unió el alemán del todoterreno. Rafita no duró mucho, enseguida le entró frío y quiso salir del agua, pero le dio tiempo a ver varios especímenes, incluido el Pez León, un pez espectacular (ver fotografía a la derecha).

Yo continué un rato, hasta que el alemán empezó a tener problemas técnicos con sus gafas y nos salimos todos del agua. Aunque me moría de ganas por seguir investigando el fondo del lugar me fui a descansar con Rafa. Él no había disfrutado nada ese rato, más bien al contrario, porque se había quedado helado.

Mar-Rojo

Elat (Israel) al fondo

Ibrahim me comentó que había un tanque hundido a pocos metros de la orilla un poco más al sur.

A las cuatro de la tarde me acerqué con el alemán a investigarlo, fue muy fácil dar con él, en menos de cinco minutos estábamos viendo un tanque a escasos cinco metros de profundidad. Estuvimos un rato allí, había varios ejemplares de pez león, y varios peces mariposa, payaso, etc. De vuelta pude ver algunos Peces Loro mordisqueando el coral (se alimentan de los microorganismos que sacan de machacar el coral), también vi unos peces azules con la cola y las aletas amarillas, aunque me moría de frío no quería dejar de mirarlos. Tuve que rendirme al frío y salir del agua por una pasarela que hay en medio de la playa. Volví al campamento con la intención de dar envidia a Rafa, surtió efecto y a la mañana siguiente me dejó mostrarle el tanque, esta vez sí disfrutó.

Una de las tardes nos acercamos a Aqaba a hacer unas compras, queríamos hacer unos regalos a la familia de Al-Nnamatah. Acabamos comprando unos juguetes para los niños y una estufa para la casa.

Esos días hice unas cuantas incursiones más en el mar yo sola, no negaré que a veces me entraba la paranoia de que podía aparecer un tiburón en cualquier momento, pero no fue así (parece ser que no se acercan muy a menudo por allí, y siempre en verano, ufff). Rafa se unió un par de veces, vimos peces increíbles, a él el que más le flipaba era el Pez Globo, había de distintos tipos.

Mar-Rojo-IIIPor las mañanas nos despertábamos tarde y nos preparábamos un buen desayuno, luego nos dedicábamos a preparar la web o a nuestras labores (lavar ropa, coser rotos, etc.). Antes de comer y cenar Rafa se acercaba al puestecillo a comprar unos refrescos, el hombre era muy simpático, pero no sabía nada de inglés y no pudimos intimar mucho.

Una de las tardes se nos acercó un hombre y nos preguntó por la antena, estaba interesado en comprarla. El tipo era de origen palestino, un poco raro. Quedamos en vernos en Amman si decidíamos venderla, pero de repente volvió y nos propuso comprarla en ese momento. No sabemos muy bien cómo nos metimos en este lío, pero al final estaban Rafa y el tipo subidos al techo de la furgo desmontándola. No sacamos mucho dinero, pero estamos contentos, nunca nos gustó demasiado tener la antena ahí, parecíamos espías o reporteros (si se entera Álvaro nos mata).

Otra tarde fue el turno de Hani, también de origen palestino; éste era igual de raro que el otro. No paraba de beber cervezas mientras nos enseñaba árabe y nos daba lecciones de historia de las religiones.

Mar-Rojo-II

Ibrahim

Nos despedimos de Ibrahim con pesar, habíamos pasado unos días muy agradables en la playa, un auténtico regalo para nuestro atareado día a día. Le dimos 10 JD y se puso muy contento, estaba muy agradecido y nosotros también; los alemanes ni hablaban con él ni le dieron un duro, nosotros le invitábamos a té todas las tardes y conversamos sobre nuestras vidas. Cual fue su sorpresa tres días después cuando nos vio de nuevo aparecer por la playa. La experiencia en Wadi Rum había sido más corta de lo que creíamos y pensamos que otro par de días allí nos vendrían muy bien. Ibrahim estaba tan contento que esa noche nos trajo la cena, un enorme plato de pollo asado con tomate y patatas, una delicia cocinada por él mismo. Esta vez nos dio su dirección en Nuweiba (Egipto) y los teléfonos jordano y egipcio; nos espera ver algún día junto a su familia, de nuevo en el Mar Rojo.

Golfo de Aqaba

El Golfo de Aqaba es un brazo del mar Rojo que se extiende hacia el noreste desde el sur de la península del Sinaí.

En él confluyen, en menos de cuarenta kilómetros de costa, cuatro países: Egipto, Israel, Jordania y Arabia Saudí.