Vientiane, la tranquila capital a orillas del Mekong

1 de noviembre de 2007

Vientiane-VEl día que partimos de Vang Vieng emprendimos el camino hacia el norte por una carretera sinuosa que avanzaba ascendiendo montañas en dirección a Luang Prabang, condujimos un buen rato, cruzamos poblados encaramados en los riscos con niños que salían a la carretera con los pies y la cara llenos de tierra, un mundo rural alejado y olvidado. Al cabo de una hora emprendimos el camino de regreso hacia Vientiane, las ganas de ir regresando pudieron con nosotros, sumadas a la inquietud de que la camioneta en cualquier momento nos dejase colgados, los ruidos extraños cada vez eran más frecuentes y parecía que en cualquier momento se desmoronaría bajo nuestros pies, hecho que no ocurrió en lo siguientes meses, conduciéndonos sanos y salvos hasta Madrid.

Con las imágenes recién adquiridas impresas en nuestras retinas deshicimos el camino hasta la capital, que nos recibió con un cielo monzónico que no tardaría en descargar con fuerza sobre nuestras cabezas. En una ciudad que más parece un pueblo no nos fue difícil encontrar un sitio donde aparcar, en un gran aparcamiento junto al río donde nadie nos molestó el par de días que pasamos allí.

Vientiane es la ciudad más poblada y más importante de Laos con menos de 300.000 habitantes, en sus tranquilas calles se encuentran las pocas representaciones diplomáticas internacionales, algunos hoteles y unos cuantos restaurantes. Es muy fácil orientarse y moverse a pie de un sitio a otro, muchos de los puntos de interés se encuentran en un área de un kilómetro cuadrado entre el río Mekong y la calle Samsenthai, avenida con restaurantes y negocios enfocados al turismo, como el alquiler de coches y motocicletas.

Vientiane-IVEn la primera calle paralela al paseo del río visitamos dos de los monumentos más relevantes, en primer lugar el Haw Pha Kaew, antiguo palacio real construido para albergar el Buda Esmeralda que hoy se exhibe en Bangkok, y que fue convertido en un museo dedicado al arte religioso, con figuras encontradas en diferentes yacimientos arqueológicos del país.

En la acera contraria y a escasos metros se levanta el Wat Si Saket, uno de los más concurridos y uno de los más antiguos de Laos, en el interior del sim (sala de oraciones) se pueden observar deteriorados murales que cuentan la historia de la vida de Buda (Cuentos de Jataka), en templo incluye un patio con una veranda llena de estatuas de Buda, como en muchos templos tailandeses, y unos jardines con más estatuas y pequeñas stupas. Continuamos la visita hacia el oeste, la Mezquita del Viernes no tiene nada de especial, en cambio el That Dam, la Estupa Negra, merece la pena una visita, se levanta en una plaza circular con algunas casas coloniales de madera a su alrededor.

Vientiane-IIAún teníamos energías, caminamos hasta el Patuxai, una especie de arco del triunfo construido en 1960 con cemento americano adquirido para la construcción del aeropuerto (o eso dice nuestra guía), no es muy bonito pero da un toque de distinción a la capital. Caminando por Thanon Lan Xang, y de regreso hacia el Mekong, se llega hasta el mercado de Talat Sao, un gran edificio con todo tipo de mercancías, en su ala sur hay puestos de artesanía con artículos interesantes y muchos tejidos. En las callejas aledañas se encuentran los típicos tenderetes que encuentras en cualquier ciudad del Sudeste Asiático, con objetos de todo tipo, esta vez la sorpresa fueron unos topos pequeños disecados que vendían en un puesto de especias…

Vientiane-IIIDe nuevo cerca de los primeros monumentos visitados por la mañana recorrimos las calles con edificios coloniales donde la Biblioteca Nacional es el mejor conservado, aunque no es ninguna maravilla. Posiblemente, como en Bangkok, existan muchos otros templos y monumentos que visitar, nosotros nos dimos por satisfechos y fuimos a comer a un restaurante hindú, Fathima Restaurant, donde añoramos una vez más nuestros platos preferidos de aquellas bellas tierras, las dhal, el paneer, los curries, el pollo tandoori, una gastronomía que ha dejado huella en nuestros organismos.

VientianeSólo nos quedaba la excursión estrella, la que no puede faltar si vienes a Vientiane y a la que acuden miles de tailandeses cada mes, el Pha That Luang, el monumento nacional más importante de Laos y el que despierta más orgullo en sus gentes. Esta estupa dorada se halla tres o cuatro kilómetros al nordeste del centro, en una explanada donde aparcan los autobuses de turistas reclamados con energía por los vendedores de merchandise religiosa budista. El templo es un conjunto de edificaciones erigidas en torno a la Estupa Dorada, que, según cuenta la leyenda, fue edificada por primera vez para proteger un hueso del pecho de Buda, una de esas reliquias más relevantes para los budistas. Los estudios niegan que existiera un templo tan antiguo en esta localización, y que los restos de un monasterio khmer del siglo XI podrían ser los primeros.

Lo que vemos en la actualidad data del siglo XVI y ha sido restaurado en múltiples ocasiones, ese dorado no puede ser de hace cuatro siglos. Con este magnífico monumento nos despedimos de Vientiane y partimos siguiendo el curso del Mekong, gran amigo y compañero de aventuras.

Vientiane

El dominio francés de las tierras que hoy componen Laos comenzó a finales del siglo XIX y se prolongó durante casi sesenta años hasta mediados del siglo XX, cuando Francia perdió por completo el control de Indochina.

El movimiento comunista comenzó sus andadas en Laos hacia la mitad del siglo XX con la ayuda del movimiento homólogo en Vietnam, pronto el partido pasó a llamarse Pathet Lao (Las Tierras de Lao) y en 1975 se hizo con el poder por la fuerza tras veinticinco años de inestabilidad política con varios golpes de estado y la presión constante de la Guerra de Vietnam. Una dictadura política comenzó entonces, muchos laosianos huyeron, principalmente a Tailandia, muchos fueron enviados a campos de re-educación y los «casos perdidos» fueron encarcelados acusados de crímenes políticos.

Pha That Luang

Esta estupa dorada es el símbolo de la nación. Una leyenda dice que aquí fue construida una estupa en tiempo de Ashoka, en el siglo III a.C., para alojar una reliquia, un hueso del pecho de Buda.

Minas Terrestres

Junto con Afganistán y algunos países africanos esta región del planeta comparte una de las causas más tristes de mortalidad y amputaciones del mundo. Tanto Laos como Camboya han sido fuertemente bombardeadas durante la II Guerra Mundial y durante la Guerra de Vietnam, caminar por el campo es jugarse la vida. Varias son las asociaciones y organizaciones que trabajan para limpiar de minas y proyectiles las tierras, pero es un trabajo árduo y lento.