Campo base del Annapurna

1 de octubre de 2006

Annapurnas-IIDespués de más de un año de viaje realizamos el Trekking de los Annapurnas, con el que llevábamos soñando desde antes de salir de Madrid. Pero Annapurnas es algo más que una caminata en los Himalayas, es un viaje al interior de lo más auténtico de Nepal, un paseo a través de las ricas y diversas culturas del Himalaya, unos pueblos adaptados a las duras condiciones de vida en las montañas más altas de la tierra, un modo de vida condicionado directamente por la cordillera, tanto para lo bueno como para lo malo, pero que no endurece el corazón de estas gentes, muy al contrario, es en estos lugares, alejados días o semanas de la civilización, donde la hospitalidad surge de un modo natural pese a la explotación turística de este Trekking, que por otro lado, trae riqueza a las gentes o pueblos que tienen la fortuna de compartir camino con el turista.

Y como guinda, asistir al espectáculo del anfiteatro de los Annapurnas desde el Campo Base, con el Annapurna I como gran general, pero ojo, no es un camino fácil, aunque sí agradecido, todos los esfuerzos reciben recompensas y aquí tal axioma se cumple con creces.

Comienzo-Fin Desnivel Duración (sin paradas)
Jornada 1 Nayapul-Siauly Bazar 150 Metros 1 H. 45 Minutos.
Jornada 2 Siauly Bazar-Jhinu 600 Metros 4 Horas.
Jornada 3 Jhinu-Bamboo 700 Metros 3 Horas 45 Minutos.
Jornada 4 Bamboo-M. Base Camp 1600 Metros 5 Horas.
Jornada 5 M. Base Camp-A.Base Camp-Himalaya 500 M. subida-1300 bajada 4 Horas 30 Minutos.
Jornada 6 Himalaya-Chumroong 800 M. bajada-300 subida 6 Horas.
Jornada 7 Chumroong-Nayapul-Pokhara 1200 M. bajada 6 Horas 30 Minutos.

Dentro del Parque Nacional de los Annapurnas existen variados itinerarios, existen trekkings largos, cortos, fáciles o difíciles, la oferta es amplia. Quizá los trekkings más famosos son dos, El Circuito Largo de Los Annapurnas, de una duración aproximada de 21 días y 200 Km de recorrido, en el cual se recorre una gran zona del Parque, incluyendo parte del territorio de Mustang y en el que se debe atravesar el Puerto de Thorong La, de 5600 metros de altura. Aunque si se quiere llegar hasta el campo base hay que añadir otros 10 días más. El otro trekking es del A.B.C. (Annapurna Base Camp), de 10 a 12 días, el que hicimos nosotros y que puede tener variantes, se puede llegar al A.B.C. y volver por el mismo camino o se puede coger un desvío hacia Tatopani y Garopani, para subir a la colina de Poon Hill, a 3210 metros de altura y desde donde se puede disfrutar del macizo de los Annapurnas y del Macizo del Daulagiri (8167 metros). Pero existen otras posibilidades, como coger un avión hasta alguna población y realizar el recorrido que a uno le plazca, al ser un trekking muy turístico no hace falta llenar la mochila y la oferta de hospedaje es amplísima, incluso el saco de dormir te lo puedes dejar en casa.

Mapa

Rojo – Itinerario Previsto

Azul – Nuestra Ruta

 

Día 1

Nos levantamos en el tranquilo parque del hotel BoardWalk de Pokhara, algo más tarde de lo normal, no cogimos el autobús hasta las diez y media. Nuestro destino era Nayapul, un pueblo a dos horas de camino y uno de los accesos al Parque Nacional de los Annapurnas, no había prisa ninguna, esta primera jornada la queríamos hacer corta, como una toma de contacto, al fin y al cabo teníamos catorce días de trekking para hacer todo el recorrido, que normalmente se hace en once. La carretera era tortuosa y, como siempre ocurre, el conductor iba como loco, el paisaje estaba nublado así que no vimos ninguna montaña de camino a Nayapul. Al llegar comenzamos camino hasta Birethanti, donde hicimos nuestro registro de entrada al parque, después atravesamos una calle empedrada con tiendas a ambos lados, todo el pueblo estaba destartalado y sucio. Decidimos parar a comer en un restaurante, unos momos y arroz, todavía los precios eran baratos, cosa que cambiaría a medida que fuéramos subiendo en la ruta. Nada más empezar de nuevo vimos ondear la bandera comunista en un puesto junto al camino, ya estábamos sobre aviso y sabíamos que nos pedirían 1000 rupias a cada uno para poder pasar. Lo que nos encontramos en el puesto no resultó muy serio, había un chaval de no más de quince o dieciséis años con un traje marrón y un pin de Mao Zedong junto a una mesa, donde se apilaban cientos de panfletos. Nuestra actitud fue clara, le dijimos que estábamos al final del Trekking circular de los Annapurnas y que no nos quedaba dinero, el insistió en la importancia de pagar al nuevo gobierno, pero nosotros seguimos en nuestra actitud, finalmente nos dejaron ir sin insistir mucho, tampoco fue como nos lo habían pintado, aunque sabíamos que podíamos tener más encuentros, quizá no tan fáciles como éste.

Annapurnas-VIITras cruzar un puente entramos al campo por un sencillo camino, el sol nos impedía seguir a gusto así que decidimos tomar un té tranquilamente, hasta que el sol dejase de pegar. Un nepalí nos acompañó parte del camino restante hasta Siauly Bazar, con el fuimos charlando hasta que cogió un desvío, después, los niños de las casas que íbamos dejando a nuestro paso nos pedían lapiceros, que oportunamente habíamos traído, nos duraron diez minutos y al final los niños se pusieron un poco pesados. Al poco llegamos a Siauly Bazar y nos alojamos en un coqueto hostal, por la tarde nos acercamos al río y vimos por primera vez el pico Machapuchare, que asomaba tras unas montañas. Nos pegamos una cena de impresión mientras asistíamos aterrados a la llegada de veinte japoneses al hostal, nuestra primera jornada había sido tranquila y cómoda.

Día 2

¡¡Qué mejor modo de levantarse!!, con los primeros rayos de sol apuntando al Machapuchare que poco después, debido a su timidez, volverá a ocultarse tras las nubes, una cosa estaba clara, si queríamos ver montañas había que madrugar. Empezamos a andar a las siete, con la fresca, las casas empezaban a echar humo, haciendo los primeros panes del día. El paseo hasta Kiumi, a mitad de camino de lo que pretendíamos hacer ese día se hace muy cómodo, aunque ya empiezan a aparecer las primeras cuestas. Fue un acierto poner las cosas justas en la mochila, apenas notamos que las llevamos. Durante el camino dejamos casas construidas en adobe y paja, algunas de ellas con los tejados de pizarra y las mazorcas puestas a secar al sol, los campos de arroz tienen el tono amarillento, propio del otoño y a nuestra derecha dejamos la empinada ladera que va a dar al río, al fondo del valle. Cogemos un desvio del camino principal para llegar a Kiumi, es un itinerario alternativo, aún así todavía no vemos masas de turistas, quizá por que es el principio de la temporada de los trekkings.

Tras un reconstituyente té en Kiumi seguimos camino hasta el puente nuevo, aparecen la enorme mole que forma el Annapurna Sur, con sus 7249 m. y la pirámide anexa del pico Hiun Chuli, de 6434, son impresionantes desde nuestra posición. Desde el Puente Nuevo hasta Jhinu, nuestro objetivo, el camino asciende bruscamente a través de unas escalinatas, la media hora es agotadora y sin duda el sol no ayuda a nuestra marcha. Al llegar y parar a descansar en un banco me doy cuenta que me sangra un gemelo, una sanguijuela que se me había pegado, al inyectarte un anestésico ni te das cuenta que la tienes, luego estás un rato sangrando, pero nada más, aunque es un bicho repugnante.

Annapurnas-VIIINos alojamos en otro bonito hostal, con jardín y buena comida, a la tarde nos acercamos a unas aguas termales a veinte minutos de camino, pero nos decepcionan un poco, están en una piscina artificial y un hombre con una urna pide dinero, en todo caso nos sienta bien un baño caliente.

Más tarde aparecerían dos parejas de Pamplona, mientras pasábamos la tarde leyendo un par de libros, los primeros (Mirem y Carlos) tienen pinta de montañeros y, efectivamente, quieren hacerse un pico una vez hayan llegado al ABC, con la segunda (Bego y Ricky), compartiríamos el resto del trekking y muchos más días después de acabado. Nos estamos hasta tarde charlando.

Día 3

De nuevo madrugar nos depara sorpresas, delante nuestro aparece blanca e impoluta la cima del Annapurna Sur. Los primeros cuarenta minutos de ascenso son duros, muy duros hasta el pueblo de Chomrong, que se levanta en lo alto de una colina, las vistas que se nos aparecen una vez arriba son una inmejorable recompensa, a nuestra izquierda de nuevo aparece el macizo del Annapurna Sur, parece más enorme todavía, y a la derecha, al otro lado del valle aparece el Machapuchare con el Gangapurna al fondo, desde este momento las cimas nos acompañarían durante el resto del camino hasta el ABC (Annapurna Base Camp).

Hasta llegar de nuevo al río tenemos que bajar dos mil cuatrocientos diabólicos escalones, pero lo duro es que más tarde los tendremos que subir, una vez en el río volvemos a ascender bruscamente hasta Sinuwa, donde hay unos hostales y unas bonitas vistas del Machapuchare, hacemos un pequeño descanso hasta continuar camino hasta Bamboo, atravesando, precisamente, bosques de este árbol. Llegamos a Bamboo cansados, incluso Silvia se ha resbalado bajando, aunque sin graves consecuencias, el lugar está atestado de turistas, con cientos de botas de montaña y ropas puestas a secar, por fortuna para nosotros, continúan camino tras el almuerzo, es un alivio. Nos comemos un rosti (un plato suizo compuesto de patata cocida, cebolla y queso) y una sopa de ajo, que nos ha dicho todo el mundo es buena para adaptarse a la altura, al parecer el ajo facilita la generación de glóbulos blancos en la sangre, necesarios para la respiración y el ritmo cardiaco. Al despertarnos de la siesta los pamplonicas aún no han llegado, pero aparecen pronto, sobre las cinco de la tarde y, de nuevo pasaríamos toda la tarde charlando, esta vez dentro del salón, ya empezaba a refrescar, ya estábamos en un lugar alto.

Día 4

Nos levantamos a las seis de la mañana y tras el desayuno salimos a las siete menos veinte, bastante fuertes, aunque Silvia está un poco acatarrada del día anterior, el camino es suave y asciende gradualmente, sólo tardamos cuarenta y cinco minutos en llegar de Bamboo a Dovhan, donde no paramos a descansar, continuando hasta casi llegar a los hostales de Himalaya, allí tomamos los primeros tes del día. Por el camino veíamos el Machapuchare desde otro punto de vista, a medida que ascendíamos observamos que la montaña no solo es un espigado pico, la base va apareciendo más ancha a medida que ascendemos. El ascenso sigue siendo gradual y la temperatura perfecta para andar, aún es muy pronto, cruzamos una espesa jungla de rododendros, bambúes y arces, hasta que llegamos a Deurali (3200 m), ahí hacemos nuestra segunda parada, tomando el sol. En realidad ya habíamos cubierto una jornada andando de Bamboo a Deurali, pero nos veíamos tan fuertes, que decidimos recorrer lo que nos restaba de camino hasta el M.B.C., (Machapuchare Base Camp). Pronto empezamos a notar la altura y sus efectos sobre la respiración y sobre lo que llevábamos ya recorrido, pero el desnivel sigue siendo muy suave, aunque la distancia a andar es mayor.

Annapurnas-V

Noche en el M.B.C.

El paisaje ha cambiado por completo, dejamos el espeso bosque para aparecer en un ancho valle y, pese a que las nubes avanzan rápidamente, tenemos tiempo de sobra para disfrutar de la cima del Gangapurna, de 7454 m. Llegamos al M.B.C. (3700 m) bastante cansados y algo mareados, allí me encuentro con la otra pareja de navarros, que van a continuar ese mismo día hasta el A.B.C., pero la conversación por mi parte no es muy fluida, por suerte a los cinco minutos se me pasa el mareo, durante esta jornada hemos subido mucho, demasiado, 1600 metros de desnivel, y el cuerpo lo nota, incluso aparece un desagradable calambre en el costado, pero que por suerte dura poco.

Annapurnas-IVEl M.B.C. esta formado por varios refugios, el nuestro tiene un agradable salón formado por una enorme mesa cuadrada y bancos alrededor, hay miles de pegatinas y tarjetas colgadas de todo el mundo, de visitantes o expediciones, también hay una enorme Ikurriña colgada de uno de los ventanales. Llegan Bego y Ricki, también bastante cansados, aunque Ricki está eufórico, mal de altura, le digo bromeando. Tenemos toda la tarde para aclimatarnos y descansar, el atardecer es indescriptible, tenemos justo encima el Machapuchare, el Gangapurna y el Annapurna III, de 7555 m. Pasamos una agradable tarde, en especial con una sudafricana que se pone a tocar la guitarra, la noche la pasamos mal, apenas dormimos y eso que nos acostamos antes de las 8 de la tarde.

Día 5

Cuando comenzamos a andar hacia el Campo Base del Annapurna aún no había salido el sol y hacía frío, tampoco desayunamos nada, pero queríamos llegar allí para el amanecer, al menos íbamos libres de peso, pero el comienzo fue muy duro, Silvia estaba mareada, así que avanzamos despacio, llegamos en una hora y media, el tiempo que se prevé para el recorrido.

Annapurnas-VIDurante el camino nos girábamos de vez en cuando para ver el espectáculo del Machapuchare y las cimas a su izquierda, el cielo estaba claro, como en ningún otro día del trekking y mientras avanzábamos iban apareciendo los picos que forman el circo glaciar del Annapurna I, primero el Hiun Chuli y Annapurna Sur, después el Annapurna I y el resto de los picos, blanqueados por los primeros rayos del sol, que hacían resplandecer las cimas. Al llegar al Campo Base lo primero que hice fue meterme un buen desayuno, unas tortitas con manzana y unos tes, Silvia seguía un poco mareada pero se le pasó pronto. Justo cuando llegamos Mirem y Carlos (los otros navarros), salían hacia el lugar donde pretendían montar un campamento de altura, para el día siguiente subir al Tent Peak, de más de 5400 metros, días más tarde nos los encontraríamos en Katmandú y nos contarían la experiencia, muy buena aunque según nos dijeron pasaron mucho frío esa noche. Con Begoña y Ricki subimos hasta un mirador a 4300 metros de altura desde donde se veía la gran mayoría del Circo Glaciar, el espectáculo no se puede describir con palabras, teníamos a un par de kilómetros las enormes moles de los Annapurnas, una docena de glaciares y enfrente el Machapuchare y amigos, de nuevo el esfuerzo traía recompensas inolvidables.

AnnapurnasAllí nos estuvimos cerca de tres horas, charlando y disfrutando del lugar, yo estaba eufórico e incluso me planteé darme un paseo hacia arriba, para tomar fotografías, aunque de nuevo me venció la pereza, después me arrepentiría. Bajaríamos para tomar un largo almuerzo en el M.B.C., donde nos haríamos algunas fotos con una pareja de checas y algunos trabajadores, ese mismo día llegaríamos hasta los hostales de Himalaya, también ese mismo día aparecería un cansancio extremo, como un palo en la cabeza, no nos los explicábamos, estábamos hechos polvo, quizá la altura, la acumulación de cansancio, el no haber descansado la noche anterior, pero era una sensación nada agradable, estábamos molidos.

Día 6

Dormimos casi once horas la noche anterior, desde luego nos harían falta, Ricki nos despertó a todos «Despiértate Pamplonica, que el encierro es a las ocho, despiertate pamplonica, que hay que desayunar», no sería la última mañana que lo oiríamos.

Bajamos hasta Dovhan, donde desayunamos y estuvimos un rato, hasta continuar camino hasta Sinuwa, donde ellos comieron y yo me eché un rato al solecillo, después nos quedaba lo peor, subir de nuevo los dos mil cuatrocientos escalones hasta Chomrong, por el camino nos asustamos al ver a una japonesa que habíamos conocido más arriba, desmayada, sin duda una lipotimia por el sol y el cansancio del trekking que, por cierto, es el más duro que hemos hecho hasta el momento, por suerte luego la veríamos recuperada y nos enteraríamos de que había empezado el trekking ya enferma, algo del estómago que venía arrastrando desde India.

Annapurnas-IIILlegamos exhaustos hasta el Lucky Hostel de Chomrong, después de las escaleras infernales, esa misma tarde decidiríamos volvernos a Pokhara y no ir hasta Gorephani, para ver las vistas del Himalaya desde la colina de Poon Hill, las fotos que vimos en las postales no nos convencieron y estaba claro que lo más espectacular ya lo habíamos visto, además el camino no era fácil, teníamos que volver a subir hasta 3200 m. y la verdad, no nos apetecía mucho.

Conocimos a un par de escaladores griegos que nos contaron sus hazañas en Andes, los tíos estaban fuertes y también un poco pasados de rosca, pasamos una noche divertida, el cansancio no se iba, aunque aún nos quedaba el último día, que resultaría casi épico por diversas circunstancias.

Día 7

A la mañana siguiente nos despediríamos de los Annapurnas, disfrutando de las últimas vistas de las montañas mientras tomábamos el desayuno. El camino hasta Nayapul resultaría épico, agotador hasta el extremo, pero todos nos pusimos un poco cabezones y queríamos llegar ese mismo día a Pokhara, hicimos muchas paradas y cada tramo se hacía muy duro, muy cansado, parecía como si todo el cansancio se hubiera ido acumulando y hubiese salido este día, saldríamos a las siete de la mañana de Chomrong y llegaríamos a Nayapul pasadas las cinco de la tarde.

En el último tramo, de Siauly Bazar hasta Nayapul, a Silvia le dio un fuerte tirón muscular, le dolía tanto, que casi pensé que iba a ponerse a llorar, la verdad es que nos asustamos bastante, además yo sabía que Silvia no es nada quejica, el caso es que le llevé la mochila la última hora y media de camino, menos un rato que la llevó Bego, tampoco iba yo para muchas proezas.

Ya casi al final, me paré con los navarricos y unos chavales, vimos que uno de los niños nos pedía medicinas, mientras nos enseñaba un dedo, que lo tenía negro, una herida muy fea, nosotros pensamos que lo tenía gangrenado, así que…, Begoña sobre todo, que es todo corazón, decidió que nos llevásemos al niño al hospital de Pokhara, y así lo hicimos. En el autobús íbamos como zombis, bajo una copiosa lluvia. Por suerte al final al niño no le ocurría nada grave en el dedo, lo dejamos en un hostal y le dejamos dinero para que se volviese en jeep al día siguiente. Llegamos a la furgoneta sobre las diez de la noche, habíamos terminado oficialmente el trekking al Campo Base del Annapurna, un duro paseo, pero con grandes recompensas, de nuevo el Himalaya se mostraba en toda su grandeza.

Los Annapurnas

Birethanti es el primer pueblo al que se accede tras comenzar la marcha, también el lugar donde los maoístas piden dinero a los turistas. Muchos son los grupos étnicos con los que nos podemos encontrar en el trekking de los Annapurnas, ya sea en el circuito largo o en el trekking al campo base, aunque quizá el más significativo de todos sean los Ghurkas, famosos por su dureza y por su valentía, sobre todo cuando se pusieron en servicio del imperio británico, Sherpas o Manangs son otros ejemplos, pero hay muchos más.

Machapuchare – 7000 m

Una de las montañas más espectaculares de Himalaya, sagrada para los nepalíes y cuya ascensión está prohibida, por lo que las expediciones que lo escalan empiezan a bajar sin hacer cumbre, quedándose a 10 ó 20 metros de la cima.

El campo base se encuentra a 4130 metros, apenas a dos horas del campo base del Machapuchare, a 3700 m de altura, pero se nos hicieron muy duras a primera hora de la mañana, habiendo dormido tres horas la noche anterior.