Nanga Parbat, la montaña solitaria

12 de junio de 2006

Existen una serie de montañas en la tierra que por sí solas son consideradas mitos, sin lugar a dudas una de ellas es el Nanga Parbat, la montaña que inaugura el Himalaya en su vertiente occidental, situada muy cerca de las confluencias de las tres grandes cordilleras del planeta, Hindukush, Karakorum e Himalaya.

Nanga-Parbat-II

La celebridad de esta descomunal montaña no sólo es debida a su altura (8126 metros), ni tampoco a su dureza, un sinfín de leyendas, tragedias e historias épicas rodean a esta barrera natural de Pakistán.

Son muchos los nombres que tiene esta montaña, Nanga Parbat, por ejemplo, significa montaña desnuda, los locales de esta región de las áreas del norte la conocen por Diamir, que en lengua Shina significa lugar de las hadas, que habitan en las cotas más altas, también es territorio del Barbandur, el equivalente al Yeti de Nepal, un hombre de las nieves que habita en las laderas de la montaña. A partir de la década de los 30 se empezó a denominar al Nanga La Montaña Asesina, 17 alpinistas alemanes fueron engullidos por una avalancha, un cementerio en el campo 1 recuerda esta tragedia.

Hermand Bull fue el primero en coronar la cima en 1953, años más tarde Reinhold Messner, el primer alpinista en coronar los 14 ochomiles del planeta sin ayuda de oxígeno, también lo conseguiría, aunque perdería a su hermano en el camino, muchos han intentado sin éxito escalar esta montaña por alguna de sus tres caras, algunos lo han conseguido, muchos no y otros ni siquiera han vuelto.

Nanga-ParbatDespués de cerca de un mes atrapados en Karimabad empezamos el camino de retorno hacia Islamabad, pero antes intentaríamos por tercera vez hacer el trekking de Fairy Meadow, no las teníamos todas con nosotros, el tiempo estaba muy nublado en Karimabad, por lo que muy posiblemente también lo estaría en el Nanga, a unas 3 horas de camino en coche. Vendría con nosotros Paul, un chaval de Montreal que había estado trabajando en la zona del terremoto.

Nos despedimos de los parapentistas aunque Manzoor no acudió a la cita, nos entristeció un poco, no sabíamos si aún estaría enfadado por el tema de las cervezas.

Debíamos llegar hasta Raikot Bridge, en la KKH, para desde allí coger un jeep que nos llevara hasta el pueblo de Jhel, desde donde empezaba la caminata hasta Fairy Meadow.

En Jaglot hicimos unas compras y llegamos más tarde de lo previsto, tampoco habíamos salido muy temprano, serían las dos de la tarde cuando bajamos de la furgoneta, uno de los policías encargados de la vigilancia del puente que cruza el Indo nos saludó efusivamente, le conocíamos de nuestro segundo intento de subir a Fairy Meadow, cuando nos fuimos enfadados con un conductor de jeep, que creíamos nos quería engañar con el precio. Hacía ya dos meses atrás que también lo habíamos intentado y en esa ocasión estaban reparando la jeep road hasta Jhel.

Las tarifas son fijas, 3000 rupias ida y vuelta para un recorrido de 14 kilómetros, (algo más de 30 euros), ni nos planteamos regatear, cogimos las mochilas y nos fuimos enseguida, con un encantador conductor entrado en años.

El camino era de infarto, estrecho y con un sobrecogedor desfiladero que dejábamos a nuestra izquierda, no apto para personas con vértigo, tardamos algo más de una hora en llegar hasta el pequeño pueblo situado a 2700 metros, no llegaba la electricidad, o al menos no vimos cables de ningún tipo. El jeep nos dejó junto a un hotel de madera, del que salió un chaval que enseguida nos ofreció guías o porters, cogimos lo segundo, en realidad no era necesario pero estábamos un poco cansados del viaje, pagamos 850 rupias por ese viaje hasta Fairy Meadow.

Nanga-Parbat-AzizDesde Jhel hasta Fairy Meadow existe un desnivel de 650 m aprox., es muy sencillo, primero atravesando una estrecha garganta para luego pasear entre bosques de pinos, tardaríamos en llegar a las praderas una hora y media, la última parte del recorrido intuíamos el coloso del Nanga, que aparecía prácticamente cubierto de nubes. Al llegar a las praderas lo primero que vimos fue el cartel de madera del Raikot Sarai y enseguida conocimos a Aziz, su propietario.

En realidad ya nos habían hablado mucha gente de él, una persona célebre le diríamos, nos ofreció un té de montaña como bienvenida, no había absolutamente nadie en el complejo, cosa que nos alegró.

El Nanga no se dejaba ver, el cielo desde las praderas estaba totalmente cubierto, pero nos daba lo mismo, pasamos una deliciosa noche, primero disfrutando de la amabilidad de Aziz y luego gozando con las historias de Raji Wali, un experimentado guía de montaña.

Raikot Sarai está ubicado en una de las principales praderas, con un mirador hacia el Nanga, coquetas cabañas con camas, tiendas de campaña también con camas, una acogedora sala de estar, donde pasaríamos toda la velada y un restaurante surtido de todo tipo de alimentos, en realidad no es necesario subirse tienda, ni saco, ni siquiera comida, todo está muy preparado en Fairy Meadow.

Entramos a la sala de estar y se encendió una chimenea, cenamos y comenzamos una larga charla, sobre todo relacionada con trekkings y el Nanga Parbat, de las múltiples anécdotas que nos contó Raji sólo voy a contar una, relacionada con la escalada de dos koreanos en 1991:

Esa escalada con éxito fue una total locura, los koreanos no usaron ninguna de las tres vías principales y decidieron atacar la cima en línea recta, por el camino más corto, algo que nadie había hecho hasta ese momento, por ser un suicidio total; el caso es que coronaron la cima. Al bajar, ya instalados en un hotel de la KKH, pasaron la noche con Raji, en un momento de la conversación la pareja sacó de una mochila un paquete de Galletas, en el estaba escrito, «aquí estuvo Rainhold Messner, año…», resulta que se habían encontrado en la cima un paquete que había dejado en una de sus escaladas el montañero tirolés. Raji se enfadó muchísimo y enseguida les dio dos opciones, o lo subís de nuevo a la cima o me dejáis el paquete para que otra expedición lo suba, eso es un símbolo y deberíais de haberlo dejado ahí. Los koreanos se quedaron avergonzados, sin saber qué decir o hacer, obviamente Raji estaba bromeando y finalmente los koreanos se quedaron con el fetiche.

Nanga-Parbat-VI-Raji-WaliUn tío con carisma este Raji, conocía casi toda Europa y tenía mucha cultura, además de ser una buena persona que nos dio valiosos consejos sobre qué hacer en Fairy Meadow y alrededores.

El Nanga seguía tímido, una enorme nube cubría toda la montaña y para colmo comenzó a llover, no era una buena noticia para nuestra aspiraciones. Finalmente cogimos una cabaña, aunque Silvia y yo dormiríamos en la propia sala de estar, nos costaba 800 rupias por noche, íbamos en plan señoritos.

El despertar de la mañana siguiente fue inolvidable, la montaña estaba totalmente descubierta, ni una nube en el cielo, salimos como zombis y nos quedamos delante de ella, no podíamos decir nada, ante nosotros estaba una mole inmensa que se elevaba y elevaba, con dos pirámides que sobresalían en su tope, totalmente blanca, con apenas resquicios de su negra piel de roca, algo indescriptible, de nuevo la naturaleza se convertía en Dios.

Nanga-Parbat-IV

Decidimos quedarnos ese día en Fairy Meadow para aclimatarnos a la altura, por la mañana daríamos un corto paseo a la base del glaciar, que tiraba piedras sobre nuestras cabezas. Los tres nos sentíamos cansados, ninguno habíamos dormido bien esa noche, la altura y la presión dejaban notar sus efectos. Tras la siesta Paul y yo dimos otro paseo por los alrededores de Fairy Meadow, mientras Silvia andaba desaparecida. Había una serie de cabañas en las cercanías, asentamientos de verano para numerosas familias, caballos, cabras y terneros pastaban tranquilamente en las anchas praderas, junto a un pequeño lago dos hombres serraban un pino, una buena foto.

Nanga-Parbat-IIIEstábamos sobre una especie de altiplano ya que fueras a donde fueras acababas al borde de un precipicio, las vistas lejanas quitaban el sentido, al fondo, muy lejos, se observaban picos nevados por encima de las nubes, Rakaposhi, Ultar o Diran eran algunos de ellos. Al volver tomamos un té y al rato me empezó a doler el estómago, primero poco pero luego tuve que acostarme, ya no me levantaría en toda la tarde, el té o quizá la altura me habían provocado unos gases horribles, me dio mucha rabia, me perdí otra bonita noche. A la mañana siguiente Paul vino a las seis de la mañana a despertarme, tal y como habíamos quedado la tarde anterior, pero yo estaba totalmente molido y no pude levantarme, así decía adiós al campo base. Me levanté sobre las 10 de la mañana, algo más recuperado pero muy enfadado por mi mala suerte, tenía verdaderas ganas de llegar hasta allí. Silvia se había quedado conmigo y algo más tarde empezamos camino hasta el View Point, era lo mínimo. Me notaba débil andando aunque fui recuperándome por el camino hasta Beyal, el siguiente campamento después de Fairy Meadow, a una hora de camino y 3600 metros de altura, mucho más solitario aunque igualmente muy bien organizado, después, tras media hora más de camino se encontraba el View Point, junto a una enorme roca, a más de 3700 metros, la altura del Teide.

Desde aquí se observaba todo el enorme glaciar de Diamir, desde que salía de la falda del Nanga, que se veía soberbio, así como la explanada del campo base, justo en la morrena de unión de los tres glaciares del Nanga, un lugar muy frío, según nos habían dicho. Tres horas de camino me separaban de allí, me lo estuve pensando seriamente pero era ya muy tarde, no merecía la pena, algo más que se me quedaba para otro viaje.

Volvimos sobre nuestros pasos y paramos a comer junto a un río, una deliciosa fabada y unas lentejas que nos dieron todas las fuerzas para volver hacia Fairy Meadow, de camino vimos el Jalipur Peak, de 4973 metros, otro lugar que me había planteado alcanzar en este trekking y desde donde se ven con toda claridad no solo la cima del Nanga sino las de otros muchos picos. Esa tarde me eché una gran siesta, al despertarme Paul ya había vuelto de su día de trekking, había conseguido llegar casi al campo base, a unos 4500 metros, querría haber llegado pero según me contó le empezaron a rondar pensamientos extraños, ¿mal de altura? Silvia se había ido a montar a caballo, la gente del asentamiento andaba practicando polo en las praderas, tenían unos caballos preciosos. Más tarde yo también probé un rato a montar a caballo, la primera vez en mi vida.

Nanga-Parbat-VEse mismo día llegaron un grupo de cuatro extranjeros y una legión de punjabis, que acabaron con la paz que habíamos tenido, por fortuna nos íbamos al día siguiente. El atardecer en el Nanga Parbat fue algo maravilloso, la luz infería tonos rosados a la cima de la montaña, que de nuevo se encontraba totalmente clara. Esa noche disfrutamos de una larga charla al calor de un fuego en la pradera, un buen colofón a tres días perfectos, sólo oscurecidos por mi mala noche.

A la mañana siguiente desayunamos de nuevo frente al coloso, era nuestra despedida, Raji bajó con nosotros hasta Raikot Bridge, su empresa le requería para unos clientes que habían llegado. Dejamos a Paul y a Raji en Raikot Bridge, mientras que nosotros empezamos nuestra vuelta a Islamabad, llevaríamos a una anciana pareja que había subido a Fairy Meadow hasta Chilas, tenían pocas habilidades sociales, pero nos dio la impresión de que el hombre era un viejo alpinista, le faltaban varios dedos de la mano.

Nos dejamos cuentas pendiente con el Nanga, si en alguna ocasión pudiésemos volver aquí quizá se saldarían.

La montaña desnuda

El Nanga Parbat, con 8126 metros, es la montaña mas occidental de la cordillera del Himalaya. Existen varios trekkings para acercarse hasta este coloso, como el del Fairy Meadow o el del Valle de Rupal, donde se aprecia con facilidad la mayor pared vertical de la tierra, con 4570 metros de altura. Después del Annapurna, el Nanga Parbat tiene la mayor siniestralidad de todos los ochomiles en la historia.

El Trekking de Nanga Parbat es el más accesible que existe en el mundo para llegar con cierta facilidad hasta el campo base de una montaña de más de 8000 metros. Existe un asentamiento de verano para muchas familias en Fairy Meadow, pastores y granjeros que en invierno bajan de las alturas hacia lugares más templados. Son muy peculiares los tejados de las casas, que son sembrados con cesped.

El View Point se encuentra a 3720 metros, la altura del teide, se accede a él en un camino bien señalado en dos horas desde Fairy Meadow, desde ahí hasta llegar al campo base (4000 m) se emplean otras tres horas y desde ese lugar se puede llegar en trekking hasta el campo 1, situado a 4500 metros de altura, más alla es territorio de gente con experiencia.