El puente sobre el río Kwai

11 de agosto de 2007

El-puente-sobre-el-rio-Kwai-IIEl día 10 nos despedíamos de Laura y Yosko y hasta el día 18 no teníamos que recibir a Mónica y a Javi, teníamos una semana para hacer una escapadita de Bangkok y regresar a tiempo para encontrar un buen lugar donde dejar la furgo dos meses durante el tiempo de nuestra estancia en China y Vietnam.

Varias veces habíamos hablado de acercarnos a conocer el verdadero enclave del infame Puente sobre el Río Kwai, en Kanchanaburi, a menos de doscientos kilómetros de Bangkok, este era el momento perfecto. Condujimos hasta allí en una mañana y pronto encontramos donde pasar unos días, en un espacio abierto con algunos árboles a unos doscientos metros del puente.

El-puente-sobre-el-rio-KwaiKanchanaburi y su puente son un lugar de peregrinación para todo aquel que esté interesado en la historia de la II Guerra Mundial, especialmente para australianos, holandeses, ingleses y americanos, nacionalidades que perdieron unos 16.000 hombres durante la construcción de la maldita línea férrea entre Tailandia y Burma, aunque muchos más fueron los fallecidos entre los trabajadores asiáticos, unos 100.000; los casi 500 km de línea férrea han pasado a la historia con el sobrenombre de El Ferrocarril de la Muerte. La ciudad está preparada para acoger a los visitantes, varios son los familiares de soldados de guerra fallecidos aquí que han montado un negocio y se han instalado en el lugar, no faltan los pubs donde ver partidos de la Premier Ligue o el Torneo de las Cinco Naciones.

El-puente-sobre-el-rio-Kwai-IIIQuizás la mejor manera de hacer un primer acercamiento a lo que ocurrió aquí entre 1942 y 1943 es visitar el Museo de la Guerra, al menos se necesita una hora para verlo bien y leer todas las explicaciones, sin duda se te pondrán los pelos de punta. La principal causa de que murieran tantos prisioneros de guerra en este lugar fue la prisa, en un primer momento el ritmo de trabajo era aceptable aunque las condiciones fueran difíciles pero al cabo de unos meses una orden de los altos cargos en Japón obligaba a terminar el ferrocarril en un año en vez de cinco, se sometió a los trabajadores a trabajar hasta la extenuación y se racionaron las comidas, muchos cayeron enfermos por estas razones, a lo cual había que añadir las enfermedades tropicales y las condiciones de humedad en la época de lluvias, tuvo que ser un auténtico infierno. El museo explica muy bien cada detalle y con la entrada te invitan a un té o un café en la planta superior, desde donde se ve uno de los cementerios de prisioneros de guerra de la zona. El cementerio es la siguiente visita, un paseo entre las lápidas permitirá a uno hacerse a la idea de las edades y nacionalidades de esos hombres, algunos tenían menos de veinte años, pocos eran realmente mayores.

El-puente-sobre-el-rio-Kwai-VIEn este momento hay que caminar hasta el puente y cruzarlo lentamente, imaginando lo que aquellos hombres tuvieron que pasar echando mano de las imágenes de la película que narra un posible capítulo de su historia. En la actualidad el puente es muy bonito, réplica del que fue bombardeado por los aliados, algunas de las piezas utilizadas son originales lo que significa que provienen de un puente que los holandeses habían construido en la isla de Java y que los japoneses desmantelaron para montarlo aquí.

Siguiendo la carretera que lleva al paso de las Tres Pagodas y a la frontera con Burma se puede visitar el desfiladero del infierno, uno de los puntos más terroríficos del proyecto donde los prisioneros tuvieron que cavar a mano una zanja en roca viva para que el tren pasara; parece ser que se puede realizar caminando por las vías del tren todo el camino hasta la frontera.

El-puente-sobre-el-rio-Kwai-VOtro de los atractivos de la región que se anuncia sin pausa en Bangkok es el Templo de los Tigres, uno de los días condujimos hasta allí y pasamos unas horas, junto a un centenar de turistas que llegó en autobuses, observando a los bellos felinos y a los monjes que los cuidan. En primer lugar sacaron a las crías, cuatro o cinco ejemplares, con los más pequeños podías jugar sin peligro pero el más grande tenía ya unas garras a respetar. Media hora después liberaron a los adultos y los condujeron, como a nosotros, a un pequeño cañón donde se realizan las sesiones fotográficas, la entrada te da derecho a una serie de fotos que toma un voluntario con tu cámara, si quieres algo más personalizado has de pagar 20 euros y creo que puedes sujetar la cabeza del animal, además te regalan un colgante de diente de tigre.

El-puente-sobre-el-rio-Kwai-IVRafa intentó que nos fuéramos de allí pero yo insistí en que nos hiciéramos las fotos como los demás guiris, ya que estábamos allí ¿por qué no?

Pasaríamos en la zona cinco días, el día 16 condujimos a la volkswagen con la esperanza de que la furgoneta cupiera en su aparcamiento de varias plantas, fue todo un éxito, cupo, por quince centímetros, pero cupo, Mr Loetdet se encargó de guardar las llaves, arrancaría la máquina todos los lunes y la cuidaría hasta nuestro regreso.

Un puente maldito

Entre 100.000 y 120.000 prisioneros de guerra murieron construyendo el Ferrocarril de la Muerte, unos 16.000 pertenecían a los ejércitos aliados, el resto eran trabajadores asiáticos: malayos, chinos, javaneses, vietnamitas, burmeses, indios, etc. Todos los prisioneros fueron introducidos en trenes en Singapur y conducidos hacinados hasta un lugar a cincuenta kilómetros al sur de Kanchanaburi, hasta donde tuvieron que llegar caminando. Una vez allí fueron repartidos por los distintos campamentos, algunos perdidos en medio de la jungla a merced de animales salvajes, mosquitos y el monzón.

Los trabajos se iniciaron en octubre de 1942 y se acabaron un año más tarde, en vez de cinco. Discurría por terreno muy difícil, entre espesa jungla y montañas escarpadas. La longitud total era 415 km, de los cuales 304 discurrían por Tailandia y 111 por Burma.

El tren que inauguró la línea fue un tren burdel japonés. Se supone que Japón pretendía invadir la India gracias a este ferrocarril pero nunca llevó a cabo tal hazaña.

El Templo de los Tigres

El Templo de los Tigres se encuentra a 60 kilómetros al norte de la ciudad de Kanchanaburi, en él conviven monjes, animales y voluntarios. Comenzó como un centro para cuidar tigres amenazados y en la actualidad los más pequeños nacen en cautividad por lo que sus posibilidades de supervivencia en libertad son muy bajas. El centro protege a unos quince tigres entre adultos y crías y se mantiene gracias a donativos y a la suculenta entrada que pagamos los visitantes.