El turismo en masa de Ko Phuket

5 de julio de 2007

Ko-Phuket-IV

Un gran cartel sobre una flamante autopista nos daba la bienvenida a Ko Phuket, acabábamos de cruzar el puente que separa la tierra firme de esta isla, la más grande de Tailandia y quizás el mayor destino turístico del país, y uno de los más importantes del Sudeste Asiático.

Ko-Phuket-VPara nuestra primera noche decidimos dormir en una reserva natural junto a la playa, repleta de pinos y zonas de picnic, teníamos muchos sitios donde aparcar, pero lo primero era comer. Había un chiringuito improvisado junto a la playa con unas carpas instaladas, unas sencillas mesas de madera y unos cojines, comimos un delicioso cerdo a la brasa junto al mar, que por el monzón estaba bravo y desaconsejable para el baño.

Por la tarde daríamos un paseo por la playa y llegaríamos hasta la zona más turística, que estaba desierta, nos extrañó pero por lo que veríamos al día siguiente casi el cien por cien de los extranjeros se apiña en la horrorosa playa de Patong.

Ko-Phuket-IIILlegamos a Patong Beach poco después de comer y enseguida nos horrorizó lo que vimos, decenas de altos edificios de apartamentos y hoteles ocupaban la línea de una playa que sin duda en el pasado tendría que haber sido bonita, las tiendas de souvenirs y las sastrerías, los internets, los bares y restaurantes occidentales se prodigaban incontroladamente. En la playa casi era más horrible, cientos de tumbonas, mujeres dando masajes, gente haciendo parapente, motos de agua y reality shows de thai boxing, verdaderamente era el antisitio para disfrutar de la playa, nuestra visita duró lo justo para comprar unos yogures y queso en un supermercado.

Así decidimos ir al cabo Phromphet a ver el atardecer, había unas cuestas terribles en la isla, normales en una isla tan montañosa.

Antes de llegar al cabo paramos en un mirador ubicado en un lugar privilegiado, pese a que el cielo estaba nublado veíamos kilómetros de línea de costa, bahías, colinas y algunos islotes.

Ko-Phuket-IIOtro mirador nos permitió disfrutar de las vistas sobre el cabo y las endiabladas carreteras, no queríamos continuar con la camioneta porque no estábamos seguros de poder subir la siguiente cuesta para regresar, oportunamente vimos a una pareja que había alquilado un jeep y les pedimos que nos llevaran el último par de kilómetros hasta el cabo, volveríamos caminando teniendo la oportunidad de ver nuestro primer escorpión.

El cabo estaba lleno de turistas, aún así las vistas desde su extremo eran muy buenas, nos costó llegar hasta allí por el fuerte viento que se oponía a nuestros pasos, desde allí se divisaba una isla con su típica playa de arenas blancas.

Ko-Phuket-VIA dormir fuimos a una playa que habíamos visto unos kilómetros antes, donde disfrutaríamos de una agradable cena y de unas cervezas junto al mar. Sobre las diez de la noche se levantaría una tormenta y un viento terrible que nos obligó a buscar un lugar más resguardado, al amparo de un templo, en menos de cinco minutos el interior de nuestro hogar se había llenado de arena que había penetrado por los pequeños orificios de las mosquiteras y las palmeras parecía que se iban a desplomar sobre nosotros.

Al día siguiente visitaríamos Phuket ciudad, en primer lugar tramitamos la extensión de visado del coche, un nervioso policía nos atendió, pidiéndonos discretamente 2.000 bahts por el trámite que fue rápido y correcto, aunque seguramente costaba algo menos de lo que nos cobró. Luego recorrimos la ciudad que no tenía nada de interés, sólo algunas mansiones y un mercado local más bien justo.

Ko-Phuket

Esa última noche la pasaríamos en el mismo lugar que la anterior, donde mojaríamos en cerveza algunos proyectos de futuro a nuestra vuelta en España, al día siguiente comenzaría nuestra lenta pero decidida travesía a la gran Bangkok.

Ko Phuket

La playa de Patong es la expresión más horrorosa de lo que puede conseguir una explotación turística desaforada. Entre la oferta que existe en Patong no faltan ni los masajes tailandeses, los improvisados puestos donde hacerse un tatuaje temporal o unas trencitas, pubs y restaurantes de todo tipo y espectáculos, como el de Thai Boxing, que se anuncia gráficamente en la foto con gusto discutible.

El Tsunami que arrasó hace unos años diversos países de Asia también llegó a Tailandia y a Phuket, donde mató a 900 personas. Estos carteles indican la ruta de evacuación en caso de un desastre similar y están extendidos por todas las zonas que fueron afectadas por el Tsunami.