Tribus y montañas junto a Birmania

24 de julio de 2007

El norte de Tailandia es el segundo destino preferido por los turistas después de las playas tropicales de Ko Phuket y Ko Samui, estas regiones se caracterizan por sus montañas, sus carreteras sinuosas y sus gentes amables pertenecientes a distintas tribus y etnias. Chiang Mai es el punto de partida a cualquiera de estas áreas, hacia el nordeste uno se puede dirigir a Chiang Rai y desde allí visitar el Triángulo de Oro, conocido en el pasado por su incesante y lucrativo tráfico de opio; hacia el noroeste el viajero se dirigirá hacia Mae Hong Son, como hicimos nosotros.

Tribus-V

Decidimos comenzar esta etapa recorriendo la carretera que discurre por el sur, haciendo una parada en el Parque Nacional de Doi Inthanon, continuando a pernoctar en Mae Sariang. La visita al parque no fue un gran éxito, el cielo amenazaba con desplomarse sobre nuestras cabezas, no lo hizo inicialmente por lo que pudimos visitar la cascada de Mae Klang, pero sí lo hizo en la cima impidiéndonos disfrutar de las anunciadas vistas, en el descenso amainó y pudimos visitar tranquilamente las cascadas Wachiratan y Siriphum, a cada cual más bonita.

Tribus-IIEl resto del día condujimos por bellos parajes, primero siguiendo la vera del río, y más adelante entre colinas y poblados, la furgo mostraba signos de flaqueza en cada cuesta y comencé a temer que no podríamos seguir los planes iniciales. Cuando llegamos a Mae Sariang ya era de noche, hecho que no dificultó encontrar el hostal, el River House, situado en una gran casa de madera de teca junto al río, nosotros nos acoplamos en el aparcamiento del hostal, donde esa noche disfrutaríamos del frescor de las montañas, ¡hasta nos tuvimos que tapar! Antes de eso salimos a cenar, al cruzar el pueblo habíamos identificado una feria local, y allí nos dirigimos; el lugar no estaba muy animado pero se respiraba la atmósfera festiva que seguro poseía en otros momentos del día, la cena fue un desastre, los apetitosos pinchos a la brasa resultaron estar hechos de entrañas, menos mal que previamente nos habíamos tomado unas cervezas con una tapa de calamares.

Desde Mae Sariang se pueden hacer muchas excursiones, casi todas en la frontera con Burma (o Birmania o Myanmar), nosotros salimos del pueblo y en pocos minutos nos encontramos rodeados de bellos arrozales.

Continuamos camino hacia Mae Hong Son, la carretera era sinuosa pero con menos pendientes que la del día anterior por lo que no tuvimos ningún problema en llegar a nuestro destino. A ambos lados de la carretera se distinguían montañas, a la derecha las de Doi Inthanon, a la izquierda la frontera con Burma, los arrozales y tierras de cultivo se extendían hasta ellas tiñendo de un verde brillante el paisaje. Si algo hemos aprendido estos meses es que el tiempo que se dedica a viajar es tan importante como el que se dedica a estar en un destino, tanto si se viaja en tren, como en autobús como en coche, hay que estar atento y disfrutar de lo que penetra por las ventanas, en la retina se quedarán grabadas imágenes tan bellas como la de la playa o la casa rural donde se planee ir; conducir por el norte de Tailandia, como ocurre en India o Pakistán, es un regalo para la vista y no hay que desaprovecharlo.

Tribus-IIIEn Mae Hong Son nuestros amigos se alojaron en un magnífico bungalow en medio de la selva, el Sang Tong Huts está gestionado por una pareja alemana que, inteligentemente, ha añadido una piscina al lugar convirtiéndolo en un pequeño paraíso, la única pega es que está un poco alejado del centro, unos veinte minutos caminando, problema menor teniendo en cuenta las ganas del dueño de montarte en su jeep y llevarte a conocer los alrededores, siempre está dispuesto a acercarte a algún sitio. Una vez acoplados el dueño nos llevó al centro donde aparcamos la furgoneta junto al lago, allí dormiríamos nosotros dos, y luego los cinco nos fuimos a visitar el Wat Phra That Doi Kong Mu, monasterio situado en una elevada colina al oeste de la localidad.

Mae Hong Son es un lugar tranquilo y entretenido donde pasar unos días, pequeñas agencias ofrecen sus servicios que incluyen trekkings o visitas en jeep por los pueblos de las montañas, paseos en elefante, descensos en barcas de bambú, etc.; teniendo en cuenta que el clima estaba un poco revuelto postergamos nuestra decisión hasta el día siguiente, si levantaba buen día podríamos ir en jeep hasta los pueblos fronterizos y visitar algunas tribus, las lluvias desaconsejaban los trekkings. La noche llegó y nos dejó una de las cenas más divertidas del viaje, en un restaurante junto al río, por 60 u 80 bahts por persona teníamos buffet libre que consistía en coger carnes marinadas, verduras frescas y noodles y prepararlos en un recipiente muy curioso que se calentaba sobre unas brasas, la «olla» era como el molde de un donut, en el aro exterior se prepara el caldo con las verduras y los noodles, en la parte central, más elevada, se prepara la carne a la brasa que deja caer su jugo al caldo, en la brasa también se pueden hacer las setas, o bien echarlas al caldo, hay que estar muy atento porque en seguida se evapora la sopa o se quema la carne, y cada pocos minutos hay que ir a por más provisiones, lo cual se iba complicando a medida que vaciábamos los litros de cerveza local…

Tribus

Y nos vamos de excursión… un chaval jovencísimo nos recoge en un jeep a las nueve de la mañana, pasaríamos el día con él recorriendo los caminos entre la ciudad y Mae Aw, asentamiento chino en la frontera con Burma. Mae Aw recibe algunos visitantes cada día, la plaza del pueblo espera ansiosa para ofrecer té, frutas o comida china al primero que llegue y, como no, el dinero ha irrumpido en sus vidas y piden al turista el doble del precio normal por una comida. En vez de comer allí le dijimos a nuestro guía que nos llevara al siguiente pueblo donde comimos en una pequeña guest house donde los productos son ecológicos, sobre todo el café, recién tostado de sus cafetales; mientras nos preparaban un sencillo pero sabroso arroz frito recorrimos la finca donde descubrimos bambúes gigantes, los más grandes que habíamos visto nunca. Este pueblo pertenece a una tribu karen, pero nada en él es realmente identificativo, eso sí, es un lugar muy bonito con un lago entorno al que pasear o en el que alquilar una embarcación de bambú.

Tribus-IVEl último pueblo, de la etnia hmong o miau, se caracteriza por ser polvoriento (dicen que los hmong son sucios y descuidados), y, aunque es cierto, fue el que más personalidad mostró de los que vimos, las mujeres y los niños están en la calle o en los patios, donde los gorrinillos y las gallinas corren a sus anchas, los arrozales cercanos aportan el grano necesario para el día a día cuya monotonía sólo se rompe con el ruido de los 4×4 que atraviesan el pueblo con turistas.

Ya de regreso nuestro simpático chofer paró en un centro de masajes y aguas minerales donde tras dudar un rato decidimos no hacer nada, la piscina de agua caliente no nos llamó mucho la atención y sabíamos que la del hotel sería mucho más agradable. Al llegar no tardamos ni cinco minutos en sumergirnos en el agua, un buen chapuzón para terminar la jornada.

Nuestra siguiente etapa en el programa nos llevaría hasta Pai, con el miedo en el cuerpo ante la tan anunciada carretera infernal comenzamos el camino, de menos de 150 kilómetros, el dueño del hostal nos había avisado de las curvas y las endiabladas pendientes, en el primer puerto la furgo no podía, tal y como yo me temía, si continuábamos era seguro que tendríamos que empujar y, lo que es peor, de Pai a Chiang Mai el recorrido era aún más duro y mucho más largo; decidimos volver por donde habíamos venido, Pai quedaría para otra visita, ahora el Mekong nos esperaba, con sus suaves y tranquilas aguas camino del mar de China.

Frontera con Birmania

Algunos de los paisajes más bonitos del noroeste de Tailandia se encuentran junto a Mae Sariang, una tranquila población al sur de la provincia de Mae Hong Son, desde la que se pueden realizar excursiones a los pueblos de los alrededores.

Tailandia es el primer productor de arroz del mundo, exportando gran parte al extranjero, aunque es en las grandes planicies donde más se extrae este valioso grano también en las zonas de montaña crece el cereal.

Mae Hong Son

La capital de la provincia y centro del turismo en el noroeste, esta ciudad es un lugar tranquilo donde pasar unos días, el lago artificial en el centro, los bonitos wats y las montañas que la rodean la hacen muy atractiva.

Tribu Karen

Las conocidas como Mujeres Jirafas pertenecen al pueblo Paduang, una subetnia de la numerosa tribu Karen. Los Karen viven actualmente refugiados en su gran mayoría en la frontera de Tailandia ya que en la vecina Burma son perseguidos.

Estas mujeres llevan una espiral (de entre 2 y 30 Kg) en el cuello y a veces en las extremidades, el efecto de la espiral es que el cuello parezca mucho más largo de lo que es, pero no supone ningún problema físico. Como casi todas las costumbres estaba en peligro de extinción hasta que el turismo llegó, desde entonces es un lucrativo negocio para el gobierno tailandés y para el PKNP (Partido Karenni Nacional Progresista), que lucha por crear un estado independiente en la frontera entre Burma y Tailandia.