El dominio de los Licios

11 de octubre de 2005

Tras pasar Köycegiz y el lago de su mismo nombre, la carretera principal se desvía hacia la derecha, continuando por una comarcal, transitable, cosa que no se puede decir de todas.

Licios-VI

Tumbas Licias

Serpenteamos durante 8 Km hasta llegar a Dalyan, junto a la antigua ciudad Caria de Kaunos. Va dejando de llover y enseguida aparecen los mosquitos. Ya habíamos leído sobre el problema de los mosquitos en esta zona, muy húmeda y dominada por el delta del río Dalyan. La verdad es que desde Éfeso hemos pasado pocas noches tranquilas a causa de estos desagradables insectos.

LiciosDespués de comer y descansar decidimos visitar Kaunos. El pueblo, aunque presenta un aspecto humilde, es en realidad un importante centro turístico. En el embarcadero, junto al río, hay muchísimos barcos que ofrecen distintas excursiones por la zona, hay mucho que ver en un radio relativamente pequeño. Algunos de los barcos pertenecen a cooperativas del ayuntamiento, otros son privados, lo que puede influir en las tarifas.

Al otro lado del río se ve una enorme montaña con las tumbas Licias empotradas en la roca, son un espectáculo, habrá unas diez, a lo largo de la pared. Algunas personas te pueden llevar a la otra orilla, por 2 millones y medio, (1 euro y medio), así que cogemos una de las pequeñas barcas y pasamos al otro lado. El río tendrá una anchura de 25 metros y no parece que exista otro modo de acceso que no sea en barco. Nada más bajar de la barca, una señora nos ofrece un té. En el camino hacia Kaunos dejamos un cementerio a nuestra derecha y granjas a nuestra izquierda, el suelo está embarrado. La entrada a las tumbas cuesta 4 millones pero las principales no se pueden visitar, además se ven casi mejor desde fuera, en perspectiva, preferimos no entrar. Los restos de la ciudad quedan a 1 Km andando y se va haciendo tarde, así que volvemos sobre nuestros pasos y nos tomamos un té con la señora.

Licios-VVolvemos con nuestro «particular» remero, que tiene hipo y parece estar un poco alegre, pero el tramo es pequeño, no creo que corramos peligro. Cambiamos la furgoneta de sitio, estábamos aparcados junto a unos cultivos y, tras la lluvia, los mosquitos han proliferado peligrosamente.

Por la mañana nos levantamos pronto, para hacer alguna excursión. Finalmente no cogemos ninguna y decidimos coger un barco que nos lleve hacia los barros y las aguas termales del río, muy famosas en Turquía. El viaje nos sale un poco caro (30 millones), contando con que en quince minutos estamos allí.

Quedamos con nuestro capitán en una hora y media, tiempo suficiente para darnos los lodos y el bañito caliente. La entrada nos cuesta 4 millones.

En la entrada hay una foto de Sting y Dustin Hoffman dándose los barros. Al entrañable Rainman no parece hacerle mucha gracia que le hagan una foto de tal modo, sin embargo Sting, siempre tan correcto, muestra una sonrisa de oreja a oreja. En los lodos flotas entero, son muy espesos y un tanto extraños, al terminar nos ponemos a secarnos al sol como los pimientos, junto con una patrulla de extranjeros, la verdad es que la situación es un tanto ridícula. Tras secarnos nos quitamos el barro como podemos y nos damos un baño caliente en la piscina. Desde luego te quedas como una malva, así que volvemos junto a nuestro patrón como nuevos.

Nuestra siguiente parada es la playa protegida de Iztuzu, una larga y ancha playa rodeada de pinares en la que a la entrada se delimitan claramente las zonas permitidas para los turistas, más allá de estas señales está prohibido terminantemente entrar, ya que es donde desovan las tortugas bobas. Pero la gente hace caso omiso a las prohibiciones. El agua está muy caliente y no cubre hasta que te metes cien metros en el interior. A Silvia la dejo buceando y yo vuelvo caminando por la orilla, hay muchas abejas que se ahogan al tocar el mar, no me doy cuenta y piso una de ellas, que me pica en el dedo gordo, pero increíblemente, aunque al principio el dolor es intenso, a los pocos minutos se me pasa la reacción, bueno es saberlo, ya que no sabía como reaccionaría ante la picadura de abeja, ya sé que bien.

Licios-VIIComemos en un pinar cercano y al acabar vamos hacia Göcek, un tranquilo pueblo. Es temporada baja y aquí se nota, según nos comenta un comerciante. Compramos algunos collares hechos en pizarra y damos un pequeño paseo.

Nos levantamos y seguimos costeando hasta que encontramos una cala preciosa camino de Fethiye, llamada Katranci, hay una taquilla nos piden 7 millones por entrar, pero al final regateando entramos por 4. Por la tarde, después de comer, seguimos camino hasta Fethiye, localidad famosa por tener muy cerca la playa más bonita de Turquía. Es muy turística, aparcamos lejos del centro ya que el aparcamiento está controlado. Hay un teatro romano cerca del centro y también tumbas licias, similares a las de Kaunos. Hay muchas tiendas y mucho comercio, paramos en una tienda de dulces a comprar unas golosinas enormes, de gelatina, bastante empalagosas. Esa noche dormimos en una calle de la ciudad.

Licios-IVA la mañana siguiente nos levantamos pronto ya que tenemos muchas cosas que visitar. Primero vamos hacia Kayakoy (Karmilassos en griego), un pueblo que fue abandonado a principios del siglo XX. En un restaurante nos dejan aparcar gratis y desde ahí visitamos el pueblo, en la ladera de un valle. La entrada nos cuesta 4 millones por persona. Hay muchas casas todavía en pie y algunas iglesias en perfecto estado. Subimos hasta una colina donde hay una pequeña iglesia ortodoxa y desde donde se ve todo el pueblo desde un lugar privilegiado. Puedes perderte durante mucho tiempo por el pueblo, meterte en las casas y andar por sus habitaciones. Al bajar tomamos un té por cortesía en el restaurante donde nos habían dejado aparcar.

A unos diez kilómetros está Ölüdeniz, la playa que aparece en todos los folletos turísticos sobre Turquía. Desde luego es espectacular, como una larga lengua de arena fina que entra en el mar, formando un pequeño lago a uno de sus lados. Pero claro, al ser tan espectacular está muy explotada, llena de gente.

Licios-VIIIMientras Silvia buceaba llegó una gran sorpresa, de repente sobrevoló la playa una cuadrilla de seis cazas de combate, menudo espectáculo que nos dieron, dando vueltas y vueltas, haciendo pasadas muy cerca del mar, dando giros en el aire. Aunque era inútil poder pillar algo interesante con la cámara de video no deje de grabar un instante, en realidad toda el mundo estaba grabando o tomando fotos como locos.

Después de estar un rato decidimos comer en uno de los muchos sitios que hay a unos cientos de metros de la playa. Elegimos un chiringuito de comida rápida en el que nos timan, cobrándonos por una mísera pizza y una hamburguesa 18 millones, una auténtica estafa. Cogemos la furgoneta con la intención de ir a un lugar alto y poder ver la playa como aparece en las fotos, pero no lo conseguimos, seguramente todas esas fotos estén tomadas desde el aire.

Licios-IIDejamos la playa y conducimos unos 80 kilómetros, camino de las gargantas de Saklikent. A medida que nos vamos acercando crece ante nosotros una cadena montañosa que confundimos con los Montes Taurus. Dormimos en un bosque apenas a dos km de la entrada. Por la mañana recogemos a un hombre que va hacia allí, conoce al de la taquilla, de tal modo que entramos sin pagar. Se entra a las gargantas por un pasillo con una barandilla y a los doscientos metros se ensancha un poco. Hay unas terrazas sobre el torrente de agua, no parecen muy seguras a primera vista. Justo a la entrada del primer paso de agua un hombre alquila zapatillas de plástico. Le preguntamos si se puede andar mucho por las gargantas, nos dice que por las lluvias que ha habido en los últimos días sólo se puede entrar 500 metros, que más adelante el agua lo cubre todo. De todos modos volvemos a ponernos los escarpines y entramos en las gargantas. El primer paso es el más complicado, el agua está gélida y baja muy fuerte, afortunadamente son apenas 20 metros, luego hay algunos pasos en donde el agua te llega hasta un poco más de las rodillas pero sin corriente. Calculamos que en algunos puntos hay acantilados de hasta 300 metros, espectaculares. Llegamos a un lugar en donde un hombre nos dice que ya no se puede avanzar, aun así seguimos un poco pero pronto nos damos cuenta de que verdaderamente habría que ir más preparado para avanzar más.

Licios-IIINos dirigimos hacia Letoon y Xanthos, ambas antiguas ciudades declaradas patrimonio de la humanidad aunque finalmente solo vamos a Xanthos, antigua capital del Reino Licio. Entramos por la mitad de precio. Mientras vamos andando aparece un chico joven, supuestamente un «guía», que chapurreando inglés nos dice que le sigamos, desde luego nos lleva a un par de tumbas que con toda seguridad no hubiéramos encontrado pero al final nos pide dinero, le decimos que no, ya que al fin y al cabo no le habíamos pedido que nos acompañara, si por lo menos nos lo hubiera dicho desde el principio nos lo habríamos pensado. Lo más interesante del yacimiento es un enorme pilar con escritura licia, una maravilla.

Licios-IXMe pregunto que se valorara a la hora de designar a un yacimiento o cualquier otro lugar como patrimonio de la humanidad. Supongo que además de las virtudes estéticas, se tendrá en cuenta la historia y otros aspectos. Hemos visitado lugares que bajo nuestro punto de vista deberían de estar incluidos en esta lista, al igual que hemos estado en otros que, sinceramente, no sabemos por que lo están. Como curiosidad cuando visitamos el yacimiento de Troya vimos una lista con el número de lugares designados patrimonio de la humanidad. El país con más lugares era Italia, detrás España, con uno menos, les seguían Grecia y Turquía.

Tras la visita a Xanthos fuimos hacia Patara. Paramos en un pueblo para comprar algunas cosas en una pequeña tienda, enseguida vino un grupo de chavales y algún mayor a curiosear. Me las vi complicadas para explicarles que éramos españoles y no americanos, ya que en uno de los lados de la furgoneta está grabada la palabra California, que no es otra cosa que el modelo de la furgoneta. Creo que al final lo entendieron. Patara era otra antigua ciudad y tuvo el honor de ver nacer a San Nicolás, el obispo Bizantino que dio lugar a la leyenda de Santa Claus, allá por el siglo IV d.C. Quedaban pocos restos de la ciudad desperdigados, un teatro y un arco eran quizá los más reseñables. Pero casi más interesante era la espectacular playa de arena con acantilados que había a cien metros, de 20 km de longitud, la lástima es que el viento soplaba muy fuerte. Aún así las vistas de la costa desde los acantilados merecían que se te metiese un poco de arena en los ojos. Esa misma tarde continuamos por una carretera que bordeaba la costa, parando cerca de la localidad de Kas, que tiene la rareza geopolítica de tener justo enfrente, a pocos metros de su costa, la isla griega de Meis. Esa noche dormimos a unos dos kilómetros de allí, junto a una pequeña cala.

El Reino Licio

La región de Licia se ubicó al sur de Asia Menor, en la actual provincia de Antalya (Turquía). Es un terreno montañoso, con muchos valles fértiles. En un principio, el país se llamó Milias y estuvo habitada por los pueblos solymi y termilo, dominados más tarde por invasores licios. Otra teoría explica que Milias era el nombre de una región al norte de Licia, y termilo un nombre que los griegos conocieron como licio. Los licios y los griegos entraron en contacto antes de la guerra de Troya (a principios del siglo XII a.C.). En la Iliada aparece en distintas ocasiones nombrado. Los restos de las tumbas, templos y teatros licios muestran la influencia griega. Licia y Cilicia fueron los dos únicos países de Asia Menor no conquistados en el siglo VI a.C. por Creso, rey de Lidia. Sin embargo, ese mismo siglo, fueron derrotados por los persas, liderados por Ciro II el Grande. Bajo dominio persa, Licia siguió autónoma y prosperó económicamente. Alejandro Magno, en el siglo IV a.C., conquistó Licia junto con el resto de Asia Menor. En el 189 a.C. los romanos vencieron a los licios, pero siguieron disfrutando de prosperidad y autonomía. En el 43 a.C. fue convertida en provincia romana.

Región de Licia

Karmilassos 

Karmilassos (nombre griego), en turco Kayaköy, es un pueblo fantasma de 2000 casas de piedra. Fue abandonado por sus habitantes, griegos musulmanes, después de la 1ª guerra mundial. La liga de naciones supervisó el intercambio de población entre griegos musulmanes y turcos ortodoxos. Como había muchos más griegos musulmanes que turcos ortodoxos, muchas ciudades abandonadas quedaron sin ocupar, tal fue el caso de Karmilassos.

Xantos

 Fue la capital del Reino Licio. Su historia es épica, bajo el ataque persa del 545 A.c, los habitantes quemaron sus casas y se suicidaron, para evitar someterse al yugo persa. Sólo 80 familias sobrevivieron. En las ruinas el pilar es el monumento más importante, mide alrededor de 4 metros de alto, tiene 4 lados, todos ellos escritos en lengua licia. Fue levantado alrededor del 425-400 A.c.