Priene, Mileto y Didyma, esplendor del pasado

6 de octubre de 2005

PrieneLa noche del 5 de octubre, tras la visita a Efeso, dormimos en Kusadasi, otro de los centros turísticos más importantes de la costa turca. Pudimos comprobar que estaba lleno de hoteles repletos de extranjeros, y las calles que daban a la Playa de las Damas estaban llenas de tiendas y restaurantes enfocados también al turismo no nacional (los precios aparecían en libras esterlinas).

Por la mañana nos acercamos a la antigua ciudad de Priene. Nos acercamos hasta la entrada y nos quisieron cobrar por aparcar en una cuesta de tierra; me negué y bajé el coche hasta donde se encontraban los restaurantes. Parece ser que al tipo de la puerta no le hizo mucha gracia que no aparcáramos allí, pero no vamos a estar pagando por todo, te sangran poco a poco.

Mileto-IEstábamos prácticamente solos recorriendo los restos arqueológicos (2 millones por persona). Se encuentran en un promontorio a unos veinte kilómetros del mar, el entorno es bastante espectacular, con bosques de pinos y una mole de piedra como telón de fondo. Las columnas que quedan en pie son impresionantes y hay restos de columnas iguales desperdigados por todas partes. Entre los pinos nos encontramos con una tortuga, hay muchas en este país, no sería la última en cruzarse en nuestro camino.

Entre campos de algodón en plena recolección llegamos hasta el mar. Queríamos darnos un paseo por la reserva natural de Dilek.

Según nos acercábamos comenzamos a divisar cientos de garzas, negras y blancas, desperdigadas por las marismas. El paisaje prometía un buen paseo, pero cuando llegamos al final de la carretera y quisimos andar nos topamos con una zona militar donde nos prohibieron el paso. ¡Qué mala suerte!, al parque natural sólo se puede acceder por el norte y eso suponía regresar unos ochenta kilómetros. Esta visita se ha quedado pendiente, según parece el sitio merece la pena, y tiene muchas calas vírgenes a las que se llega andando.

Mileto-III

Aún era temprano y nos encontrábamos a apenas treinta o cuarenta kilómetros de los restos de otra de las grandes ciudades griegas de la antigüedad: Mileto, de donde era natural Tales de Mileto (uno de los primeros filósofos, astrónomos y matemáticos de la historia).

De nuevo, al llegar, vimos que nos querían cobrar por el parking y aparcamos fuera del recinto. Tras comprar las entradas (2 millones por persona) se nos aproximó el responsable del parking y nos pidió insistentemente que aparcáramos dentro; comenzó a decir que si no lo hacíamos tendría problemas con su jefe y que nos cobraría como a estudiantes (1 millón), accedimos. Realizamos la visita bajo un sol abrasador (la hora del amarillo). De nuevo el teatro era el mejor edificio conservado, una maravilla.

Mileto-IIAprovechamos que habíamos aparcado en una sombra para comer allí mismo, aún nos quedaba una ración de suculentas lentejas con chorizo. Allí mismo descansamos después del banquete.

Ya era tarde para visitar la última de las tres ciudades jonias: Dydima, donde se mantiene en pie gran parte de un enorme templo. Nos fuimos buscando la tan anunciada playa de Altinkum, dicen que una de las mejores del país. Quizás fuera así en el pasado, pero ahora está rodeada de miles de urbanizaciones habitadas por ingleses, y de restaurantes y tiendas con precios en libras. Aún así me metí en el agua y nadé un rato, estaba yo sola.

Didyma-IBuscando un sitio donde dormir pasamos al lado del templo de Dydima, estaba vallado con una tímida valla de un metro de alto, se podía observar todo desde fuera. Al día siguiente pasamos de día para verlo bien, paseamos alrededor del templo y por algunas calles del pueblo, preparado para el turismo. Nada nos retenía allí, así que nos alejamos en busca de nuevos horizontes.

Didyma-II

Desde la carretera camino a Bodrum vimos un templo; recordamos haber leído algo sobre un santuario dedicado a Zeus en esa zona: Euromos, nos paramos a investigar. Por el camino de tierra se podía ver el templo, y Rafa se acercó un poco más entre los olivos y pudo ver al guarda dormitando en una sombra, allí no había nadie pero la entrada costaba dinero, otros 4 millones más. Nos los ahorramos, ya habíamos visto todo desde el exterior.

Templo de Didyma

Dydima albergaba un oráculo tan importante como el de Delfos, que se mantuvo en funcionamiento hasta que el cristianismo cobró poder en la zona. Estaba consagrado al dios Apolo.

El primer templo fue destruido por los persas en el año 494 a.C., fue reconstruido en el siglo IV a.C. y ampliado más tarde por orden de Alejandro Magno. El pórtico estaba formado por 120 enormes columnas, de las que parte se pueden observar en su sitio o en el suelo.

Mileto

Otra de las grandes ciudades griegas de la antiguedad: Mileto, de donde era natural Tales de Mileto (uno de los primeros filósofos, astrónomos y matemáticos de la historia).

Priene y Templo de Euromos

Priene fue una ciudad griega  que perteneció a las ciudades de la Liga Jonia. Era un lugar de encuentro y celebraciones entre los habitantes de la región. 

Del Templo de Atenea quedan en pie cinco columnas y el suelo; miles de pedazos de las demás columnas se encuentran desperdigados por la zona.