por aunmaslejos | Sep 29, 2014 | China |
Las cuevas budistas de Longmen 17 de septiembre de 2007 Cogimos el tren en Xi´an a las 8 de la mañana, nuestro destino era Luoyang, la ciudad que nos serviría de base tanto para ir a las cuevas de Longmen como al Templo Shaolin. De nuevo cogemos asiento duro, pero esta vez matutino, por lo que es bastante más cómodo, tardamos 6 horas en llegar a Luoyang. Durante el trayecto Jorge y yo conocemos a un chino que nos enseña algunas palabras, también nos hace ver que por mucho que regateemos en los bazares siempre vamos a pagar más que un chino. Hay poca, por no decir casi nula, oferta hotelera en Luoyang, una ciudad con un pasado glorioso y un presente algo decadente, la típica ciudad Han con casi siete millones de habitantes y donde impera el hormigón. El hostal que encontramos se encuentra en un anodino edificio, en la segunda planta, el vigilante de la entrada hace de todo menos vigilar. Hay una recepción triste con una sala de estar con suelos de cuero y un exagerado sofá imitación cuero, unas flores de plástico rellenan unas estanterías de cristal vacías, el cuadro es bastante dantesco. Tras instalarnos y comer un arroz cogeríamos el autobús hasta las cuevas de Longmen, distantes 18 Km. Las cuevas se ubican en una montaña a la vera del río Yishui, este fue el lugar que se eligió para horadar y crear cientos de grutas y esculpir otros tantos miles de relieves budistas. El peso de los años y el espolio hace visible la precariedad de algunas de las cuevas y relieves, otros,...