Caligrafia otomana

Caligrafía otomana Dios nos ha provisto de todo lo que necesitamos El Corán, el primer libro escrito en Árabe, impulsó de forma decisiva el desarrollo de la escritura y contribuyó también a la posterior evolución de la caligrafía como arte. El instrumento para escribir era el Cálamo, una caña tallada que, según el tipo de talla que tuviese, así era usado para uno u otro tipo de escritura. Comienzo con el nombre de Alá Desde finales del siglo VII la lengua y la escritura árabes se usaron de un modo oficial, imponiéndose en la administración de todos los países musulmanes. La escritura evolucionó hacia dos formas esenciales: la Nasjí, redonda, y la Cúfica, angulosa. Cada región del imperio islámico poseía un estilo propio, que reflejaba su identidad cultural y artística. La escritura cúfica, utilizada para escribir el Corán, era diferente en la India, Egipto, Irak o Andalucía. La escritura monumental, pintada sobre esmalte, esculpida en madera o en piedra, se diversificó aun más que la cúfica. Una de las inscripciones más antiguas (siglo VII), de carácter cúfico, con letras doradas sobre fondo azul, decora el interior de la Cúpula de la Roca de Jerusalén. La decoración caligráfica está presente en todos los monumentos religiosos y civiles. Como elemento usado en arquitectura, el estilo cúfico, denso en un principio, se estiliza. Los trazos se alargan, evocan siluetas de ciudades, motivos enlazados, florales o geométricos. Dios siempre está preparado La caligrafía es el principal instrumento artístico del arte musulmán y es usada en todas partes, escuelas, palacios y sobre todo en mezquitas, donde adquiere su mayor relevancia, alcanzando una significación casi...