Kuala Lumpur

Kuala Lumpur

Kuala Lumpur, la enérgica capital 6 de marzo de 2007 El mismo día que dejamos Singapur llegamos a Kuala Lumpur, donde esperaríamos hasta el reencuentro con la furgoneta, tras su trayecto desde India. Recorrimos la distancia entre las dos ciudades en poco más de tres horas, disfrutando de un autobús de lujo en el que casi te podías acostar en los asientos, circulando por una autopista perfecta, que no veíamos desde Europa. Ya llegando a esta joven ciudad vislumbramos la silueta iluminada del símbolo de la misma, la pareja de edificios de las Torres Petronas, los dos edificios gemelos más altos del planeta y que se erigen en el centro de negocios de la ciudad. Nos alojamos en un hostal en Chinatown, conocido punto de reunión de extranjeros, que en su mayoría pasan unos días en la ciudad para luego coger algún vuelo de enlace. Este barrio, que aún conserva el espíritu colonial y las costumbres chinas, constituye uno de los centros animados de la ciudad, los puestos de comida callejeros donde degustar Sate (brochetas de pollo, cordero o cerdo sazonadas con una sabrosa salsa a base de cacahuetes) y platos chinos, así como cafés, internets o puestos callejeros con camisetas, cds piratas, mochilas, zapatillas y un largo etcétera repletan este pequeño barrio, capitaneado por Petalling Street, un calle peatonal y cubierta donde el comercio y el regateo obligado es lo que prima. La noche estaba viva en Chinatown cuando llegamos y no dejaría de estarlo durante nuestra estancia y las siguientes visitas a la ciudad. Muy distinto era el aspecto por la mañana, con restos del ajetreo de la noche anterior y...