Macao, legado portugués

Macao, legado portugués

Macao, legado portugués 22 de agosto de 2007 Nada mejor que comenzar un viaje a China por aquellas ciudades con sabor a Oriente y Occidente, pasar unos días en las antiguas colonias de Macao y Hong Kong nos permitiría adaptarnos poco a poco a la inminente primera potencia del mundo. El avión de Airasia aterrizó sin suavidad alguna en el diminuto aeropuerto de Macao, en la isla de Taipa; un cielo gris monzónico nos daba la bienvenida, estábamos en plena época de tifones, en esos días Taiwán, Japón y Filipinas lo estaban viviendo. Un rápido control de pasaportes nos confirmó la situación de excepción que vive Macao, pertenece a China pero mantiene cierta autonomía en muchos ámbitos hasta el año 2049, en el que pasará a formar íntegramente parte de China. Para nosotros este hecho se tradujo en un nuevo sello en el visado, al que seguiría el sello de salida, los de entrada y salida a Hong Kong y los homólogos chinos, lo menos tres o cuatro hojas del pasaporte. Un moderno autobús con mensajes en chino y portugués nos llevó hasta el centro, abandonándonos junto a un extravagante parque temático con maquetas gigantes de los monumentos del mundo, con pirámides y canales venecianos incluidos. Otro autobús nos llevó hasta el centro histórico, descendimos en el Largo do Senado y desde allí caminamos hasta la Rua da Felicidade donde se encuentra la San Va Hospedería. Cuando subimos las oscuras escaleras de la posada el olor a humedad y la madera carcomida y repintada de un verde chillón no nos amedrentan, nos llaman la atención unas fotos en la entrada, que muestran que una película titulada...