Sigiriya y Dambulla, budismo en Ceylan

Sigiriya y Dambulla, budismo en Ceylan

Sigiriya y Dambulla, budismo en Ceylan 29 de enero de 2007 Dejamos Polonnaruwa a la hora de comer, para ello nos fuimos a la cercana estación de autobuses de Kaduruwela. Mientras yo cuidaba nuestro equipaje Rafa compraba algo de comida para el trayecto, unos pastelitos de lentejas, algo de fruta y unas chocolatinas. Aunque los trayectos son cortos se tarda mucho en recorrer en autobús, la media no es superior a 35 Km/h, no lo creeríais si os pasa uno cerca, en algunos tramos van como locos, yo diría que a más de 80 Km/h. En este caso a la tardanza se sumo un control de policía a dos kilómetros de nuestro destino, todos los pasajeros tuvimos que bajar con nuestros equipajes, pasar el control y volvernos a subir al mismo autobús que por su parte también había sufrido su registro. La cercanía de las ciudades antiguas a zonas de control tamil hace frecuentes los controles. El Round Ticket incluye la visita a Sigiriya, que por separado cuesta otros 20$, no así la visita a las cuevas de Dambulla, nuestra siguiente parada. Decidimos ir directamente allí porque las comunicaciones son mejores que desde Sigiriya, a donde se puede llegar fácilmente en autobús en media hora. Cuando nos dejó el autobús en medio de la ciudad era la hora de más calor, nos tocó caminar más de media hora hasta la zona donde se encuentran las cuevas y los hostales, bastante apartados del centro. Los primeros hostales no nos convencieron, más que nada por el precio, sin embargo en el Saman Hostel fueron muy amables y nos dejaron la habitación por 700 rupias (5 euros). Este hostal...
Polonnaruwa

Polonnaruwa

Polonnaruwa 27 de enero de 2007 El autobús nos dejó en la zona turística de Polonnaruwa muy cerca del Museo Arqueológico y los primeros restos de la antigua ciudad. Al descender, varios rickshaws se acercaron a nosotros para ofrecer sus servicios, todo en un tono educado y cordial, sin agobiar como a veces nos ocurre en India. Sabíamos que los hostales se encontraban allí mismo, no necesitábamos transporte, tras comentar nuestro presupuesto a los presentes nos indicaron una casa de huéspedes a menos de veinte metros de donde estábamos, allí nos ofrecieron una habitación por 500 rupias, era bastante cutre, pero suficiente para una noche, no faltaba el ventilador ni las mosquiteras. Una vez esparcidas todas nuestras pertenencias por la habitación nos dimos cuenta de que algo faltaba, una bolsa de plástico con las zapatillas de deporte de Rafa y mis chanclas se habían quedado en el autobús; un rickshaw aprovechó la coyuntura y nos sajó llevándonos al pueblo siguiente, donde acababa el trayecto, pero mereció la pena porque hallamos el autobús y nuestro calzado en su interior. Ya que estábamos allí decidimos comer antes de regresar, esta vez en transporte público. Cruzando la calle, frente a la estación de autobuses, encontramos un pequeño restaurante, allí nadie hablaba una palabra de inglés, sin embargo fue bastante fácil comunicarse con ellos, comimos arroz con curries vegetales y una pieza de pollo frito, todo por dos euros y medio, incluida la bebida. Pensábamos realizar la visita a Polonnaruwa esa misma tarde, pero el tiempo se truncó y una fuerte tromba de agua cayó durante al menos dos horas. Cuando amainó la tormenta inspeccionamos los alrededores,...
Anuradhapura

Anuradhapura

Anuradhapura 25 de enero de 2007 El vuelo desde Trivandrum en Kerala hasta Colombo fue visto y no visto, aun así, y pese a los escasos 40 minutos que duró, el excelente servicio de Sri Lankan Airlines nos ofreció un suculento almuerzo. Al llegar al moderno aeropuerto de Negombo y tras un rápido trámite del visado gratuito de un mes, cogimos un autobús para llegar a la estación de tren de Colombo, allí cogeríamos un tren hasta nuestra primera meta, la antigua ciudad budista de Anuradhapura, apenas a cuarenta kilómetros de la provincia del norte, la zona controlada por los tigres de Tamil. Tardaríamos cerca de seis horas en llegar a Anuradhapura, en el trayecto el color predominante fue el verde de las espesas junglas y el gris de los cielos, que indicaban que la mitad norte del país estaba en pleno monzón. Al llegar nos encontramos con una pequeña y tranquila localidad, nos alojaríamos en una casa de huéspedes junto a uno de los lagos, enseguida nos dimos cuenta de la diferencia de calidad en los hostales respecto a India, en Sri Lanka se paga algo más de dinero, pero las habitaciones suelen ser mucho más grandes y bien equipadas. En ésta una gran mosquitera cubría la cama, pasaríamos una buena noche pero antes nos pegaríamos una excelente cena en La Casserole. Al día siguiente alquilaríamos dos bicicletas para visitar todos los restos de la ciudad, que se dispersaban en un amplio terreno de varias decenas de kilómetros cuadrados. Optaríamos por comprar un ticket múltiple (Round Ticket) para visitar distintos restos de Sri Lanka, nos costaría 40 dólares cada uno. Primero rendiríamos pleitesía al Árbol...