Melaca

Melaca

Melaca, ciudad histórica 13 de abril de 2007 Ubicada a la entrada del estratégico e histórico estrecho de Melaca, que separa la isla indonesia de Sumatra de la península malaya, Melaca es la ciudad de Malasia con un pasado más rico, al igual que convulso; portugueses, árabes, holandeses e ingleses establecieron aquí uno de los puertos de comercio más próspero y poderoso de Asia, por lo que los restos coloniales en la ahora modesta ciudad son numerosos. Sin ir más lejos, nosotros aparcamos y dormimos varios días junto a un cementerio holandés, comido por el musgo y las ramas de los árboles. Desde este punto, subiendo la pequeña Colina de San Pablo, se encuentran los restos sin techumbre de la iglesia del mismo nombre, una de las iglesias católicas más antiguas de Asia y que conservó durante un tiempo el cuerpo incorrupto de San Francisco Xavier, antes de que fuera enviado a su definitiva morada en Goa, ahora antiguas lápidas holandesas y portuguesas talladas con símbolos heráldicos decoran la fría y vacía sala interior, desde aquí se ve el mar y unas buenas vistas de la ciudad. Al pie de la colina se levanta lo que queda del bastión portugués que construyese el conquistador Alfonso de Alburquerque en el siglo XVI, que en el pasado amurallara la ciudad, acuciada por continuos ataques y del que ahora sólo permanece en pie la Porta de Santiago. En los alrededores se aglutinan un importante número de museos, culminando en el interesante Museo de Historia de Melaca, construido en el interior de la réplica de un antiguo galeón portugués y que, narrando la historia concienzudamente, no...
Kuala Lumpur

Kuala Lumpur

Kuala Lumpur, la enérgica capital 6 de marzo de 2007 El mismo día que dejamos Singapur llegamos a Kuala Lumpur, donde esperaríamos hasta el reencuentro con la furgoneta, tras su trayecto desde India. Recorrimos la distancia entre las dos ciudades en poco más de tres horas, disfrutando de un autobús de lujo en el que casi te podías acostar en los asientos, circulando por una autopista perfecta, que no veíamos desde Europa. Ya llegando a esta joven ciudad vislumbramos la silueta iluminada del símbolo de la misma, la pareja de edificios de las Torres Petronas, los dos edificios gemelos más altos del planeta y que se erigen en el centro de negocios de la ciudad. Nos alojamos en un hostal en Chinatown, conocido punto de reunión de extranjeros, que en su mayoría pasan unos días en la ciudad para luego coger algún vuelo de enlace. Este barrio, que aún conserva el espíritu colonial y las costumbres chinas, constituye uno de los centros animados de la ciudad, los puestos de comida callejeros donde degustar Sate (brochetas de pollo, cordero o cerdo sazonadas con una sabrosa salsa a base de cacahuetes) y platos chinos, así como cafés, internets o puestos callejeros con camisetas, cds piratas, mochilas, zapatillas y un largo etcétera repletan este pequeño barrio, capitaneado por Petalling Street, un calle peatonal y cubierta donde el comercio y el regateo obligado es lo que prima. La noche estaba viva en Chinatown cuando llegamos y no dejaría de estarlo durante nuestra estancia y las siguientes visitas a la ciudad. Muy distinto era el aspecto por la mañana, con restos del ajetreo de la noche anterior y...