Adios a la caja de cambios

Adios a la caja de cambios

Una prueba de paciencia Junio de 2007 Cuando comenzamos a oír ese extraño sonido bajo nuestros pies no podíamos imaginar lo que se nos venía encima, habíamos recogido la furgoneta de la Volkswagen de Kuala Lumpur la mañana anterior ¡no podía romperse de nuevo!… o quizás sí. En un primer momento pensamos que el ruido venía de la rueda izquierda, estaba hecha polvo y teníamos la intención de cambiarla en Penang esa misma semana, paramos en una estación de servicio y comprobamos que se veía el refuerzo metálico por lo que decidimos cambiarla. No sabemos muy bien porque pero el ruido desapareció aunque, como supimos más tarde, nada tenía que ver con haber cambiado la rueda. Todo iba muy bien, sólo pensábamos en entrar en Tailandia en unos días, cuando, justo al cruzar el puente que une la isla de Penang con el continente, Rafa comenzó a notar algo extraño, la tercera marcha no entraba bien, no se podía reducir de cuarta a tercera, pocos kilómetros después ya no se podía reducir a ninguna marcha y la tercera casi no entraba al acelerar… ¡habíamos roto la caja de cambios! Completamente desesperados decidimos que ésta era la última, que metíamos la furgoneta en un contenedor y la mandábamos a Europa, como siempre tras llamar a nuestras familias todo cambió de color, nos relajamos y decidimos que al día siguiente decidiríamos si remolcábamos la furgoneta a KL o buscábamos un taller allí, mientras nos acomodaríamos en un hostal del barrio colonial, el Malibu. Al día siguiente pedimos a un taxista que nos recomendara un taller, el hombre hizo lo que pudo pero...
Georgetown

Georgetown

Colonia china en Georgetown 26 de mayo de 2007 La segunda ciudad más importante de Malasia se encuentra en una isla comunicada por un largo puente de siete kilómetros a la península, la isla de Penang o pulau Penang. Georgetown, uno de los orgullos nacionales, es una ciudad de 1 millón de habitantes, de los cuales más de la mitad son chinos, aquí el islam queda relegado a un segundo plano y la identidad china es la que da personalidad al lugar. Por razones que explicaremos más adelante nos tocó quedarnos en esta ciudad un mes, tiempo suficiente para aprenderse de memoria cada esquina del barrio colonial, en el que estuvimos alojados. En torno a las calles Chulia y Carnavaron se extiende una extensa red de calles y callejones que esconden bellas fachadas, templos chinos, mezquitas e iglesias. La zona colonial fue primero hogar de británicos a finales del siglo XVIII, con ellos llegó una oleada de musulmanes de lo que actualmente es Pakistán e India, comenzaron a levantar mezquitas y son en la actualidad una parte importante de la población local, casi más abundante que los musulmanes malayos. Más adelante los chinos se harían cargo de todos los edificios coloniales, convirtiendo los más espectaculares en edificios o establecimientos emblemáticos, como la Cámara de Comercio China, muy cerca del paseo marítimo. Entre estas calles y estos edificios se levantan algunos de los templos chinos más antiguos del país. De entre estos últimos el templo Khoo Kongsi se lleva la palma, es algo complicado dar con él pero merece la pena, es la muestra de lo importante que es la religión, la familia y las dinastías para la mayor...