por aunmaslejos | Sep 28, 2014 | India |
Jaisalmer, la ciudad dorada 17 de noviembre de 2006 El mismo día que realizamos la visita a los Bishnoi ponemos rumbo al desierto. La carretera que une Jodhpur con Jaisalmer es excelente pero no la autovía de cuatro carriles que algunas personas nos habían anunciado. Circulamos deprisa gracias al buen estado del firme y al poco tráfico, que sólo se intensifica en los núcleos de población. En el trayecto nos detenemos cuatro o cinco veces, la primera para echar gasoil, ya a casi 36 rupias el litro (unas cien pesetas), la siguiente para tomar un refresco y Rafa unas dhal, no es la primera vez que merienda lentejas desde que salimos de España. Nuestra tercera parada, justo durante la puesta del sol, nos permite tomar unas bonitas fotografías del desierto, que nada tiene que ver con el desierto de dunas que todos nos imaginamos, aquí está formado por grandes extensiones de pastizales y tierras yermas, con escasa vegetación y muy llano. Ya de noche paramos para cambiar de piloto, unos minutos después de que el cansancio de Rafa y la poca visibilidad nos hagan saltar por los aires en lo que pareció ser el final de la carretera, aquello parecía una zanja. Para nuestra desesperación aún tenemos que parar una vez más, un tren de mercancías de miles de kilómetros de largo provoca una espera de casi media hora, no sólo por su longitud y lenta velocidad sino porque en India los pasos a nivel son cerrados entre diez y veinte minutos antes de que pase el tren, generando largas colas de conductores indios nerviosos que, para dificultar aún...