Qazvin

Qazvin

Qazvin: la hospitalidad persa 25 de febrero de 2006 Íbamos camino del Mar Caspio por la carretera que unía Ardabil con Astara, en la frontera con la república de Azerbaiyán. Al pasar un túnel de montaña se abrió un gran valle desde donde se divisaba el Mar-Lago. A medida que bajábamos por la carretera veíamos algunos aparcamientos llenos de gente que comía o incluso tenía plantada la tienda de campaña, nosotros también paramos a comer algo y a disfrutar de las vistas. Al llegar a las orillas del Mar Caspio el paisaje cambio radicalmente, de las altas montañas de Azerbaiyán pasamos a los extensos arrozales, una calima intensa lo cubría todo y el aire era caliente, muy pesado. La verdad sea dicha, no había unas vistas muy bonitas, el mar ni siquiera lo veíamos y los pueblos que pasábamos no eran precisamente atractivos, casas destartaladas y mucha basura a ambos lados de la carretera. Estuvimos conduciendo durante un par de horas sin que variase mucho el ambiente hasta que llegamos a Bandar-e-Anzali, una de las ciudades más importantes del Mar Caspio, estaba un tanto desolado todo, aparcamos en un hotel y pedimos permiso para dormir. A la mañana siguiente por fin pudimos ver el Mar Caspio que bueno, no tiene nada de especial, por lo menos en esa zona. Nos dirigimos hacia Rasht, con el único interés de comprar Caviar en alguna pescadería, pero el caótico tráfico nos hizo desistir. La salida de Rasht fue como jugar a una maquinita de coches, en Irán conducir es sinónimo de jugarse la vida, nunca se sabe qué pueden hacer los conductores,...
Tabriz y Ardabil

Tabriz y Ardabil

Tabriz y Ardabil: El noroeste de Irán 21 de febrero de 2006 A pesar de que el paso de la frontera había sido fácil siempre nos encontramos un poco aturdidos y perdidos cuando pisamos por primera vez un país, y en este caso más. Se oyen tantas cosas de esta nación, casi todas negativas, que a uno le entran muchas dudas. Arrancamos y descendimos por una larga rampa que llevaba directamente a Bazargán, el pueblo fronterizo, enseguida se nos acercaron varios hombres para ofrecer diferentes objetos o cambiar dinero, dinero no necesitábamos porque habíamos cambiado en el banco de la frontera cincuenta dólares, lo que sí nos hacía falta era un mapa más manejable que el que teníamos, sólo nos costó tres dólares y por ahora nos está dando buenos resultados. Dejamos atrás Bazargán, con sus bancos, sus hoteles y su muchedumbre agolpada en la carretera, la siguiente población importante es Maku, a unos veintiocho kilómetros de la frontera. El lugar era un hervidero de gente, los puestos se agolpaban en las calles y las mujeres iban y venían de uno a otro, nos recordó mucho a Siria. En la primera gasolinera al salir nos paramos para repostar, sabíamos que el gasóleo es baratísimo en Irán y que no se encontraba en todas las estaciones de servicio, este fue el caso. Mientras el encargado nos hacía un gesto de que nos fuéramos un hombre se paró con su coche y nos invitó a seguirle a otra gasolinera, así lo hicimos durante unos cuantos kilómetros. El hombre hablaba inglés y se presentó como guía para turistas, comentó que en algunas...