Ebla Apamea y Ugarit

Ebla Apamea y Ugarit

Ebla, Apamea y Ugarit 24 de octubre de 2005 Ya estaba entrada la noche cuando llegamos al camping. No fue tarea fácil, tuvimos que preguntar en la carretera principal donde se encontraba el cartel, y un chaval en su moto nos acercó hasta el lugar. Tardaron en abrir la puerta un buen rato, pero al final lo hicieron y aparcamos la furgoneta entre unos cuantos olivos. La mercedes de la pareja alemana se encontraba también allí. Enseguida se presentó una de las dos mujeres que regenta el lugar, con una amplia sonrisa y los ojos llenos de curiosidad, nos dijo su hijo que el camping costaba 500 libras, le enseñamos el panfleto del Ministerio de Turismo donde ponía 300, aceptó sin rechistar. Al poco rato aparecieron los alemanes, estuvimos hablando sobre nuestros viajes, aunque no todo lo que nos hubiese gustado puesto que la señora no se movía de allí, ni su hijo tampoco. Los alemanes nos preguntaron que cuánto habíamos pagado, les dijimos la verdad y se mosquearon un poco, ellos habían soltado 500 libras, se lo echaron en cara a la señora que me hizo un gesto de ‘por qué se lo habéis dicho’. La pareja se fue a descansar y ahí seguían la señora y su niño, Rafa les dio unos regalitos y ella me pidió crema para las manos, le di un poco y me pidió todo el bote, pensé -aquí no se cortan un pelo-. Al final se fueron de allí, sin la crema, pero con dos juguetes, y dos radios y un reloj de propaganda. Al día siguiente nos levantamos y no había...
Alepo

Alepo

A la sombra de Damasco 23 de octubre de 2005 La entrada a Alepo fue algo parecido a montar en la noria. Es un auténtico caos circulatorio, con coches de un lado para otro, sin carriles delimitados, por lo que en una calle que en nuestro país sería de dos carriles, aquí iban 4 ó 5 coches. Por suerte los carteles que indicaban lugares estaban en árabe y en inglés, si no hubiese sido así no sé cómo hubiéramos llegado al centro. Seguimos la indicación hacía la ciudadela, por una avenida que subía repleta de coches, de gente, de tiendas, algo verdaderamente estresante, pero también muy vivo. Nos dimos media vuelta girando hacía la izquierda por una bocacalle estrecha, ante la mirada curiosa de todo el mundo. Algunos nos saludaban, otros no, pero todos se nos quedaban mirando. Tras unos diez minutos conseguimos llegar a una calle más o menos tranquila y dejamos la furgoneta junto a un gran parque público. No estábamos muy lejos, o al menos eso creímos en un principio, así que preparamos la mochila y comenzamos a andar. Nuestro primer objetivo era cambiar algunos dólares, ya que no teníamos dinero Sirio. Después de cambiar dinero, junto al museo, nos adentramos en la ciudad vieja por el mercado de comida. Desde luego para entrar hacía falta un buen estómago, el olor era penetrante y muy fuerte, sobre todo a carne. El suelo estaba lleno de sangre, agua, todo mezclado, había hombres preparando embutido, otros cortaban las piezas de cordero enteras, otros sacabas sesos de cabezas de carnero, otros hacían galletas, despellejaban gallinas, desde luego fue una...
Difícil frontera

Difícil frontera

Una entrada complicada 22 de octubre de 2005 La frontera entre Turquía y Siria Los últimos kilómetros en Turquía fueron un poco raros, todo estaba descuidado y se veían campamentos junto a la carretera, no habíamos visto nada parecido en el país. Los últimos eran zona militar, no se veía un alma, sólo vallas y torres de vigilancia. Nuestra idea no era llegar a la frontera pero sin quererlo nos vimos detrás de treinta o cuarenta camiones que hacían cola para cruzar. Uno de los camioneros nos animó a ir por el otro carril, que estaba libre, debía ser para los turismos. Por allí fuimos y llegamos hasta el control de pasaportes, nos hicieron pasar con el vehículo y estacionarlo junto al edificio. Rafael bajó y no tardó nada en pasar los primeros trámites, los pasaportes por aquí, los papeles del coche por allá. A pesar de ser ramadán nos llevaron a la furgo unos çays y algo de comer. Rafa les preguntó si podíamos dormir allí, dijeron que por supuesto, que no había ningún problema. Después de comer y descansar un poco nos animamos y decidimos cruzar esa misma tarde a Siria, al día siguiente estaríamos en Alepo. Aún eran las cuatro y quedaba tiempo antes de que anocheciera para cruzar y buscar un sitio cómodo donde dormir, al menos eso creíamos. Tuvimos que pasar otro control de pasaportes turco en el cual un hombre ayudó a Rafa a encontrar al responsable, que en esos momentos estaba durmiendo la siesta. Le dimos tres millones por los servicios prestados. Por fin entramos en Siria, la gente iba muy acelerada...

Siria

        Difícil frontera Papeleos sin ton ni son 22 de octubre de 2005   Damasco Capital Omeya 27 de octubre de 2005   Los Altos del Golan Una región en disputa Octubre de 2005   Alepo A la sombra de Damasco 23 de octubre de 2005   Bosra La ciudad negra 29 de octubre de 2005   Ebla, Apamea y Ugarit Civilizaciones 24 de octubre de 2005   Palmira La reina del desierto 29 de noviembre de 2005   Castillos Las cruzadas 25 de octubre de 2005   Éufrates Cuna de la historia 1 de diciembre de 2005   Durante nuestro viaje entraríamos tres veces en Siria, más otra en la que tuvimos que volver desde la frontera turca a por un papel. Fue el país en el que más caro nos costó entrar ya que nos pidieron 200 dolares por «tasas» de combustible. A nuestro regreso definitivo también pasaríamos una fría nochevieja de 2008 junto a la Ciudadela de Bosra, en total 2243 kilómetros entre las tres estancías, un total de 18 días. Por desgracia, ahora en 2015 cuando escribimos sobre Siria nos entristecemos, un país de gente cordial que vive una cruel guerra civil....