Visto y no visto, regreso a España

Visto y no visto, regreso a España

Visto y no visto, la vuelta a casa Del 21 de diciembre al 18 de enero de 2008 Atravesando Arabia Saudí Nos separaban más de dos mil kilómetros de carreteras y desiertos de nuestra querida Jordania. Pero antes de cruzar Arabia Saudí debíamos atravesar los E.A.U. hasta la frontera de As Sila, según nuestro mapa la carretera discurre junto al mar, no lo llegamos a ver y si estaba allí se confundía con los espejismos que forman las arenas rojas que inundan el país. A mitad de camino paramos para rellenar el depósito y descansar en una gasolinera hipermegamoderna, nos quedamos perplejos, de repente era como estar en Austria o en Suiza, sin embargo fuera caían 40 ºC y no había más que desierto. Aprovechamos que había unos camiones estacionados para cobijarnos en su sombra, cual fue nuestro asombro al reconocer la matrícula de Almería, ¡qué hacéis tan lejos de casa chicos!, pero no, estábamos muy equivocados, los conductores no podían tener más cara de árabes, desconocemos como había llegado a parar ese trailer a este rincón del mundo, pero allí estaba, no sería el único que veríamos en las dos siguientes jornadas, ¿existirá un mercado negro de camiones españoles en Arabia? Aunque en general somos inmunes a los comentarios y opiniones negativas de otros viajeros hemos de reconocer que entramos en esta nación con miedo y desgana, la falta total de libertades, los pocos atractivos culturales y naturales y algunos incidentes que habían ocurrido en fechas cercanas con extranjeros como protagonistas provocaron en nosotros un recelo poco natural. Nos sentíamos incómodos y muy cansados, sólo podíamos hacer una...
Mascate

Mascate

Mascate, la ruta de las especias 14 de diciembre de 2007 El tráfico desapareció enseguida y una moderna autovía nos dejó en el barrio de Ruwi, un área frecuentada por emigrantes del subcontinente indio y el mejor lugar para realizar gestiones como compra de billetes de avión. No paramos y continuamos por la calle que lleva el mismo nombre que el barrio hasta llegar a Mina Street, arteria que nos llevaría directamente a la «Corniche» de la bahía de Mutrah, el lugar más emblemático y con más sabor de la capital. Íbamos un poco desinformados, Omán nunca había estado en nuestros planes por lo que no habíamos leído mucho sobre él, antes de parar decidimos recorrer el lugar en vehículo, ya tendríamos tiempo de parar a pasear. La Corniche acaba pero la bahía continúa dejando a un lado la fortaleza portuguesa, una pequeña subida nos permite pasar a la siguiente bahía, más pequeña y resguardada, el verdadero Mascate, donde se levantan el Palacio Real y unos cuantos edificios oficiales y sedes militares. Esta vez sí aparcamos la camioneta y nos disponemos a inspeccionar el lugar, sinceramente la excursión resultó bastante insulsa, el lugar estaba muerto, no había gente en las calles, en parte normal ya que apenas se veían residencias, era como una ciudad fantasma. Fue tal nuestra impresión que dimos por concluida nuestra visita rápidamente y regresamos a Mutrah, eso sí, tras echar un ojo a los fuertes que flanquean el acceso a Mascate desde ambos extremos de la bahía. Mutrah fue nuestro siguiente hogar, aparcamos en un aparcamiento-mirador a un kilómetro de la corniche y nos relajamos...