por aunmaslejos | Sep 26, 2014 | Crónicas destacadas, Siria |
Damasco, la capital Omeya 27 de octubre de 2005 Nos despedimos de Luke en la puerta del Crac de los Caballeros. Nuestro rumbo era sur pero el destino no estaba claro, en un primer momento habíamos pensado acercarnos a Hama (antigua Epifanía) para ver sus enormes norias de madera en el río Orontes. Desechamos la idea porque Rafa estaba ya incubando algún virus y tenía fiebre. Nuestra segunda idea era hacer una breve parada en Ma’alula, pueblo donde aún se habla el arameo, y luego seguir a Damasco donde iríamos al camping que nos había comentado Luke. En Homs nos desviamos por la autopista que lleva a Damasco en unos ciento setenta kilómetros, Ma’alula se halla poco antes de la capital, a unos cuarenta. La autopista tenía dos carriles por sentido; el tráfico era abundante, muchos camiones y camionetas de colores. Llegando al desvío hacia Ma’alula el estado de Rafa lejos de mejorar era peor, así que conduje en busca del camping; las indicaciones eran claras, siempre en dirección a Damasco hasta el concesionario de Hyundai, tras el cual se gira a la derecha, a unos 100 metros está el camping. El concesionario nunca llegó y me vi inmersa en un tráfico de mil demonios, del estilo de Alepo y Estambul. Ojeando el mapa vi una señal de camping a las afueras de la ciudad, por la nacional que lleva a Jordania, sabía que no era el que Luke había indicado pero intenté llegar. De nuevo fracasé y Rafa cogió el relevo al volante de vuelta hacia Damasco. Decidimos aparcar en la ciudad y probar con un hostal, era...