Minas terrestres

Minas terrestres

El infierno de las minas terrestres 23 de octubre de 2007 Las minas antipersonas fueron usadas por primera vez a gran escala en la II Guerra Mundial, desde entonces han sido utilizadas en muchos conflictos como la Guerra de Vietnam, la Guerra de Corea o la I Guerra del Golfo, y aún hoy en día son utilizadas en muchos otros. En un primer momento se fabricaron con el objeto de proteger las minas anti-tanque, evitando que el enemigo se pudiera acercar a ellas y las desactivase, y con fines defensivos, protegiendo zonas estratégicas como fronteras, campamentos o puentes. Están diseñadas para herir y no matar al soldado, ya que para el enemigo supone más trabajo y recursos rescatar y curar a los mutilados que simplemente enterrar los cuerpos: Según la estrategia militar es más caro un hombre herido que uno muerto. Poco a poco se fue desvirtuando su uso y comenzaron a usarse a gran escala, atemorizando a civiles y comunidades enteras, impidiendo a los campesinos acercarse a sus campos y limitando el movimiento en pueblos y aldeas. Simultáneamente se dejó de marcar las áreas minadas y de preparar los mapas correspondientes de forma sistemática, lo que se convirtió en una tarea imposible cuando comenzaron a lanzarse desde el aire. A esta dificultad se añade el hecho de que el clima lluvioso de ciertas regiones permite a las minas cambiar de posición, desplazándose grandes distancias. Así civiles, cooperantes y soldados desconocen cuándo están entrando en un campo minado. Muchos países fabricaron estas armas en el pasado para uso propio y para suministrar a otros países. Una fabricación sencilla y...
Angkor, templos y jungla

Angkor, templos y jungla

Angkor, templos y jungla 21 de octubre de 2007 Camboya es conocida en el mundo entre otras cosas por uno de los conjuntos arquitectónicos más impresionantes que existen: los Templos de Angkor. El periodo en el que fueron construidos estos monumentos se extiende a lo largo de más de seiscientos años, entre el 802 y el 1432, durante los cuales el Imperio Khmer llegó a ser uno de los más poderosos del Sudeste Asiático. Para visitar este lugar hay que contar con tiempo suficiente, en un día apenas dará tiempo a ver los lugares más emblemáticos sin empaparse de la atmósfera de los lugares menos transitados, dos o tres días permitirán perderse entre ruinas devoradas por la selva y pasear por lugares menos trillados, aunque el que quiera verlo todo deberá quedarse en el lugar entre una semana y un mes, ya que la capital del imperio Khmer se expandió tanto que hay restos desperdigados a decenas de kilómetros en todas las direcciones. Hay tres tipos de entradas: 1 día por 20$, 3 días por 40$ y 1 semana por 60$, aquí no se andan con tonterías, lo poco que tienen lo explotan a fondo, pero a pesar de lo desorbitado del precio merece la pena la visita, sin duda alguna. Una vez decidido el tiempo de estancia hay que pensar en el medio de transporte, según nuestra opinión hay que descartar el caminar, como mínimo hay que alquilar una bicicleta para recorrer las grandes distancias, en muchas zonas se puede aparcar la bicicleta y entonces sí, caminar para visitar los templos más cercanos. Otra opción menos económica pero...
Siem Reap

Siem Reap

Los contrastes de Siem Reap 21 de octubre de 2007 Nuestra visita a Camboya se centró única y exclusivamente en Angkor y los alrededores de Siem Reap, llevábamos ya más de dos meses con las mochilas y ansiábamos regresar a Bangkok lo antes posible y recuperar la furgoneta. Por esa razón decidimos volar directamente desde Ho Chi Minh hasta aquí, pasar tres días y regresar por tierra a Tailandia. El aeropuerto de Siem Reap es el primer ejemplo del contraste entre riqueza y pobreza que pudimos observar, fue construido para uso exclusivo de los turistas y en él un grupo numeroso de azafatas/os se encarga de recibirnos y mostrarnos el camino al mostrador donde se adquieren los visados: 20$ por persona más 1$ si no tienes fotografía. Compartimos el taxi hasta el centro de la ciudad con una pareja de franceses y allí nos dejamos liar por un moto-carro para que nos acercara a un hotel, el primero de la lista estaba lleno, así que el conductor nos llevó a otro con piscina que estaba lleno de españoles y cuyo precio estaba en 10$ la noche, precio muy distinto de los más de 300$ (hasta 700$) que se paga en los grandes hoteles de lujo que abundan en la diminuta ciudad. En el poco tiempo que estuvimos pudimos comprobar el estado de subdesarrollo en el que se halla el país, uno de los más pobres de Asia y uno de los más castigados por las guerras en el siglo pasado. El gran lujo de hoteles y restaurante contrasta de forma dramática con los suburbios de la ciudad, a menos...