Isla de Santorini

Isla de Santorini

Santorini, la isla de la media luna 21 de agosto de 2005 Se podría haber elegido cualquier otra isla griega, desde luego variedad hay. Tras barajar otras como Folegandros, Ios o Amorgos, nos decidimos por Santorini (Thira). Sabíamos que era una de las más turísticas y que iba a estar atestada de gente, pero habíamos oído tanto y tan bueno de la isla cíclada que no le dimos demasiada importancia. Nuestro ferry salía a las diez de la noche desde el Pireo, la caótica ciudad-puerto anexa a Atenas, desde donde salen la mayoría de los ferrys hacia las islas griegas. Dejamos la furgoneta bien aparcada y fuimos a nuestro muelle de embarque. Nuestro ferry se llamaba el «Expresso Apollon», estaba abarrotado de gente que quería salir, después comprenderíamos muy bien tales ansias. Entramos y cogimos dos bancos para acomodarnos, después de leer y comer unos pasteles de queso y espinacas (a precio de puerto), charlamos un poco, hasta que Silvia decidió echar un sueño. Jorge y yo fuimos a tomar unas cervecitas, bastante caras, por cierto, y nos pusimos a andar por el barco. Llegamos a una zona enmoquetada y cubierta, donde mucha gente se había improvisado camas para descansar. Cogimos una mesa y nos pusimos a ver un partido del «calcio» italiano que echaban por la tele. Aguantamos poco, esa zona del barco vibraba mucho y se hacía imposible estar medianamente cómodo. Seguimos andando hasta que encontramos una zona de la cubierta en la que había espacio en el suelo, así que avisamos a Silvia y fuimos hacia allí. Jorge y Silvia se durmieron y yo también lo...
Atenas

Atenas

Atenas, cuna de la sabiduría 15 de agosto de 2005 En Atenas y sus alrededores hemos pasado una buena parte de nuestra estancia en Grecia. Nuestra primera visita la hicimos el día 14 de agosto, junto a Laura y Gema, que volverían en tren a Tesalónica para coger su avión de vuelta a casa. Fue muy buena idea acabar su viaje en Atenas, ya que el 15 de agosto eran gratuitas las entradas a todos los monumentos de la ciudad (y del resto de Grecia). Sino la entrada cuesta doce euros y es una entrada múltiple que dura 48 horas y da acceso a: el Acrópolis, el Ágora Antigua, el Ágora Romana, el Templo de Zeus Olímpico, el Teatro de Dioniso y el Cementerio de Cerámico. Tanto ellas por la mañana, como Rafa y yo por la tarde, pudimos disfrutar de la visita. Paseamos por el Ágora Antigua hasta el Templo de Hefestos, visitando en el camino el museo del Ágora; para más tarde subir la colina hasta la Puerta Beulé, penetrando así en la Acrópolis. En la subida dejamos a la derecha el Teatro de Herodes Ático, en muy buen estado de conservación. Estábamos pisando el mismo suelo que pisaran 2.600 años antes filósofos y oradores de la antigua Grecia. Tras penetrar por la puerta dejamos a la derecha el Templo de Atenea Niké, en reconstrucción, para enseguida contemplar el Erecteión con sus cariátides a la derecha del recinto, y el Partenón, también en reconstrucción, al fondo a la izquierda. La vista era imponente. A pesar de ser ya más de las seis de la tarde, y cerrar...
El oráculo de Delfos

El oráculo de Delfos

Delfos, el oráculo de los dioses 14 de agosto de 2005 Apenas a 1 km del moderno pueblo de Delfos, dedicado casi exclusivamente al turismo, nos encontramos con el antiguo vestigio arqueológico de Delfos, ubicado en un privilegiado emplazamiento en las laderas del monte Parnaso. La entrada para todo el complejo cuesta 9 € e incluye la visita al sitio en sí y el completo museo. Son 9 € muy bien aprovechados. Delfos se sitúa en Sterea Ellada (Grecia continental), muy cerca del golfo de Corinto, que separa esta región del Peloponeso. En la Grecia Clásica era considerado el centro del mundo; según la mitología fue en este lugar donde se encontraron las dos águilas soltadas por Zeus en puntos opuestos de la tierra. Se cree que se originó a finales de la época Micénica, cuando se rendía culto a Gea. Más tarde pasó a ser santuario de diversos dioses como Poseidón, Temis o Deméter. Su mayor esplendor lo alcanzó en el siglo IV a.C., cuando recibía a multitud de peregrinos que consultaban el oráculo, que transmitía las palabras directamente de Apolo. La carretera principal divide al oráculo en dos, a la izquierda queda la mayor parte del complejo. Lo primero con lo que te encuentras es con los restos de la antigua ágora romana y desde ahí, subiendo unas escaleras se continua por la Via Sacra . Antiguamente esta vía estaba flanqueada por los tesoros (pabellones en donde se exhibían los tesoros y estatuas ofrecidos a Apolo por las distintas ciudades estado). En la actualidad el edificio que albergaba el tesoro ateniense está restaurado. Continuando por la vía...
Jonia

Jonia

Jonia 10 de agosto de 2005 Aunque se nos estaba haciendo un poco tarde en la carretera, a causa de lo increíblemente abrupto que es este país, decidimos llegar al mar (había mono de playa). Llegamos a Igoumenitsa ya de noche y comenzamos a descender por la costa Jónica en busca de un sitio donde dormir. Igoumenitsa tenía mucho «ambiente», coches y barcos estaban dispuestos a zarpar rumbo a Italia o a alguna isla Jónica (éste es el principal puerto de comunicación con Italia, Corfú y Paxos). Nos dirigimos a una población que se llama Syvota y que sabíamos tenía algunas playas. Pasado el pueblo, y ya en crisis por no haber cenado a las 11 de la noche, paramos en una desviación que indicaba «cantina». Resultó ser un restaurante al aire libre con comida casera deliciosa, nos volvimos a deleitar con la mousaka, una ensalada griega, unos calamares y unas sardinas, y de postre una tarta de queso y hojaldre buenísima. Descendiendo por la carretera se llegaba a una cala con muy buena pinta, pero fuimos un poco osados y continuamos por el camino, al final del mismo nos esperaba una cala de arena con un islote en frente, y un aparcamiento donde había algunas caravanas estacionadas. El sitio era perfecto y prometía bastante para bucear. Al día siguiente pasamos el día en la cala, se podía ir nadando al islote y el fondo marino era perfecto; disfrutamos mucho. A primera hora un desalmado salió del agua con una raya y la mató, estoy convencida de que si no la hubieran pescado la habría visto en el fondo...
Zagoria, la bella desconocida

Zagoria, la bella desconocida

Zagoria, bella desconocida 9 de agosto de 2005 Nos despertamos a unos diez kilómetros de Metsovo. El día anterior pretendíamos habernos acercado más a la zona de Zagoria, pero las carreteras se volvieron infernales y no pudimos avanzar mucho. Mientras dábamos eses sin parar, al fondo del valle veíamos los enormes agujeros para los túneles de la futura autopista que comunicará Igoumenitsa (frente a Italia) con Estambul (la Via Egnatia). Después de pasar Ioannina en poco más de media hora llegamos a la desviación hacia Ariste, cogimos la carretera que nos conduciría hasta los pueblos de Megalopapingo y Mikropapingo. En seguida el paisaje se volvió espectacular. En Ariste hicimos una parada técnica y nos abastecimos de agua, incluida la ducha portátil. Seguimos camino y la garganta de Vikos apareció ante nuestros ojos, un enorme cañón se abrió a la derecha mostrando toda su belleza. Paramos en medio de la carretera para tomar unas fotos y observarlo bien. Poco después llegamos a Megalopapingo, aparcamos en el parking que hay a la entrada y nos fuimos a dar un paseo por el pueblo. La arquitectura era como en Ariste, en total armonía con el medio, tejados de pizarra, paredes de piedra y puertas y ventanas de madera. Las calles empedradas impedían el paso de los coches, pudiendo pasear por ellas sin dificultad. Seguimos por la carretera en busca de las piscinas naturales, que encontramos al cabo de cinco minutos. El paisaje nos recordó a las «fraucatas», unas paredes del cañón de Ordesa en Pirineos. Recorrimos las pozas hasta el final y luego escogimos un sitio donde darnos un chapuzón; allí nos...
Meteora

Meteora

Meteora, monasterios suspendidos 8 de agosto de 2005 Recogimos a Gema y a Laura a las dos de la madrugada en el aeropuerto de Tesalónica, al norte de Grecia. Con la emoción no podíamos pensar en dormir y nos dirigimos al puerto de la ciudad para tomar algo y charlar un rato. Nos encontramos con cuatro o cinco barcos amarrados transformados en bares de copas, cada uno con su estilo particular. A la entrada de cada uno de ellos había un cartel con unos horarios muy raros. No entendíamos de qué iba el tema, así que preguntamos en uno de ellos: cada dos o tres horas los barcos se ponían en marcha y daban un paseo de media hora, cada barco tenía horarios distintos, con lo que en ningún momento se encontraban todos amarrados. Decidimos probar la experiencia en el más auténtico de todos, nos subimos unas cervezas a cubierta y al cabo de una hora el barco partió. Después del paseíto decidimos irnos a dormir, el amanecer empezaba a amenazarnos y al día siguiente nos esperaban los monasterios «suspendidos» de Meteora. Llegamos a la zona sobre las tres de la tarde. Se suponía que había autopista casi hasta Meteora, pero está aún en construcción, y al ser tan abrupta la zona tardábamos bastante en recorrer las carreteras. Fuimos directamente al monasterio Moni Megalou Meteorou o Gran Meteoro, el más grande y completo y desde el que se dice que hay las mejores vistas de la región. Se hizo el más rico y poderoso gracias al emperador de Serbia Simeón Uros, que legó toda su fortuna y se hizo...