El monte Batur

El monte Batur

El monte Batur 28 de abril de 2007 Nuestro destino tras la estancia en Ubud sería el Volcán Batur, ubicado a una altura de 1.717 metros sobre el nivel del mar, en el centro de la isla. Nos lo pusieron difícil en Ubud para poder irnos en transporte local y casi nos vimos obligados a coger un jeep que nos llevara, pagando, por supuesto, una cantidad desorbitada. Enseguida, tras salir de la localidad, la carretera comenzó a subir poco a poco, atravesábamos arrozales mientras observábamos como algunos volcanes del centro de la isla se iban haciendo cada vez más grandes. Tras una hora de jeep hicimos nuestra primera parada «forzada», para visitar una plantación; un chico joven salio a recibirnos educadamente, por desgracia nosotros sabíamos que quería vendernos algo, pero fue muy educado y tuvimos una amena charla mientras tomábamos un café cultivado por ellos mismos. También nos enseñó una gran cantidad de las plantas y los frutos que siembran en la plantación, veríamos por primera vez en nuestra vida los racimos de café o la planta del cacao, además del árbol del mango y un largo etcétera de plantas tropicales. Finalmente, antes de partir, compraríamos algo de café ya tratado y un poco de canela. Tras otra hora de conducción llegamos a Penelokan y cual fue nuestra sorpresa cuando el vehículo paró a la entrada del pueblo donde un policía en un puesto de control nos cobró para poder acceder, increíble…, nuestra decepción en Bali seguía in crescendo con este tipo de regulaciones, que no eran más que tretas para sacar dinero al turista. Nada más pasar el...
Isla de Santorini

Isla de Santorini

Santorini, la isla de la media luna 21 de agosto de 2005 Se podría haber elegido cualquier otra isla griega, desde luego variedad hay. Tras barajar otras como Folegandros, Ios o Amorgos, nos decidimos por Santorini (Thira). Sabíamos que era una de las más turísticas y que iba a estar atestada de gente, pero habíamos oído tanto y tan bueno de la isla cíclada que no le dimos demasiada importancia. Nuestro ferry salía a las diez de la noche desde el Pireo, la caótica ciudad-puerto anexa a Atenas, desde donde salen la mayoría de los ferrys hacia las islas griegas. Dejamos la furgoneta bien aparcada y fuimos a nuestro muelle de embarque. Nuestro ferry se llamaba el «Expresso Apollon», estaba abarrotado de gente que quería salir, después comprenderíamos muy bien tales ansias. Entramos y cogimos dos bancos para acomodarnos, después de leer y comer unos pasteles de queso y espinacas (a precio de puerto), charlamos un poco, hasta que Silvia decidió echar un sueño. Jorge y yo fuimos a tomar unas cervecitas, bastante caras, por cierto, y nos pusimos a andar por el barco. Llegamos a una zona enmoquetada y cubierta, donde mucha gente se había improvisado camas para descansar. Cogimos una mesa y nos pusimos a ver un partido del «calcio» italiano que echaban por la tele. Aguantamos poco, esa zona del barco vibraba mucho y se hacía imposible estar medianamente cómodo. Seguimos andando hasta que encontramos una zona de la cubierta en la que había espacio en el suelo, así que avisamos a Silvia y fuimos hacia allí. Jorge y Silvia se durmieron y yo también lo...