El campamento de Qaleralik

El campamento de Qaleralik

El campamento de Qaleralik Junio y julio de 2009 Seis extrañas estructuras semicirculares en un paraje inhóspito y sobrecogedor, eso es lo que se encuentra tras subir la duna hasta llegar al campamento. Esas estructuras son los «Domos», unas férreas tiendas de campaña, que cuestan su peso en oro, nunca mejor dicho. Su transporte y montaje durante varios días fue muy sudado, pero se hizo un buen trabajo. Estamos en campamento de Fletanes, o Qaleralik en inuit, un lugar aislado, a una hora en zodiac de la población más cercana, un lugar mágico, enclavado en una pequeña meseta frente a tres glaciares que van a dar a la inmensidad del Inlandis. Tenemos hasta una playa, donde muchas mañanas podíamos ver a las manadas de Caribús que iban a nutrirse de los minerales del agua del fiordo. No le falta un detalle y las carencias se suplen con la buena predisposición de todo el mundo. Las tiendas son de ocho personas, hay un water y una ducha, un río para lavar y una buena cocina bien nutrida. Así dicho no parece nada del otro mundo pero en realidad acondicionar este lugar supone un gran esfuerzo logístico. Y Victor y su «Mobydick» liderando el campamento, con buen toque para la cocina. Coco, que venía desde Ushuaia, para trabajar en la otra punta del mundo, siempre de buena onda, llevándonos al glaciar. Allí estuvieron los dos durante tres meses, en soledades y compañías, dos auténticos lobos esteparios que acabaron casi rozando la mística. Como marca este lugar….   Qaleralik El campamento, frentes glaciares, rutas por el hielo, trabajo duro y buenas veladas....
Rakaposhi, soberano de Hunza

Rakaposhi, soberano de Hunza

Rakaposhi, soberano de Hunza 2 de mayo de 2006 Después de adquirir una nueva tienda de campaña y un termo en Karimabad nos dirigimos hacia el valle opuesto al de Hunza, el valle de Nagyr, presidido por el majestuoso Rakaposhi, una idílica montaña de 7.788 metros, tan cercana a la KKH que en muchos momentos parece como si se fuera a desplomar encima de uno. Tras pasar el puente que cruza el río Hunza aparece un empinado desvío por un camino de piedras hacia el pueblo de Minapin, desde donde comienza el trekking hasta el Campo Base del Rakaposhi. Un hombre local nos pide que le subamos al pueblo distante cinco kilómetros desde el desvío de la KKH, nos dice que podemos llegar sin problemas, y así es, hasta los últimos quinientos metros, donde aparecen unos badenes difíciles de superar, pero por suerte contamos con la inestimable ayuda de la gente del pueblo, que nos pone piedras para poder sortear los badenes, aunque no pueden evitar que en uno de ellos el tubo del silenciador se separe. Por fin llegamos a la Diran Guest House, un delicioso hostal con verdes jardines y donde los propietarios nos reciben alegres. Por la tarde mantuvimos una interesante charla sobre política y también tomamos una suculenta cena a base de dall (una especie de legumbre parecida a la lenteja), ternera y dos estupendas sopas, después ultimamos los detalles del trekking, aunque estábamos a expensas de que el tiempo cambiase. 1er día del trekking Nos levantamos a las 6.45 de la mañana, hacía un día espléndido, teníamos las mochilas preparadas, pero tuvimos que esperar...