Caligrafia otomana

Caligrafía otomana Dios nos ha provisto de todo lo que necesitamos El Corán, el primer libro escrito en Árabe, impulsó de forma decisiva el desarrollo de la escritura y contribuyó también a la posterior evolución de la caligrafía como arte. El instrumento para escribir era el Cálamo, una caña tallada que, según el tipo de talla que tuviese, así era usado para uno u otro tipo de escritura. Comienzo con el nombre de Alá Desde finales del siglo VII la lengua y la escritura árabes se usaron de un modo oficial, imponiéndose en la administración de todos los países musulmanes. La escritura evolucionó hacia dos formas esenciales: la Nasjí, redonda, y la Cúfica, angulosa. Cada región del imperio islámico poseía un estilo propio, que reflejaba su identidad cultural y artística. La escritura cúfica, utilizada para escribir el Corán, era diferente en la India, Egipto, Irak o Andalucía. La escritura monumental, pintada sobre esmalte, esculpida en madera o en piedra, se diversificó aun más que la cúfica. Una de las inscripciones más antiguas (siglo VII), de carácter cúfico, con letras doradas sobre fondo azul, decora el interior de la Cúpula de la Roca de Jerusalén. La decoración caligráfica está presente en todos los monumentos religiosos y civiles. Como elemento usado en arquitectura, el estilo cúfico, denso en un principio, se estiliza. Los trazos se alargan, evocan siluetas de ciudades, motivos enlazados, florales o geométricos. Dios siempre está preparado La caligrafía es el principal instrumento artístico del arte musulmán y es usada en todas partes, escuelas, palacios y sobre todo en mezquitas, donde adquiere su mayor relevancia, alcanzando una significación casi...
Santa Sofía

Santa Sofía

Santa Sofía de Constantinopla La Basílica de la Santa Sabiduría o Aya Sofia es la obra arquitectónica más importante del arte bizantino y uno de los edificios más relevantes del planeta. Fue utilizada como iglesia durante 916 años, desde su construcción en el año 537 hasta el día de la caída de Constantinopla, en el 1453. Desde esa fecha fue usada como mezquita hasta que en el 1935, tras una afanosa restauración, Mustafa Kemal Atatürk, presidente de la primera república turca, la convirtió en museo. En el año 360 d.C., el emperador Constantino construyó en la actual ubicación del edificio una iglesia de madera a la que llamó Megale Ekklesia, que se quemaría por completo durante un incendio en el año 404. Sobre las ruinas se construyó una iglesia todavía más grande, ideada por el arquitecto Rufinos, que fue inaugurada para el culto el 10 de octubre del 416. Teodosio fue el mecenas de esta segunda construcción, que fue totalmente arrasada durante la insurrección de Nika (victoria), contra el emperador, en enero del 532. Aún quedan restos de esta construcción. El emperador Justiniano, que recuperó el trono tras la insurrección, comenzó la construcción de una nueva basílica entre los años 532-537, bajo la supervisión de los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. Este edificio es el que ha llegado hasta nuestros días. Santa Sofía fue un gran reto para la arquitectura bizantina, de hecho, sus dos artífices eran científicos con amplios conocimientos de física. La cúpula central tiene 32 metros de diámetro y 56 metros de altura sobre el suelo, que provoca unos empujes horizontales difíciles de...
Mítico monte Ararat

Mítico monte Ararat

Mítico Ararat, a las puertas de Irán 18 de febrero de 2006 Volvíamos a Maçka por segunda vez para intentar subir al monasterio de Sumela, ya que la vez anterior la carretera estaba cerrada por la nieve. Esa mañana se levantó soleada, quizá tendríamos suerte. Durante el camino un esperpéntico restaurante llamó nuestra atención, estaba decorado de un modo surrealista, nos paramos a hacerle unas fotos, se lo merecía. A la entrada de Maçka había un monumento que no nos esperábamos encontrar ni por asomo, era un homenaje a la amistad Turco-Española, no teníamos ni idea de cual era el motivo por el cual se podía haber erigido aquí! este monumento aunque más tarde nos disiparían todas las dudas, fue en las montañas cercanas a Maçka donde se estrelló el Yukolev español, muriendo más de 40 militares que venían de Afganistán. La policía nos dijo que la carretera estaba cerrada, «çok kars» nos decían, que significa mucha nieve, decidimos que le daríamos un día más, nuestra batería flojeaba de los pocos kilómetros que estábamos haciendo últimamente. Dormimos en una gasolinera a un kilómetro del pueblo. Esa tarde paseamos y aprovechamos para llamar a nuestros padres. Cuando acabamos de cenar la batería se vació, nos asustamos bastante, era la primera vez que nos pasaba algo así, quedarnos sin batería suponía quedarse sin luz, sin bomba de agua y sin calefacción. Apagamos la luz inmediatamente y nos fuimos a pasar la noche en el restaurante de la gasolinera donde, claro esta, éramos la atracción. Fue una noche curiosa, amenizada por dos policías que no paraban de preguntarnos cosas, viendo un culebrón...
El reino de Trebisonda

El reino de Trebisonda

El reino de Trebisonda 11 de febrero de 2006 La mañana que llegamos a Trabzon, la antigua Trebisonda y la arcaica Trapezun de los jonios, brillaba el sol de nuevo para nuestra sorpresa. Entrando a la ciudad por el oeste, dos kilómetros antes de llegar, se encuentra la iglesia-museo de Aya Sofia, en un alto con vistas al mar. El lugar es muy acogedor, con su jardín, su tetería y varios bancos donde sentarse a descansar o pasar el rato. Le dedicamos más de media hora a la visita, tal vez más de lo necesario pero estábamos ávidos de imágenes que no fueran la nieve, la lluvia y el interior de nuestro hogar. Primero la rodeamos disfrutando del exterior, la cúpula típica de las iglesias armenias, varios arcos con relieves, un buen ejemplo de las iglesias que se pueden ver por la región en verano, cuando las carreteras se hacen transitables a los vehículos. Allí mismo, en la terraza-salón de té, nos tomamos un çay dejando que nuestras caras volvieran a sentir los rayos del sol. Éramos conscientes de que aquello no duraría mucho, las previsiones que leíamos por internet anunciaban nieve y frío para los siguientes días, a punto estuvimos de acercarnos esa misma mañana al Monasterio de Sumela, a unos cincuenta kilómetros. No lo hicimos, en su lugar fuimos al Monasterio de Kaymakli, a las afueras de la ciudad, para ello tuvimos que descender por un camino semiasfaltado por el que no estábamos seguros de que fuera fácil regresar. Cuando nos estábamos arrepintiendo llegamos al lugar, en lo que había sido la iglesia y las dependencias del...
El reino de los Hititas

El reino de los Hititas

El reino de los Hititas 1 de febrero de 2006 Recorríamos la carretera que unía Ankara y Samsun camino de Hattusas, la antigua capital del reino Hitita. Durante todo el camino desde la capital el paisaje de Anatolia se repetía monótonamente, extensas llanuras repletas de nieve. Cogimos la desviación hacia Bogazköy, el pueblo donde se encontraba el yacimiento; cuando llegamos parecía desierto. Aparcamos como pudimos en la plaza, sobre un metro de nieve, estaba algo más animada; en cuanto bajamos vino un taxista, que nos ofreció recorrer el yacimiento, pero le dijimos que lo recorreríamos andando, pese a que era bastante extenso, nos regaló un mapa, para que ubicásemos todo lo que fuéramos viendo. Mientras andábamos hacia la entrada del yacimiento un chaval nos intentó vender figuras hititas, pero no consiguió nada, aunque a la salida si nos colaría una figura de un león. Hattusas se ubica sobre la ladera de una montaña y sus murallas recorren varios kilómetros en sentido ascendente, justo a la entrada hay un horroroso hotel con forma de castillo, con almenas y torreones. En la taquilla vino otro hombre algo mayor para explicarnos parte del yacimiento, llevaba trabajando en las excavaciones dieciséis años, con un grupo de arqueólogos alemanes, parecía como si quisiera ofrecerse como guía. Al comenzar a andar nos empezó a seguir a unos diez metros, con otro hombre más joven. Ni que decir tiene que no había nadie más visitando la ciudad, estaba completamente nevado y sólo se apreciaban algunas piedras que sobresalían tras la espesa capa de nieve. Visitamos el gran templo, aunque no pudimos distinguir mucho, los hombres seguían...