Dubrovnik, perla del adriático

Dubrovnik, perla del adriático

Dubrovnik, la perla del adriático 4 de agosto de 2005 Lo primero que nos encontramos al acercarnos a la ciudad vieja fue una enorme mole de piedra, coronada por un torreón de vigilancia. Era la muralla, en perfecto estado, que rodeaba casi toda la ciudad. Al fondo se veía un islote, barcos de crucero y toda la línea de la accidentada costa dálmata, perdiéndose hasta donde la vista llegaba. Entramos a la ciudad por una de las puertas, coronada con una estatua de San Blas, que veríamos muchas más veces. Al entrar parecía que te trasladases trescientos años atrás, nos rodeaban edificios renacentistas y medievales, estrechas y empinadas calles bajaban hacia la calle principal, que estaba repleta de turistas. Desde aquí accedimos a la muralla, desde donde las vistas de la ciudad eran excepcionales. Estábamos en la «Perla del Adriático» y desde luego, era más que merecedora de ese apelativo. Tardamos en recorrer la muralla entera alrededor de dos horas, a medida que avanzabas unos cuantos pasos la perspectiva de la ciudad cambiaba. Aún se veían andamios, los trabajos de restauración continuaban, al fin y al cabo la ciudad quedó casi destruida tras la guerra, pero por fortuna casi todos los edificios estaban ya reformados. Tras el recorrido por la muralla continuamos andando por la ciudad, por sus callejuelas estrechas, que llegaban a recogidas plazas. Había muchos restaurantes, que en ocasiones te dificultaban el paso. La ciudad está repleta de iglesias de distintos estilos arquitectónicos, conventos, palacios renacentistas, edificios de estilo veneciano, sinagogas, etc. Llegamos hasta el pequeño puerto, dominado por la fortaleza de San Juan, sentados en un...
Croacia, primera avería

Croacia, primera avería

Croacia, la primera avería 27 de julio de 2005 Tras nuestro periplo de casi tres semanas se acercaba el momento de pasar dos semanas tranquilos descubriendo Croacia. Teníamos pensado pasar un par de días en la turística península de Istria para luego descender hacia Dubrovnik visitando alguna de las islas y un par de parques nacionales interiores. Tras pasar la frontera entre Eslovenia y Croacia decidimos acercarnos por una comarcal a un pueblo llamado Motovun. A los pocos kilómetros casi tenemos el primer accidente a causa de una avispa poco temerosa que se acercó al asiento del conductor. No empezaba bien nuestra estancia en este país. Pasado el susto decidimos irnos a la playa a relajarnos un poco. Llegamos a Rovinj a las cuatro o cinco de la tarde y nos dimos un chapuzón en una playa cercana al pueblo. La población parecía muy agradable pero un tanto hostil para «acampar», había carteles por todas partes indicando tal prohibición. Aparcamos y nos fuimos a recorrer las calles; enseguida pudimos observar que era muy turística. Nos acercamos al puerto y en su parte más septentrional nos paramos a ver el atardecer, uno de los más espectaculares del viaje. Decidimos dormir cerca de la playa donde horas antes habíamos estado. A las 7h de la mañana un hombre vestido con traje oficial (podría haber sido un guardia de seguridad) nos despertó diciendo que estaba prohibido dormir en ese sitio y que la multa era de 200 kunas (unos 30 euros). Después de una parrafada por mi parte, que no sería capaz de repetir en este momento, el hombre nos dejó en...
Italia, una vuelta en góndola

Italia, una vuelta en góndola

Italia, una vuelta en góndola 26 de julio de 2005 Entramos a Italia desde Eslovenia dirección Trieste, importante ciudad y puerto al norte de Italia. Hacía bastante calor en la ciudad, pero aún así dimos un paseo, aunque no pudimos ver la parte antigua, ya que no sabíamos exactamente donde podía estar. Más tarde nos enteramos que estaba en lo alto de la ciudad, en la colina de San Giusto, donde se ubica el teatro romano y la basílica de San Giusto, del Siglo V. Dejamos Trieste tras un pequeño baño en la playa camino de Venecia, la nacional estaba abarrotada de pueblos a su paso, por lo que el trayecto se hacía bastante lento. Finalmente decidimos parar a dormir en Eraclea, a unos 50 km de Venecia Era un pueblo bastante turístico, ya en pleno golfo de Venecia. Por la noche, un simpático vigilante nos dejo tumbarnos en una hamaca y allí, leyendo un reportaje sobre supervivientes del holocausto en Hiroshima, llegó el día 26, mi 30 cumpleaños. Al día siguiente continuamos viaje a Venecia nada más levantarnos. Digamos que la entrada a la ciudad no fue todo lo espectacular que yo esperaba, en realidad el tráfico desde 10 km antes fue bastante caótico. Para entrar a la ciudad había que pasar un puente de unos 4 km sobre la bahía. Dejar la furgoneta nos costaba 21 euros todo el día, así que decidimos ir a algún pueblo cercano y coger un autobús. Dejamos la furgoneta en Mestre, a unos 6 km. Por fin llegamos a Venecia y enseguida nos pusimos a andar por su laberinto de canales....
Eslovenia

Eslovenia

Eslovenia, la primera república 24 de julio de 2005 Entramos en Eslovenia un domingo a media tarde después de subir uno de los puertos, si no el que más, con mayor pendiente en nuestras vidas (~22%). La furgoneta mostró su cara más sufridora, pero pasó la prueba satisfactoriamente. Al final del puerto nos esperaba un túnel y la frontera entre Austria y Eslovenia. El policía que revisó nuestros pasaportes, muy serio en todo momento, nos miró como si fuéramos los primeros españoles en pasar por allí, y nos insistió en la necesidad de llevar 24h al día las luces encendidas (nos tuvimos que poner un post-it para no olvidarnos ni de encenderlas, ni de apagarlas). Llegamos a la capital del país por una carretera que serpenteaba entre montañas; seguíamos estando en plenos Alpes, de hecho se denominan Alpes Julianos. Aparcamos muy cerca del centro y nos fuimos a dar un paseo. La temperatura era muy agradable y después de callejear un poco y ver los canales, nos fuimos a ver el correo electrónico y a tomar un ice-coffe, muy típico en la zona. Decidimos buscar un sitio apartado para dormir y volver al día siguiente a la ciudad. Cerca de una carretera tranquila aparcamos el coche y tras cenar un poco nos dispusimos a pasar la noche. A los pocos minutos empezamos a oír unos ruidos que provenían del bosque, no les dimos importancia; pero fueron en aumento y caían «cosas» encima de la furgoneta. Como habíamos leído que los bosques de Eslovenia son de los más salvajes de Europa, y que son muy ricos en fauna (ciervos, jabalís,...
República Checa, la bohemia

República Checa, la bohemia

República Checa, la bohemia 23 de julio de 2005 Aunque es seguro que este país esconde grandes lugares para visitar, nosotros sólo nos queríamos acercar a ver Praga, su capital y una de las ciudades más bellas de Europa. Es la ciudad más grande de la República Checa, y la más importante a todos los niveles, desde el económico hasta el cultural. Yo ya había visitado la ciudad en la primavera de 1995. El turismo estaba en pleno desarrollo, pero aún daba gusto pasear por las callejuelas solitarias de Stare Mesto, o Ciudad Vieja, y por sus plazas. Entonces era el mes de abril y en una semana pude ver Praga completamente nevada, bajo un chaparrón y bajo un cielo espléndido. Lo primero que observé el viernes 22 al llegar fueron las mareas de gentes desplazándose de un lado a otro, como si estuviéramos debajo de la torre Eiffel. Al menos no hacía calor, una temperatura de no más de 18ºC nos acompañó toda la estancia. A pesar de esta multitud ciertamente agobiante, la ciudad sigue siendo maravillosa. Después de un paseo por la plaza donde se encuentra el famoso reloj y por las calles de Stare Mesto, nos fuimos a cenar a un restaurante típico con comida típica, no faltó el Gulash acompañado con una especie de pan de patata que llena un montón, bañado con unas cervezas del lugar. Historia de Praga Praga se fundó como ciudad en el siglo IX, en donde se encontraban emplazados desde hacía siglos varios castillos bohemios y diferentes pueblos. La ciudad comenzó a ser importante en el siglo XIII gracias a...
Austria, del Tirol a Fígaro

Austria, del Tirol a Fígaro

Austria, del Tirol a Fígaro 21 de julio de 2005 Aquella mañana nos despertamos en Alemania, a tan sólo unos pocos kilómetros del primer pueblo austriaco de nuestro camino. Después del puerto nos hallamos en una valle rodeado de montañas que invitaban a caminar y respirar, así lo hicimos. Nos dimos un paseo por un camino forestal que se adentraba en el bosque; en seguida el ambiente se hizo más fresco y la fauna local hizo su aparición. Nos acercábamos a Innsbruck por la carretera denominada «Alpenstrasse», e íbamos dejando el pico más elevado de Alemania al norte cuando nos encontramos con un paisaje de espectacular belleza (como otros miles que esperamos encontrar). Cerca de la localidad de Ehrwald hallamos unos lagos de montaña idílicos, con las montañas al fondo; el lugar merecía una tanda de fotos. El lugar es tan bonito que el turismo ya lo ha explotado, no faltaban las cafeterías y tiendas de recuerdos (pero éstas no eran tan merecedoras de nuestra cámara). Innsbruck nos dejó con la boca abierta desde el primer instante. La ciudad no puede encontrarse en mejor lugar, el río Inn lo atraviesa dejando a ambas orillas edificios de singular belleza. Y las montañas están en todas las esquinas, no hay calle desde la que no se sientan los Alpes. En el que hoy es el suburbio de Wilten se hallaba el antiguo poblado romano de Veldidena. Pero Innsbruck como tal no es mencionada hasta el siglo XII, y no es nombrada capital del Tirol hasta 1420. En el siglo XV se construye el castillo de Fürstenburg, coronado por la conocida Goldenes...