Lahore

Lahore

Lahore, corazón de Pakistán 30 de junio de 2006 Emprendíamos nuestra última etapa en Pakistán, previo al paso a la India, dejábamos Islamabad, donde el calor había sido nuestro principal enemigo y nos dirigimos hacia Lahore, la ciudad más emblemática del país. Cogimos una autopista de tres carriles, más que aceptable y al entrar en la ciudad nos pusimos a buscar el hostal donde habíamos quedado con Nico y Roger, nuestros recientes compañeros de viaje. Nos encontramos con el ya habitual caos de estas ciudades, al cual aun no nos habíamos acostumbrado y al que no creo que nos pudiéramos acostumbrar nunca, pese a todo no nos costó encontrar el hostal, oculto en una callejuela, la Mercedes de Nico ya estaba aparcada cuando llegamos.   El hostal estaba repleto de extranjeros y cogimos un par de camas que en realidad estaban en un pasillo que comunicaba otras habitaciones, por lo demás era un lugar aceptable, con una terraza en el ático y con libre acceso a Internet. Esa noche pretendíamos ir a un espectáculo de música Sufí que se celebra todas las semanas, pero antes teníamos que llenar nuestro estómago, así que, permitiéndonos un lujo, nos metimos en un Kentucky Fried Chicken que, curiosamente, en Pakistán es considerado un restaurante de lujo y frecuentado por las clases acomodadas de la ciudad. Sobre las diez de la noche nos reunimos todos los extranjeros para asistir al evento, de repente llegaron 6 u 8 rickshaw y nos fueron cogiendo en parejas, todo estaba organizado por el hostal así que resulto bastante cómodo, el caso es que debido al caos de tráfico...
Islamabad

Islamabad

Islamabad, preparándonos para India 17 de junio de 2006 Muchas eran las cosas que queríamos hacer en Islamabad antes de cruzar por fin la frontera a la India, meca de viajeros, si no las hicimos todas al menos sí las más importantes. Sabíamos que nuestra estancia sería larga, de al menos diez días, en primer lugar solicitaríamos una extensión de nuestro visado, que caducaba al día siguiente de llegar a la ciudad, y una vez lo tuviéramos solicitaríamos el visado para la India que tardaría una semana. El camping estaba desierto si lo comparamos con nuestra estancia en el mes de abril, un camión naranja enorme era el protagonista, en él viajaban unas 50 personas en su mayoría ingleses, también había un todoterreno suizo recién llegado y dos parejas alemanas con sus bicicletas. Nosotros escogimos un sitio más sombreado que la primera vez y nos acomodamos para pasar los siguientes días deseando que el monzón no se retrasase. El trámite de la extensión del visado se alargó tres días, así que no pudimos solicitar el ansiado visado para la India hasta el martes 20 de junio, estarían listos el 27 por la tarde; en todo el mundo este visado dura seis meses y posee entradas y salidas múltiples, pero en la embajada en Pakistán no dan más de tres meses y una sola entrada, es decir, que si planeas estar más tiempo en el país o viajar a Nepal, Bangladesh o Sri Lanka, te verás obligado a solicitar un nuevo visado en uno de estos países. Ya estábamos tranquilos, los visados estaban tramitándose, podríamos dedicarnos a preparar la actualización de la...
Sahiwal

Sahiwal

Sahiwal, cambios en la furgoneta 13 de abril de 2006 ¿Y por qué queríamos ir a Sahiwal? Muy buena pregunta, para responder hemos de remontarnos un mes en nuestra travesía, al día que conocimos en una gasolinera a Ferdi y Andrea, una entrañable pareja de alemanes. Ferdi es un hombre muy avispado y con muchas ideas, cuando ya se encontraban de regreso a casa, casi en Pakistán, se le ocurrió que podían instalar un depósito de gasoil adicional, seguramente les saldría muy barato y podrían ahorrar mucho dinero en la vuelta, por ejemplo rellenando los depósitos en Irán antes de entrar en Turquía. Según lo pensó lo llevó a cabo, para ello dio con un taller en Sahiwal, en el Punjab pakistaní, el taller del señor Munir. Nos explicó cómo le habían instalado dos depósitos de 45 litros cada uno debajo del chasis, ahora viajaba con una autonomía de 160 litros, él mismo le echó un ojo a nuestros bajos y nos dijo que a nosotros nos cabrían incluso tres depósitos como los que él tenía. Sin dudarlo apuntamos todos los datos del taller y nos medio olvidamos del tema por un tiempo. Casi un mes después nos hallamos junto a la frontera con la firme idea de instalar nosotros también un par de depósitos de gasoil, no sólo para ahorrar dinero en algunos países sino para tener que preocuparnos menos de llenar el depósito, podríamos subir la autopista del Karakorum y regresar a Islamabad sin necesidad de repostar. Así fue como nos pusimos en marcha hacia el Punjab, y tras tres días de camino, tres pinchazos y una escolta...

La Escolta

La escolta 12 de abril de 2006 Aquella mañana del 12 de abril del 2006 nos despertamos en un cuartel de la policía en la última población de Baluchistán, nos esperaba un largo día en el que pretendíamos cruzar la provincia de Sindh hasta el Punjab y buena parte de esta otra provincia hasta la ciudad de Sahiwal. Un coche de policía esperaba para guiarnos hasta la salida del pueblo, o eso pensábamos nosotros, sería como en Dalvandin, nos escoltarían entre las gentes para dejarnos luego partir a nuestro aire. Cuando alcanzamos lo que se puede llamar final del pueblo el coche continuó, pensamos entonces que quizás preferían llevarnos hasta la frontera con la provincia de Sindh a apenas tres kilómetros de donde nos hallábamos en ese momento. Y así fue, en ese punto se despidieron de nosotros, pero ante nuestra sorpresa nos indicaron que siguiéramos a otro vehículo de policía que esperaba en el arcén, sin hacer preguntas así lo hicimos. En un principio era divertido, el coche oficial iba delante de nosotros y nos habría paso en las poblaciones que encontrábamos a nuestro paso. Teníamos que recorrer unos cincuenta kilómetros antes de incorporarnos a la «autopista» que une Karachi (en la costa índica) con Lahore (en Punjab) e Islamabad (en el norte del país), seguramente ese sería el lugar en el que por fin nos dejaran circular solos. En ese corto tramo hasta Sukkur, en la cercanía de una aldea, una manifestación con pancartas nos cortó el paso, un pequeño grupo de jóvenes vitoreaban en alto lo que debían ser pasajes del Corán o exaltaciones religiosas, recordé entonces que...
Baluchistán, región indómita

Baluchistán, región indómita

Baluchistán, región indómita 8 de abril de 2006 Cuando cerramos la puerta de la habitación del Bloom Star Hotel de Quetta me vine abajo, tanto física como psicológicamente, el camino hasta la capital baluchi había sido demoledor, primeramente por el paso de la provincia de Sistán-Baluchistán en Irán y por la ciudad de Zahedan, una ciudad fuera de la ley muy cercana a Afganistán y a Pakistán, aquí los conflictos entre sunís y chiíes están a la orden del día y el opio, procedente de Afganistán, se pasea en abundancia por las calles, afortunadamente parte del trayecto lo hicimos escoltados, aunque los últimos 65 Km hasta el puesto fronterizo con Pakistán los tuvimos que recorrer solos, nadie nos ofreció escolta, cuando se suponía que era la parte más peligrosa, el panorama era desolador y desalentador, desierto y mucho viento que arrojaba arena y suciedad a la furgoneta. Los trámites fronterizos fueron bastante rápidos en ambos lados de la frontera. Dos agentes pakistaníes nos lo hicieron un poco más fácil y nos quitaron algunos miedos que traíamos a cuestas, con ellos tomamos nuestro primer té con leche típico de Pakistán y mantuvimos una agradable charla, hasta que decidimos continuar camino hasta Dalvandin, donde teníamos la dirección de una casa de huéspedes, cambiamos algo de dinero, obviamente nos timaron, siempre ocurre en las fronteras, pero necesitábamos algunas rupias por si surgía algún imprevisto. Debimos de haber hecho caso al agente que nos recomendó quedarnos en Taftan (a pocos kilómetros de la frontera), para la mañana siguiente temprano continuar camino a Dalvandin. En 300 Km hasta Dalvandin tuvimos un reventón y otra rueda se nos deformó peligrosamente, los...