El puente sobre el río Kwai

El puente sobre el río Kwai

El puente sobre el río Kwai 11 de agosto de 2007 El día 10 nos despedíamos de Laura y Yosko y hasta el día 18 no teníamos que recibir a Mónica y a Javi, teníamos una semana para hacer una escapadita de Bangkok y regresar a tiempo para encontrar un buen lugar donde dejar la furgo dos meses durante el tiempo de nuestra estancia en China y Vietnam. Varias veces habíamos hablado de acercarnos a conocer el verdadero enclave del infame Puente sobre el Río Kwai, en Kanchanaburi, a menos de doscientos kilómetros de Bangkok, este era el momento perfecto. Condujimos hasta allí en una mañana y pronto encontramos donde pasar unos días, en un espacio abierto con algunos árboles a unos doscientos metros del puente. Kanchanaburi y su puente son un lugar de peregrinación para todo aquel que esté interesado en la historia de la II Guerra Mundial, especialmente para australianos, holandeses, ingleses y americanos, nacionalidades que perdieron unos 16.000 hombres durante la construcción de la maldita línea férrea entre Tailandia y Burma, aunque muchos más fueron los fallecidos entre los trabajadores asiáticos, unos 100.000; los casi 500 km de línea férrea han pasado a la historia con el sobrenombre de El Ferrocarril de la Muerte. La ciudad está preparada para acoger a los visitantes, varios son los familiares de soldados de guerra fallecidos aquí que han montado un negocio y se han instalado en el lugar, no faltan los pubs donde ver partidos de la Premier Ligue o el Torneo de las Cinco Naciones. Quizás la mejor manera de hacer un primer acercamiento a lo que ocurrió...
Ko Chang

Ko Chang

Ko Chang o el paradigma de la inactividad 4 de agosto de 2007 Todo viaje que se precie a Tailandia ha de incluir una visita a alguna de sus paradisíacas islas tropicales. Cada vez es más difícil dar con una playa «Robinson Crusoe» y, para que autoengañarse, para pasar unos días relajado mejor será una playa en la que al menos un par de chiringuitos ofrezcan zumos de frutas tropicales, cerveza fría y pescado y marisco a la brasa. Desde la primera semana con Yosko y Laura ya habíamos decidido que iríamos los últimos tres o cuatro días a Ko Chang, una isla bastante grande cerca de la frontera con Camboya y no muy lejos de la capital. Ko Chang es la isla principal de un archipiélago declarado Parque Nacional y su acceso es muy rápido y sencillo desde la costa de la provincia de Trat (ferry ida y vuelta con vehículo 120 bahts, menos de 3 euros). Nuestra primera idea fue la de dirigirnos a una de las pequeñas islas que rodean Ko Chang, pero el abusivo aumento de los precios de los hoteles, que aprovechan que son pocos para forrarse, y el hecho de que estábamos en plena época de monzón nos hizo conformarnos con buscar unos tranquilos bungalows en la costa oeste de la gran Ko Chang. Allí llegamos en ferry una mañana después de pasar una noche en la ciudad de Trat esperando, sin resultado, que la infección de oídos de Laura remitiera; embarcamos la furgoneta y en media hora llegamos a la isla bajo un cielo gris amenazador. Para llegar a nuestro destino, Hat...
La frontera del Mekong

La frontera del Mekong

La frontera del Mekong 29 de julio de 2007 Nuestra primera parada en el Mekong sería en el adormilado pueblo de Chiang Kan, donde una calle que discurría paralela al cercano Mekong concentraba la escasa vida de la población. Lo primero que hicimos tras aparcar la furgoneta fue buscar un hostal para Yosko y Laura, la elección fue muy buena, una habitación casi sobre el Mekong, con vistas al cercano Laos, apenas a medio kilómetro pasando el río. Nosotros aparcaríamos también junto al río, muy cerca de un Wat y también con bonitas vistas. Tras habernos ubicado todos comimos en un restaurante local, después Yosko y Laura irían a echarse una de sus olímpicas siestas, mientras que Silvia y yo pasearíamos a la orilla del imponente Mekong hasta las afueras del pueblo, para disfrutar de un espectacular atardecer, con el sol ocultándose ya en tierras laosianas. A la mañana siguiente contrataríamos una barca que nos llevaría en un crucerito hasta donde el río se separa de Tailandia para entrar en Laos, para luego volverse a unir a Tailandia más al norte, en la zona llamada el Triángulo del Oro. Aunque íbamos a contracorriente ésta no impedía a la larga y estrecha embarcación avanzar con vigor, pese a un precario motor que a la vuelta comenzaría a echar más humo del razonable. Aún así y pese al calor, un baño no resultaba apetecible, algunos remolinos aislados y el color marrón oscuro del río le quitaban a uno las ganas. Primero avanzamos por la orilla tailandesa, de vez en cuando veíamos algunas casas flotantes, pescadores en humildes barcas y chavales que...
Tribus y montañas

Tribus y montañas

Tribus y montañas junto a Birmania 24 de julio de 2007 El norte de Tailandia es el segundo destino preferido por los turistas después de las playas tropicales de Ko Phuket y Ko Samui, estas regiones se caracterizan por sus montañas, sus carreteras sinuosas y sus gentes amables pertenecientes a distintas tribus y etnias. Chiang Mai es el punto de partida a cualquiera de estas áreas, hacia el nordeste uno se puede dirigir a Chiang Rai y desde allí visitar el Triángulo de Oro, conocido en el pasado por su incesante y lucrativo tráfico de opio; hacia el noroeste el viajero se dirigirá hacia Mae Hong Son, como hicimos nosotros. Decidimos comenzar esta etapa recorriendo la carretera que discurre por el sur, haciendo una parada en el Parque Nacional de Doi Inthanon, continuando a pernoctar en Mae Sariang. La visita al parque no fue un gran éxito, el cielo amenazaba con desplomarse sobre nuestras cabezas, no lo hizo inicialmente por lo que pudimos visitar la cascada de Mae Klang, pero sí lo hizo en la cima impidiéndonos disfrutar de las anunciadas vistas, en el descenso amainó y pudimos visitar tranquilamente las cascadas Wachiratan y Siriphum, a cada cual más bonita. El resto del día condujimos por bellos parajes, primero siguiendo la vera del río, y más adelante entre colinas y poblados, la furgo mostraba signos de flaqueza en cada cuesta y comencé a temer que no podríamos seguir los planes iniciales. Cuando llegamos a Mae Sariang ya era de noche, hecho que no dificultó encontrar el hostal, el River House, situado en una gran casa de madera de teca...
Chiang Mai

Chiang Mai

Chiang Mai, arte y cultura 21 de julio de 2007 Si Bangkok es la capital de la nación Chiang Mai es para muchos la capital artística y espiritual, con un clima más agradable y un ambiente menos urbanita, más relajado. Esta ciudad se halla a unos setecientos kilómetros al norte de la capital, cerca de las fronteras con Burma y Laos, y es el mejor lugar desde el que iniciar la exploración del norte y noroeste del país, las comunicaciones con el famoso Triángulo del Oro son buenas y rápidas, y las carreteras que llevan a la región de Mae Hong Son son buenas aunque más lentas debido al terreno montañoso. A pesar del tamaño reducido de esta ciudad se dice que en sus inmediaciones hay unos trescientos wats, tantos como en Bangkok, algunos de ellos son muy venerados y reciben constantes visitas a lo largo del año. El más importante es el Wat Phra Singh, situado en una amplia zona de la ciudad vieja y uno de los mejores conjuntos del país, con su wihan (templo propiamente dicho donde son bien recibidos los devotos), su zona privada para los monjes, su vieja biblioteca y decenas de chedis y pequeños edificios de distintos significados. Hallar el camino hacia la zona de hoteles fue muy sencillo, seguíamos las indicaciones de Laura y la guía y pronto nos topamos con el primer hostal que querían ver nuestros amigos, el lugar era un tanto lóbrego, nada acogedor, y el dueño, un inglés, nada amable, decidimos seguir buscando, primero vimos un hotel bastante impersonal gestionado por holandeses y por último un hostal llamado...
Al servicio de los elefantes

Al servicio de los elefantes

Tailandia al servicio de los elefantes 21 de julio de 2007 La noche anterior a la visita del Centro de elefantes dormiríamos en Lampang, una población a 100 kilómetros al sur de Chiang Mai, aprendida la lección no dudamos en llamar para reservar una habitación en un hostal, uno de los mejores del viaje, la Riverside Guest House, gestionada por una pareja germanotailandesa. La decoración del hostal así como el desayuno, que incluía un croissant crujiente que nunca olvidaré, nos hicieron repetir de camino hacia el Mekong una semana más tarde. Echando mano de la guía decidimos ir a un centro de masajes muy recomendado, caminamos junto al río y lo atravesamos por el puente principal que daba justo a la entrada del mercado, tras atravesarlo y caminar casi media hora más dimos con el centro. Desde fuera parecía un poco cutre, y así era, los cuatro nos quedamos boquiabiertos al ver el local, la sauna no era tal, había tres o cuatro cuartos de menos de 2 m2 con calderos que suponemos llenaban de agua hirviendo con hierbas, de todas formas nosotros no íbamos buscando la sauna así que no nos desilusionamos. Los carteles en inglés alababan la labor de las expertas masajistas, titubeamos unos segundos pero pronto nos decidimos, a Laura le tocó la más experta, la jefa, todos pasamos por sus manos al final del masaje para experimentar los calambres que provocaba con un sólo dedo y que subían desde la nuca a la cabeza. Salimos de allí flotando. Un animado mercadillo nos esperaba en la calle del hostal, lo recorrimos de una punta a otra...