Antalya

Antalya

El puerto romano de Antalya 16 de octubre de 2005 La noche del 16 de octubre nos esperaba una sorpresa, algo que nunca habíamos visto. Habíamos leído y nos habían hablado de los fuegos de Quimera, pero eso hay que verlo. Serían más de las nueve de la noche cuando llegamos al puesto de control tras recorrer varios kilómetros de carreteras sinuosas. El guarda nos cobró la entrada: 2 millones cada uno y nos explicó que los fuegos se encontraban a aproximadamente un kilómetro de allí, teníamos que ascender unos veinte minutos por un sendero bien marcado. Antes de ascender encontramos un cartel donde se explicaba la existencia de los fuegos. No llevábamos ni doscientos metros cuando Rafa quiso pararse para hacerle fotos a la luna, el cielo era todo un espectáculo. Mientras estábamos allí parados pasó una pareja de franceses de unos cincuenta años, ella ya iba jadeante. Tras saludarnos siguieron su camino. Llegamos a la zona de los fuegos unos diez minutos después. De debajo de las rocas, de unas pequeñas hendiduras salían llamas como si de una cocina se tratara. Si te acercabas a ellas sentías el gas que las mantenía vivas, un gas suave y dulce, muy extraño. Vimos unas treinta llamas de distintos tamaños en dos zonas separadas unos diez o quince metros, la naturaleza nos sorprendía de nuevo. En aquel lugar sólo estábamos nosotros y los franceses. Cuando ya nos disponíamos a descender oímos gritar a la mujer. Nos acercamos hasta donde se encontraba, en el suelo, e intentamos ayudarla a levantarse, no podía. Estuvimos un rato esperando a que se recuperara, ella...
El reino Licio

El reino Licio

El dominio de los Licios 11 de octubre de 2005 Tras pasar Köycegiz y el lago de su mismo nombre, la carretera principal se desvía hacia la derecha, continuando por una comarcal, transitable, cosa que no se puede decir de todas. Serpenteamos durante 8 Km hasta llegar a Dalyan, junto a la antigua ciudad Caria de Kaunos. Va dejando de llover y enseguida aparecen los mosquitos. Ya habíamos leído sobre el problema de los mosquitos en esta zona, muy húmeda y dominada por el delta del río Dalyan. La verdad es que desde Éfeso hemos pasado pocas noches tranquilas a causa de estos desagradables insectos. Después de comer y descansar decidimos visitar Kaunos. El pueblo, aunque presenta un aspecto humilde, es en realidad un importante centro turístico. En el embarcadero, junto al río, hay muchísimos barcos que ofrecen distintas excursiones por la zona, hay mucho que ver en un radio relativamente pequeño. Algunos de los barcos pertenecen a cooperativas del ayuntamiento, otros son privados, lo que puede influir en las tarifas. Al otro lado del río se ve una enorme montaña con las tumbas Licias empotradas en la roca, son un espectáculo, habrá unas diez, a lo largo de la pared. Algunas personas te pueden llevar a la otra orilla, por 2 millones y medio, (1 euro y medio), así que cogemos una de las pequeñas barcas y pasamos al otro lado. El río tendrá una anchura de 25 metros y no parece que exista otro modo de acceso que no sea en barco. Nada más bajar de la barca, una señora nos ofrece un té. En el camino...
Bodrum y el castillo cruzado

Bodrum y el castillo cruzado

Bodrum y el castillo cruzado 7 de octubre de 2005 Bodrum es una ciudad costera de pequeño tamaño frente a la isla griega de Kos, es famosa principalmente por dos motivos. Primeramente por el imponente Castillo de San Pedro, que domina un pequeño cabo, dividiendo a la ciudad en dos bahías. El otro motivo es que en este lugar se construyó una de las 7 maravillas del mundo antiguo, El Mausoleo de Halicarnaso. Antes de llegar paramos a comer junto a la carretera, en un mirador, a unos 20 km de la ciudad. Había un golfo enorme que penetraba varios kilómetros, era un sitio ideal para dormir, y así lo hicimos por la noche. Llegamos a Bodrum poco antes de que el sol se pusiera, pero nos dio tiempo a ver el atardecer junto al castillo. Habíamos leído mucho y bien sobre la ciudad, pero nos decepcionó un poco en la primera impresión, había un tráfico denso y nos costó un poco aparcar. Cuando empezamos a andar vimos muchas tiendas de souvenirs, mucha gente por las calles, no nos esperábamos tanto turismo. Fuimos hacia una de las bahías, atravesando las callejuelas de la ciudad, atestadas de puestos y de agencias al aire libre que ofrecían excursiones variadas. Llegamos a la playa de la bahía, había cafeterías muy bien puestas, con todo lujo de detalles, justo estaba atardeciendo, así que nos sentamos a ver la puesta de sol y la enorme silueta del castillo. También nos encontramos con una barco de vela varado, que parecía más bien que estuviese ahí puesto de un modo no natural. A la mañana siguiente,...
Priene y Mileto y Didyma

Priene y Mileto y Didyma

Priene, Mileto y Didyma, esplendor del pasado 6 de octubre de 2005 La noche del 5 de octubre, tras la visita a Efeso, dormimos en Kusadasi, otro de los centros turísticos más importantes de la costa turca. Pudimos comprobar que estaba lleno de hoteles repletos de extranjeros, y las calles que daban a la Playa de las Damas estaban llenas de tiendas y restaurantes enfocados también al turismo no nacional (los precios aparecían en libras esterlinas). Por la mañana nos acercamos a la antigua ciudad de Priene. Nos acercamos hasta la entrada y nos quisieron cobrar por aparcar en una cuesta de tierra; me negué y bajé el coche hasta donde se encontraban los restaurantes. Parece ser que al tipo de la puerta no le hizo mucha gracia que no aparcáramos allí, pero no vamos a estar pagando por todo, te sangran poco a poco. Estábamos prácticamente solos recorriendo los restos arqueológicos (2 millones por persona). Se encuentran en un promontorio a unos veinte kilómetros del mar, el entorno es bastante espectacular, con bosques de pinos y una mole de piedra como telón de fondo. Las columnas que quedan en pie son impresionantes y hay restos de columnas iguales desperdigados por todas partes. Entre los pinos nos encontramos con una tortuga, hay muchas en este país, no sería la última en cruzarse en nuestro camino. Entre campos de algodón en plena recolección llegamos hasta el mar. Queríamos darnos un paseo por la reserva natural de Dilek. Según nos acercábamos comenzamos a divisar cientos de garzas, negras y blancas, desperdigadas por las marismas. El paisaje prometía un buen paseo, pero...
Pamukkale

Pamukkale

Pamukkale, las piscinas de Travertino 2 de octubre de 2005 Nos despertamos en Sarakoy un domingo 2 de octubre, a unos treinta kilómetros de la ciudad de Denizli; allí nos dirigimos en busca de un banco donde cambiar dinero. En el camino nos dimos cuenta de que era domingo y que seguramente estarían todos cerrados, siempre nos quedaban las oficinas de cambio y los cajeros automáticos. No encontramos ninguna oficina de cambio, así que sacamos dinero de un cajero (4% de comisión). Compramos algunos víveres en un supermercado y dos bidones de 19 litros de agua en un comercio de carretera para llenar el depósito, y pusimos rumbo a Pamukkale. Como en muchas otras grandes ciudades las carreteras de acceso estaban en obras, y fue un poco infierno salir de la ciudad por el buen camino. A eso de las dos llegábamos al pueblo de Pamukkale, a tan sólo 19 kilómetros al norte de Denizli. La carretera te lleva hasta la misma base de la colina donde se asientan las extraordinarias formaciones: las Piscinas de Travertino. Un chico nos paró nada más llegar para ofrecernos sus servicios, trabajaba para un camping. Nos explicó que había un acceso más rápido y ‘económico’ por la ladera este. Aparcamos en un aparcamiento gratuito y ascendimos. En la mochila llevábamos comida, agua y una toalla por si nos bañábamos en las piscinas con restos de columnas. Efectivamente, por el camino que nos comentó el chaval, nadie nos exigió el pago de la entrada, accedimos gratuitamente a Pamukkale y la ciudad romana de Hierápolis. No tuvimos remordimientos, no creo que nadie se haya dejado...