Pushkar, Corazón del Rajastán

Pushkar, Corazón del Rajastán

El lago sagrado de Pushkar 13 de noviembre de 2006 Se nos quedó cara de tontos a los dos cuando comprobamos en un internet en Delhi que la Feria de Pushkar terminaba el 5 de noviembre tal y como Ana nos dijo en un email. Un comerciante nos había dicho que la feria duraba una semana tras la luna llena pero se equivocó, dura tan sólo cuatro días y la luna llena es el último, este año coincidía con los días 2-5 de noviembre. Fue una pena porque el día 3 de noviembre dejamos Orcha y llegamos a la capital, bien hubiésemos podido conducir a Pushkar y disfrutar del evento. Durante esos cuatro días se celebra la reunión de camellos más multitudinaria de Asia y posiblemente del mundo entero, en esta pequeña población se reúnen más de 200.000 personas, de entre ellos un tercio turistas. Los comerciantes recorren con anterioridad kilómetros y kilómetros en caravana desde sus lugares de origen, antiguamente venían incluso desde lo que es ahora el vecino Pakistán y desde Afganistán. Los visitantes copan todos los alojamientos, que hacen su agosto triplicando el precio de sus habitaciones; como no hay sitio para todos se montan campamentos con bungalows y tiendas de campaña con ofertas para todos los bolsillos. Las actividades no se ciñen a la compra-venta de camellos, también hay espectáculos de música y otras artes. Ya era tarde para ir, nos conformamos con visitar la ciudad del lago sagrado con las chicas unos cuantos días más tarde. Así, la tarde del 12 de noviembre, llegamos a Pushkar, fuimos directos al hotel Seventh Heaven, que alguien nos había...
Rajastán – Jaipur

Rajastán – Jaipur

Jaipur, la ciudad rosa 11 de noviembre de 2006 Teníamos una dirección de referencia que nos había dado la familia Bodineau, el hotel Diggi Palace, se trata de un hotel que, aunque parece lujoso, ofrece habitaciones de muy distintos precios. No nos costó demasiado encontrarlo, pero estábamos ya tan cansados que el tráfico, el bullicio y la polución de la gran capital del Rajastán hicieron que nos pareciese una eternidad. Sin amabilidad alguna nos dijeron que sólo quedaban habitaciones a partir de 1.200 rupias (algo más de 20 euros), a pesar del precio Ana y Marta decidieron ver la habitación, pero el recepcionista comenzó a poner pegas para dejarnos aparcar la furgoneta en el aparcamiento, primero quería cobrarnos 250 rupias para luego insistir en que tenía que consultarlo; nos fuimos de allí. Uno de los conductores de rickshaw que había en la entrada se ofreció a guiarnos hasta una zona con hoteles con aparcamiento, así fuimos a dar al hotel Ashirvad, no era ninguna maravilla sin embargo la habitación costaba 350 rupias y el aparcamiento sólo 100, era un lugar un poco ruidoso por su cercanía a la calle Moti Dungri. Aunque estuvimos dudando entre quedarnos en el hotel o ir a la Ciudad Rosa, tras descansar un rato optamos por lo segundo, un rickshaw nos dejó en la primera puerta de acceso y, sin darnos cuenta, nos vimos inmersos en el Bapu Bazar, uno de los más animados de la ciudad vieja. Aquí se pueden comprar sobre todo telas, ropa, colchas, manteles y todo tipo de productos relacionados con el mundo textil, también hay algunas tiendas de sandalias y calzado de cuero....
La llegada de las chicas

La llegada de las chicas

Gratas visitas 9 de noviembre de 2006 Y llegaron nuevas visita, Ana y Marta que venían desde España para pasar con nosotros algo más de dos semanas recorriendo la provincia del Rajastán. Todo fue sincronizado, nosotros nos levantamos a las cuatro y media de la mañana y ellas llegaron a las seis al aeropuerto de Delhi, según el horario previsto. Siempre es emocionante recibir visitas, no sólo por la nueva compañía, obviamente lo más importante, también por los suministros y pequeños regalos que nos llegan desde España. En esta ocasión nuestras particulares reinas magas nos trajeron una buena mercancía, piezas del coche que necesitábamos y que son imposibles de encontrar en India, una selecta variedad de productos culinarios de nuestra amada piel de toro extendida, comenzando por el indiscutible jamón serrano, un par de manchegos, algunas latas de anchoas del Cantábrico y aceite de oliva, que se puede conseguir en India, pero a precios astronómicos y nunca de buena calidad. Anota volvió a suministrarnos de películas, que nos acompañaran en muchas noches de furgoneta u hostales, una camiseta de los Goonies, que sospecho procede de alguna tienda Pop de Fuencarral o Chueca, cartas de amigos y un largo etcétera…, no podíamos querer más cosas…, bueno, otro par de manchegos no hubieran venido mal. La bienvenida oficial a India para Ana y Marta consistió en una vaca paseando por el aeropuerto, un pequeño anticipo de lo que se irían encontrado en el camino. No perdimos tiempo, queríamos evitar los atascos de Delhi, que ya conocíamos de otras ocasiones, así que salimos lo más rápido posible hacia Agra, para que ellas...
Delhi

Delhi

Delhi, entre el orden y el caos 4 de noviembre de 2006 Delhi es la capital de la mayor democracia del mundo, sin embargo no es la ciudad más grande del país, la superan Bombay y Calcuta que a su vez han de ser más caóticas, polutas y pobres. No obstante es un buen ejemplo de lo que es actualmente India, no faltan los contrastes, no faltan las vacas en las calles ni los niños pidiendo en algunas esquinas. Los ricos y los pobres viven juntos pero no revueltos, los primeros se mueven en New Delhi, compran en Connaught Place y en los mercados del barrio diplomático donde a veces los precios se asemejan a los de Europa, conducen coches de importación, llevan a sus hijos a los mejores colegios y entre ellos se comunican en inglés. Nosotros hemos convivido con ellos varios días ya que los pocos días que estuvimos allí aparcamos en un pequeño aparcamiento gratuito de Nehru Park. Cada mañana un hombre nos deja el periódico en inglés en la luna del vehículo, ¡gratis!, nosotros lo ojeamos mientras tomamos un café observando a los indios que llegan con sus cochazos vestidos de ‘sport’ y se hacen el recorrido de gimnasia como si estuvieran en Central Park. No deja de parecernos extraño que mientras a unos pocos kilómetros las gentes luchan por ganar unas rupias aquí estén ellos con sus chándales y sus deportivas corriendo por el parque. También les vimos comprando en Khan Market, quizás el mercado más caro de la ciudad, donde las carnicerías parecen de Luxemburgo y el aceite de oliva o el queso francés se pagan a...
Grata sorpresa en Orcha

Grata sorpresa en Orcha

Grata sorpresa en Orcha 1 de noviembre de 2006 Después de la visita a los templos de Kajuraho nuestra intención era llegar a Delhi, al relajado Nheru Park, para pasar allí una semana esperando la llegada de Ana y Marta. Pero Silvia leyó algo en la guía de India acerca de Orcha, un tranquilo pueblo con esplendoroso pasado y con una buena cantidad de templos y un precioso castillo, estaba a tres horas en coche desde Kajuraho, por lo que sería un buen destino a medio camino, finalmente pasaríamos tres días, por diversos motivos. A Orcha se llega cogiendo un desvío de la carretera principal, doce Km antes de llegar a la ciudad de Jhansi, una añeja puerta de color azul daba acceso a la villa, primordialmente rural y poco masificada, apenas vimos una decena de turistas, aunque había hoteles y algunos restaurantes occidentales, nosotros pasamos el pueblo justo hasta las orillas del río, cogimos un desvío a la derecha y aparcamos a las afueras, justo enfrente de unos impresionantes cenotafios (tumbas reales), era el lugar ideal. Enseguida vino a visitarnos un Sadhu que vivía en un árbol anexo a la furgo, junto a un pequeño templo dedicado a Hanuman, era un anciano, con un agradable rostro, a la mañana siguiente nos proporcionaría leche fresca, a cambio de unas rupias. Yo venía un tanto fastidiado de la garganta desde Varanasi pero después de una pequeña siesta el virus o lo que tuviera se me rebeló por completo. En apenas hora y media, tras dar un pequeño paseo cruzando un puente de piedra sobre el río y disfrutar del atardecer la...
Templos eróticos de Khajurao

Templos eróticos de Khajurao

Los templos eróticos de Khajurao 30 de octubre de 2006 Habíamos regresado de Nepal con casi tres semanas de anticipación a nuestra siguiente visita, Marta y Ana no aterrizarían en Delhi hasta la mañana del 9 de noviembre, teníamos mucho tiempo para realizar alguna que otra visita. Como la primera parada iba a ser Varanasi estudiamos un itinerario entre esta ciudad y la capital, desviándonos ligeramente hacia el sur se encontraban los templos de Khajurao, de los cuales nunca habíamos oído hablar pero que han resultado ser una de las mayores atracciones del país con un número de visitantes similar al del Taj Mahal. La mañana que abandonamos la ciudad de Shiva y Parvati emprendimos el camino a Khajurao, esperando que las carreteras de la nueva provincia, Madhya Pradesh, no fueran tan malas como imaginábamos. Pero nuestros deseos no se vieron cumplidos y, en cuanto dejamos atrás Uttar Pradesh, las carreteras comenzaron a empeorar, muchos tramos sin asfalto y otros con asfalto pero llenos de agujeros, casi peor fue esto segundo porque era imposible evitar semejantes destrozos en el firme. Todo lo rápido que habíamos circulado aquella mañana desde Varanasi hasta Allahabad se perdió, no subíamos de los 25 Km/h y la noche se nos echó encima. Una treintena de kilómetros antes de llegar vimos carteles anunciando una reserva de tigres, Panna National Park, mientras repostábamos gasoil un conductor de jeep insistió en que esa misma mañana había visto tres felinos, no podíamos creerlo y como ya estábamos muy cansados decidimos seguirle hasta el resort vacacional para el que trabajaba; dormiríamos en el aparcamiento y cenaríamos en las instalaciones. Una vez allí comprobamos que había...